Este fin de semana se llevan a cabo los comicios para 720 bancas del Parlamento Europeo, elecciones que se celebran una vez cada cinco años para establecer la distribución del órgano mundial que se encarga de las legislaciones en la Unión Europea (UE), por la que países que integran a la región han salido a las urnas para designar a sus próximos "eurodiputados"; sin embargo, para la tarde de este domingo, la tendencia clara muestra un ascendo de la ultraderecha en, al menos, tres países: Francia, Alemania y Austria.
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En el caso de Francia, el partido de ultraderecha Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) ya logró una victoria arrasadora, con unos resultados preliminares de entre 31.5% y el 32.4% de los votos, casi el doble de lo obtenido por el partido Renacimiento, del presidente Emmanuel Macron, con el 15.2%.
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Pese a que la tasa de participación en estas elecciones ha sido la más alta en 20 años, con un 52.5%, en las recientes elecciones europeas de Francia el Partido Socialista (PS) no ha alcanzado más del 14% de votos, lo que ha hecho que, incluso, el lider de la lista del RN, Jordan Bardella, ya se ha apresurado a pedir la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a nuevos comicios al considerar que estos resultados muestran un "rechazo claro" a las políticas del actual gobierno y la directriz de Macrón.
Otros representantes de izquierda y de derecha-centro como La Francia Insumisa (LFI), Los Republicanos y el ultranacionalista Reconquista tampoco han alcanzado en este país ni el 10% de la intención, con entre el 8.1% y 8.7%, 7.2% y 5.5% respectivamente.
Y es que, apenas unos minutos después de conocerse los resultados (aún provisionales), los franceses han dado su veredicto en favor de la extrema derecha, conun referéndum contra Macron y un notable ascenso a Marine Le Pen de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
Así, Francia se convertiría en el segundo país que más eurodiputados aporta al Parlamento Europeo después de Alemania; sin embargo, en estas elecciones también se apostó por un candidato euroescéptico, Jordan Bardella, que encabeza la lista de Reagrupamiento Nacional (RN), partido que lidera Marine Le Pen, y que logró el 31.5% de los apoyos.
En respuesta, el presidente francés, Emmanuel Macron confirmó desde el Elíseo que se disolverá la Asamblea y sí se renovarán comicios para el legislativo nacional.
"He decidido daros la opción de vuestro futuro parlamentario (...) Esta decisión es difícil, pero es sobre todo un acto de confianza. He escuchado vuestro mensaje", ha dicho en un discurso.
En Alemania, los partidos de coalición representantes del bloque de izquierda que dirige el canciller Olaf Scholz también fueron derrotados por un margen amplio. Se trata del "voto de castigo" contra socialdemócratas (SPD) y Verdes y Liberales (FDP) quienes quedaron por detrás de los conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Socialdemocracia bávara (CSU).
"Estos resultados conforma la urgencia de corregir el rumbo por el bien de nuestro país y pido al Gobierno federal que lo haga en los próximos días", declaró el líder de la CDU, Friedrich Merz.
La CDD-CSU, el primer partido de la oposición, ha logrado una victoria aplastante y tendrá en la Eurocámara 29 escaños, 23 de la CDU y 6 para la CSU, además de apoyar a su candidata a la presidencia de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Mientras tanto, gráficas preliminares muestran que el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) sufrió una penalización significativa, con sólo alrededor del 14% de los votos, una disminución del 1.8% respecto a su peor resultado histórico. Kevin Kühnert, secretario general del SPD, calificó los resultados de "muy amargos", y los socios de su coalición, los Verdes, también obtuvieron sólo el 11%, una caída de 8.5 puntos porcentuales desde las elecciones de 2019.
Los liberales del FPD lograron apenas un 5% de los votos, lo que se traduce en cinco eurodiputados. A pesar de estos resultados, su principal candidata, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, expresó satisfacción y subrayó la necesidad de cambios en las políticas económica, de seguridad y migratoria, y tuvo que reconocer que la ultraderecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), avanzó significativamente en territorios de la antigua Alemania del Este, donde tenían su principal bastión.
Asimismo, en estas elecciones del Parlamento Europeo, una tendencia similar se vivió en Austria, donde el ultranacionalista FPÖ obtuvo la victoria, pese a las controversias que generaron su alianza con el AfD y los discursos de campaña que prometían "mano dura" en política migratoria, pero sobre todo, en el rechazo de apoyo a Ucrania ante la invasión rusa.
En los preliminares, FPÖ logró 27% de los votos, por encima del partido oficialista democristiano ÖVP, con un 23,5 %; de la socialdemocracia (SPÖ), con un 23%; y de los Verdes, socios en la coalición de Gobierno que apenas consiguieron un 10,5%.
De confirmarse estos resultados, podría ser la primera vez en la historia de Austria que un ultraderecha como el FPÖ gane unas elecciones a nivel nacional.