Dos activistas climáticas y sociales lanzaron este sábado sopa contra un cuadro del famoso pintor impresionista Claude Monet expuesto en el Museo de Bellas Artes de Lyon, ubicado al Este de Francia. La dos pertenecen al grupo Riposte Alimentaire, al que también pertenecían dos jóvenes que el pasado 28 de enero lanzaron sopa contra 'La Gioconda', la obra maestra de Leonardo da Vinci que se expone en el parisino Museo del Louvre.
En ambos casos, y en otros ocurridos anteriormente en otros museos de distintos países (como contra el famoso cuadro Los Girasoles, de Vincent Van Gogh, en la National Gallery de Londres) por distintos grupos ambientales, las obras estaban protegidas por cristales.
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El cuadro objeto de la acción es 'Le printemps' (La primavera) y este grupo francés justificó su acción en que "esta primavera es la única que nos quedará si no reaccionamos".
Riposte alimentaire busca una solución alternativa al reto climático y la seguridad alimentaria, al proponer que la alimentación esté incluida en el régimen de la Seguridad Social dentro de una transformación de la agricultura para hacerla más sostenible y que pague de forma justa a los profesionales del campo.
Arrojan sopa a la Mona Lisa de Da Vinci
El pasado 28 de enero, dos activistas climáticas pertenecientes al mismo grupo que las del episodio de este 10 de febrero, lanzaron sopa al cristal que protege el cuadro de La Gioconda o Mona Lisa, la obra maestra pintada en el siglo XVI por Leonardo da Vinci expuesta en el Museo de Louvre, en París, Francia. Las dos mujeres fueron grabadas durante su acción que duró casi dos minutos, arrojando la sopa de color naranja.
Las activistas tenían escrita la palabra FOODRIPOSTE (respuesta alimentaria) en las camisetas que llevaban puestas al momento de arrojar la sopa sobre la pintura de la Mona Lisa. "¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y duradera? Nuestro sistema agrícola está enfermo", gritó una de las activistas.
La Mona Lisa es considerado el lienzo más famoso del mundo y ha protegido por un cristal de seguridad desde 1950, cuando fue dañado por un visitante que le arrojó ácido. La obra Leonardo da Vinci se ha convertido a lo largo de los años en blanco de varios ataques por activistas, en 2019 el museo había informado que instaló un vidrio a prueba de balas más transparente para protegerlo. En 2022, La Gioconda fue sufrió un ataque más cuando un activista arrojó una tarta.