ECUADOR

Padres de niños asesinados en Ecuador claman por justicia

Los restos de los menores fueron hallados muertos y calcinados, luego de haber sido víctimas de desaparición forzada el pasado 8 de diciembre

Una jueza determinó que la desaparición debía ser investigada como "forzada" y con "responsabilidad del Estado"Créditos: EFE
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"Han matado a sus niños", así eran los cánticos de protesta que los familiares y habitantes de la comunidad del barrio Las Malvinas, en Guayaquil, Ecuador gritaban por las calles mientras trasladaban los cuatro féretros de los niños que fueron asesinados tras presuntamente ser secuestrados por militares, de acuerdo con información publicada por el diario El País

Según el medio, los restos de los menores, quienes fueron hallados muertos y calcinados, luego de haber sido víctimas de desaparición forzada el pasado 8 de diciembre presuntamente por 16 soldados, fueron llevados hasta un panteón local en medio de un tumulto de personas vestidas de blanco y negro, entre las calles de la localidad que ha sido marginada en la pobreza.

Una mujer, quien se identificó como la madre de Nehemías Arboleda, una de las jóvenes victimas mortales de tan solo 15 años, se desplomó en el suelo mientras caminaba bajo el intenso calor de la ciudad portuaria. Amigos y familiares, la tomaron de la mano y le untaban agua mentolada para ayudarla a recuperarse. 

Los cuerpos de los niños fueron encontrados solo días después de su desaparición en el manglar de Taura, a 50 kilómetros de su hogar.

Los féretros de Nehemías, Steven, Ismael y Josué atravesaron un cortejo de personas que, con flores en las manos y pancartas en alto, mostraron los rostros de los niños y gritaban consignas de justicia. 

"Tienen que explicarnos qué pasó con nuestros niños y por qué destruyeron los cuerpos de esta forma", señaló por su parte uno de los familiares.

Asimismo, El País describe como un grupo de músicos tocaba el bombo, el cununo y el guasá, los tambores que resuenan con la herencia afrodescendiente y un canto improvisado que repite la frase “el pueblo afrodescendiente está con mucho dolor, han matado a sus niños”.

Las decenas de personas tocaban los ataúdes, despidiendo a los pequeños con una mezcla de dolor y rabia; clamando contra los militares, a quienes responsabilizan de su muerte.

Sus amigos de la escuela, el equipo de futbol y sus primos también acudieron a dar el último a dios a los jóvenes, con quienes compartieron diversas historias. 

"Vamos a limpiar tu nombre. Que esto no se quede en la impunidad", aseguraron sus compañeros de equipo, de acuerdo con datos de la agencia EFE.

Luis Arroyo, el padre de Ismael y Josué, porta las cuatro medallas que ha ganado su hijo en campeonatos de fútbol. Apenas puede mantenerse en pie de la tristeza que expresa con un grito de dolor  “¡Mis hijos!”.

"Hice todo lo que pude para cuidarlos y que estuvieran bien”, repite el hombre desconsolado.

La Fiscalía confirmó la identidad de los cuerpos a unas horas de finalizar el 2024

Este pasado 31 de diciembre, la Fiscalía de Ecuador confirmó haber encontrado los cuerpos de los menores, luego de cotejar las pruebas de ADN con las de sus padres y tras la detención de los militares señalados como responsables a quienes se les dictó prisión preventiva.

En videos que se difundieron en redes sociales se puede ver cómo los militares los aprehendieron cuando estaban caminando cerca de un centro comercial. Luego se los llevaron hacia Taura, una zona a unos 30 kilómetros de Guayaquil, donde se ubica una de las principales bases de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).

Una jueza determinó que la desaparición debía ser investigada como "forzada" y con "responsabilidad del Estado".

El inicio de la investigación 

Según declaraciones de los medios de comunicación, Luis Arroyo, el padre de los hermanos, recibió una llamada telefónica de un desconocido la noche de la desaparición de los menores, advirtiéndole que los buscara en la carretera que conduce a la base aérea.

Arroyo contó a la prensa que el hombre puso al teléfono a uno de sus hijos, quien le dijo: "Los militares nos agarraron, nos golpearon, nos acusaron de robo, nos dejaron abandonados. Papá, por favor, ven a salvarme".

Poco después, tras alertar a las autoridades, recibió una segunda llamada anónima en la que le dijeron que los menores habían desaparecido y que "la mafia se los había llevado".