La Cámara de Representantes de Florida aprobó un proyecto de ley que prohíbe el uso de redes sociales a menores de 16 años, una iniciativa controvertida en un momento en que Estados Unidos cuestiona el impacto de las plataformas digitales en la juventud. La medida, que recibió 108 votos a favor y siete en contra en la Cámara Baja, espera la firma del gobernador Ron DeSantis para entrar en vigor.
Si se convierte en ley, las redes sociales deberán implementar medidas para evitar que menores de 16 años creen cuentas y cerrar aquellas previamente abiertas, verificando la edad de los usuarios.
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Aunque muchas plataformas requieren una edad mínima de 13 años para abrir cuentas, a menudo no implementan mecanismos efectivos para verificarla. Al respecto, el gobernador DeSantis señaló que está trabajando para asegurarse de que hay un papel para los padres y que tienen derecho a optar.
"Por mucho que creo que es perjudicial tener a la gente en estas plataformas de redes sociales durante cinco o seis horas al día, un padre puede supervisar a un niño para que lo use con más moderación", dijo DeSantis en una conferencia de prensa el jueves por la mañana.
"Y yo soy un crítico de las redes sociales, pero tengo que mirar esto desde la perspectiva de los padres", agregó DeSantis.
¿Qué establece el proyecto de ley?
El proyecto está dirigido a aquellas plataformas que rastrean la actividad de sus usuarios, permiten subir contenidos y tienen un diseño con características adictivas.
Los defensores del proyecto denuncian los peligros de las redes sociales para la salud mental de los jóvenes, así como su uso para actividades dañinas como el ciberacoso.
"Estamos hablando de negocios que usan funciones adictivas para manipular masivamente a nuestros niños y causarles daño", declaró una de las impulsoras de la ley, la republicana Erin Grall.
Implicaciones legales y constitucionales
Los legisladores opuestos a esta iniciativa argumentan que, aunque las redes sociales pueden ser peligrosas, son los padres y no las autoridades quienes deben supervisar el uso que hacen los menores. Además, algunos críticos señalan que la ley podría vulnerar la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión.
El gobernador DeSantis ha defendido en numerosas ocasiones que los padres deben tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus hijos, como en el ámbito educativo. Durante su mandato, Florida ha aprobado leyes para restringir la enseñanza de asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.