Luego de 30 años separados de sus familias, este domingo siete ciudadanos estadounidenses, quienes fueron adoptados ilegalmente durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, se volvieron a reunir con sus familias biológicas en el Aeropuerto de la ciudad de Santiago.
El emotivo reencuentro fue organizado por la fundación Connecting Roots, la cual se encargó de reunir a las familias fragmentadas durante la dictadura de Pinochet entre la década de los 70 y 90. Para ello se valió de pruebas genéticas e investigación en archivos sobre adopción.
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Lo que complicó la investigación fue que la mayoría de las adopciones se realizaron de forma ilegal en Chile, más no en Estados Unidos, pero aún así, se logró localizar a siete de esos niños, ahora adultos, que habrían sido sustraídos y arrebatados de sus madres por el gobierno chileno de Pinochet.
“Lo que funcionaba en Estados Unidos eran agencias de adopción completamente legal. Los papás que querían acceder a esas adopciones lo que hacían era completar todos los pasos de una adopción normal: eran evaluados por asistentes sociales y por un informe de la iglesia para ver si podían o no adoptar”, comentó Juan Luis Insunza, presidente de la fundación Connecting Roots al presidir el encuentro.
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“Finalmente todos podían (adoptar) porque lo que estaban haciendo era a través de los costos operacionales del proceso. Lo que hacían (los autores del secuestro) era cobrar y vender esos niños y estas familias no sabían que estaban causando este dolor de que estaban comprando un niño, sino que ellos creían que estaban pagando por costos operaciones del proceso de adopción”, agregó.
El robo de bebés en Chile
Tras el derrocamiento del gobierno democrático de Salvador Allende en Chile, el nuevo gobierno militar de Augusto Pinochet que duró hasta la década de los 90, protagonizaría uno de los pasajes más oscuros en la historia del país, donde los derechos humanos se caracterizaron por su ausencia.
Violencia, represión y desaparición de opositores fue la cara que el mundo vio del gobierno del dictador, pero de tras de los reflectores se orquestó el rapto masivo de bebés en el que instituciones estatales como el Registro Civil, se vieron involucradas bajo el encubrimiento de estados bajo presuntas adopciones.
Según declaró un historiador del régimen de Pinochet en Chile al diario BBC, durante la dictadura las autoridades arrebataron a miles de niños a sus familias a través de engaños debido a que se encontraban en situación de pobreza. Los niños fueron a parar a países de primer mundo (Suecia, Italia, Estados Unidos, Holanda, Francia y Alemania).
El robo de bebés salió a la luz en 2018, cuando el exministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Mario Carroza comenzó a investigar cerca de 500 casos de adopciones irregulares que tuvieron lugar entre 1970 y 1990.
Tras la investigación se estimó que cerca de 7,500 bebés fueron dados en adopción tras ser arrebatados de sus familias. En 2019, el número de casos de bebés raptados en Chile durante la dictadura se subió a 20,000.
También se ha señalado que a las madres de los niños se les decía que sus bebés habían muerto para que no reclamarán su paradero. Entre los involucrados en esta red estatal de tráfico de bebés se encontró a jueces, autoridades migratorias, notarios, figuras religiosas e instituciones gubernamentales.
VGB