El bombardeo de esta madrugada por parte de Israel contra Líbano tras identificar que Hezbolá preparaba un ataque extensivo contra su territorio, algo reconocido por la milicia chíi, es el mayor desde el lanzado en 2006, en el que murieron más de 1,000 libaneses.
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El Ejército israelí ha bombardeado este domingo varias lanzaderas de cohetes del grupo chií Hezbolá en el sur de Líbano después de lanzar de madrugada un ataque “preventivo” contra varias posiciones de la milicia libanesa, que planeaba una represalia a gran escala contra el Estado judío.
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Además, los militares detectaron la presencia de una “célula” del grupo en el sur de Líbano, que fue atacada por la fuerza aérea en la localidad libanesa de Khiam.
“Seguimos operando para frustrar amenazas en tiempo real”, dijo el Ejército israelí en un comunicado.
Al menos tres personas, entre ellas un combatiente de una formación armada, murieron en los ataques de Israel en el sur de Líbano.
Israel frustra ataque masivo de Hezbolá
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, confirmó que la Fuerza Aérea utilizó esta madrugada unos cien aviones de combate para atacar miles de lanzacohetes de Hezbolá en el Líbano que apuntaban al norte y al centro de Israel, con el objetivo de “frustrar un inminente ataque masivo” del grupo armado.
El grupo libanés, por su parte, indicó que había lanzado hacia Israel más de 320 cohetes y drones como venganza por el asesinato de su máximo comandante militar, Fuad Shukr, en un bombardeo israelí el 30 de julio a las afueras de Beirut, una represalia que “ha sido completada y lograda por hoy”.
Las autoridades israelíes creen que el grupo tenía como objetivo bases de inteligencia y la sede del Mosad, el servicio de inteligencia exterior, en el centro de Israel.
Aunque no se han producido incidentes graves en el país, el comando del frente interior del Ejército elevó la alerta a la población para las regiones de Galilea, el valle de Beit Shean, la bahía de Haifa, el monte Carmelo, y en general toda la mitad norte de Israel desde la altura de Tel Aviv, y también en los Altos del Golán ocupados, donde se han impuesto “restricciones parciales”.
Hezbolá venga a su máximo comandante
El grupo chií libanés Hezbolá ha lanzado la prometida respuesta al asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, que llegó en forma de cientos de cohetes y drones contra el norte de Israel tras casi un mes de espera con ambos países sumidos en el miedo a una guerra abierta.
La venganza incluyó el lanzamiento de al menos 320 proyectiles contra once instalaciones militares diferentes, la mayoría cercanas a la frontera común, lo que buscaba “facilitar el paso de drones de ataque hacia sus objetivos designados en lo profundo” del territorio israelí, según un comunicado de Hezbolá.
El Estado judío cree que la intención del movimiento chií era alcanzar la base de Gilot, cerca de la ciudad mediterránea de Herzliya, en el centro, cercana a Tel Aviv y donde se ubican varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede de su agencia para el exterior, Mosad.
Entre la lista de objetivos anunciados por Hezbolá , está la principal base de inteligencia aérea para el norte de Israel, en Merón, que ya fue atacada en varias ocasiones anteriores; así como cuarteles en los Altos del Golán ocupados, también considerados de envergadura.
ONU y Cascos Azules piden una tregua
La misión de la ONU en el Líbano y los Cascos Azules han urgido este domingo a Israel y al grupo chií libanés Hezbolá que acuerden una tregua y se abstengan de “nuevas acciones que intensifiquen la violencia”, después del intercambio de ataques a gran escala de ambos bandos.
La coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, y el comandante de los Cascos Azules en el Líbano, el general español Aroldo Lázaro, instan en un comunicado conjunto tanto a Israel y a Hezbolá “cesar el fuego y abstenerse de nuevas acciones que intensifiquen la violencia”.
“El único camino sostenible para avanzar es el retorno al cese de las hostilidades, seguido de la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, continúa la nota, que afirma que ambos responsables seguirán “manteniendo contactos para instar firmemente a que haya una desescalada”.