El sentimiento antituristas en España estalló esta semana de cara al próximo periodo vacacional de verano, el cual, estiman especialistas, podría batir récords en la atracción de visitantes extranjeros al país. En redes sociales circulan imágenes y videos de manifestantes españoles atacando con agua a turistas en la ciudad de Barcelona.
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El pasado sábado 6 de julio, cientos de españoles salieron a las calles de la ciudad de Barcelona equipados con pancartas en contra de los turistas y con pistolas de agua, con las cuales atacaron a los turistas que se toparon a su paso, mientras cantaban consignas como “turistas váyanse a casa” o “Barcelona no se vende”.
Los manifestantes están en contra de la llegada masiva de turistas a su país, entre otras cosas, porque se encarecen los precios de hospedaje, comida y servicios, impactando en la calidad de vida de la población local. Este tipo de protestas tienen réplica en otras ciudades españolas como: Mallorca, Valladolid, Sevilla e Islas Canarias.
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Otros factores por los que la población no quiere a los turistas son el incremento de la contaminación, el tráfico, el ruido y la saturación de los recursos de la ciudad. Además, culpan al Gobierno de priorizar la atracción turistas con altos recursos en lugar del bienestar social de la población.
Manifestación antituristas en Barcelona
El sábado, alrededor de 2,500 personas marcharon al centro de Barcelona en protesta contra la llega masiva de turistas a la ciudad y la falta de acción de las autoridades para regular la llegada de visitantes extranjeros y su impacto en la vida de los residentes locales. La manifestación fue encabezada por la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic (Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico).
Los manifestantes, integrantes de más de 100 organizaciones locales pelean que el gobierno de Barcelona implemente restricciones al turismo excesivo, tales como: impuestos turísticos, campañas que desalienten a los visitantes de incurrir en conductas inapropiadas y establecer límites de personas en atracciones populares.
La Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic afirma que los turistas incrementan los precios y ejercen presión sobre los servicios públicos, mientras que los beneficios de la industria turística se distribuyen injustamente entre algunas cuantas empresas del sector.
Por ello propone que se implemente un nuevo modelo de turismo enfocado en el bienestar social de la población local. Entre otras cosas, exigen que el Gobierno deje de invertir en la promoción turística de la ciudad y que se cierren las terminales de cruceros.
Cifras oficiales del Gobierno de Barcelona, del año 2023, señalan que la ciudad es visitada por 26 millones de turistas al año, los cuales reportaron ganancias para la ciudad de 12,750 millones de euros.
Gobierno responde a ataque de turistas
Tras el ataque a turistas con pistolas de agua, el gobierno de Barcelona emitió un comunicado en el que reprobó el actuar de los manifestantes y afirmó que estos no representan el sentimiento general de la población con relación a los turistas. Aseveró que en la ciudad no impera una “cultura de hospitalidad” hacia los visitantes.
Según el ex alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, los medios internacionales exageraron el incidente ocurrido el sábado pasado con un grupo de manifestantes, quienes atacaron con agua a los turistas que se encontraron a su paso. No obstante, admitió la necesidad de regular y diversificar el sector turístico de Barcelona para lograr que sea más sostenible y que haya una mejor redistribución de los beneficios del sector, en lugar de que solo se beneficien unas cuentas empresas.
En junio, el gobierno de Barcelona anunció que la ciudad prohibirá el alquiler de apartamentos a los turistas en 2028, con el objetivo de frenar la escalada de los precios de la vivienda y hacer la ciudad más habitable para los residentes.
El Ministerio de Turismo español prevé que entre julio y septiembre la afluencia de turistas al país se incremente en un 13%.
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VGB