El Papa Francisco manifestó su preocupación por la Inteligencia Artificial (IA) y el uso que el mundo le está dando como herramienta para generar pánico social y desinformación en "campañas con fines comerciales o políticos".
Esta es la tercera vez que el Pontífice hace referencia al tema en marco de la Jornada Mundial de la Paz y para la de las Comunicaciones Sociales, pero también entra en coyuntura con los principales riesgos globales marcados por el Foro Económico Mundial para los próximos dos años.
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El mensaje enviado por la oficina de prensa de la Santa Sede define las principales preocupaciones del Papa Francisco respecto a las nuevas tecnologías y el "serio problema" que representan para los usuarios, ya sea por su uso de datos o por el impacto que generan en el ámbito laboral.
"¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y a largo plazo, de las nuevas tecnologías digitales? ¿Y qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos y de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz?".
"Esto crea un serio problema cuando la inteligencia artificial se emplea en campañas de desinformación que difunden noticias falsas y llevan a una creciente desconfianza hacia los medios de comunicación", dice el comunicado.
Papa Francisco y la IA como "arma mundial"
La difusión de noticias falsas es uno de los principales problemas de la inteligencia artificial, pues no sólo generan desconfianza entre la población, sino que "añaden ulteriores consecuencias negativas unidas a su uso impropio, como la discriminación, la interferencia en los procesos electorales, la implantación de una sociedad que vigila y controla a las personas, la exclusión digital y la intensificación de un individualismo cada vez más desvinculado de la colectividad".
"La habilidad de algunos dispositivos para producir textos sintáctica y semánticamente coherentes, por ejemplo, no es garantía de confiabilidad. Se dice que pueden alucinar, es decir, generar afirmaciones que a primera vista parecen plausibles, pero que en realidad son infundadas o delatan prejuicios", alertó el Pontífice.
El Papa Francisco también señaló que las tecnologías modernas tienen el potencial de influir en los hábitos y relaciones humanas, incluso sin el conocimiento de las personas, lo que puede limitar su libertad de elección.
Los principales peligros éticos en los que puso la lupa fue la militarización de la inteligencia artificial y el uso de sistemas de armas autónomos, que pueden deshumanizar la guerra y dificultar la responsabilidad moral.
Y es que, para la máxima autoridad de la doctrina católica, la automatización en la clasificación de individuos podría llevar a conflictos de poder y erosionar la dignidad humana, lo que podría descontextualizar y cambiar la percepción de los mismos derechos humanos en el mundo.
"¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y a largo plazo, de las nuevas tecnologías digitales? ¿Y qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos y de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz?", son algunas de las interrogantes que el Papa lanzó a líderes de la industria tecnológica y a los propios usuarios.
El Pontífice concluyó con la urgencia de una "supervisión humana adecuada" en el uso de la inteligencia artificial, así como en el desarrollo y regulación de la tecnología.