El próximo 18 de octubre se cumplirán cinco años del estallido social en Chile sin duda la mayor ola de protestas desde el fin de la dictadura (1973-1990), que comenzó como un reclamo contra el alza en el precio del boleto de metro y derivó en un clamor transversal por un modelo económico más justo y mayores derechos sociales.
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Las protestas dieron lugar a dos fallidos procesos constituyentes, que marcaron la primera etapa del primer gobierno de la historia de la nueva izquierda chilena, liderado por Gabriel Boric. Cinco años después, sin embargo, se han logrado pocos avances sociales y el apoyo ciudadano al estallido cae, según las últimas encuestas nacionales.
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Ahora a 5 años de este estallido social que dejó marcados a los chilenos, la sociedad se encuentra preocupada por la crisis de seguridad. El 57% de los encuestados considera que la delincuencia, los robos y asaltos deben ser la problemática a la que el gobierno del presidente Boric dedique el mayor esfuerzo para solucionar, así como al tema del narcotráfico que ocupa el segundo puesto de preocupación de los chilenos.
Sumado al tema de pensiones, salud y la educación que son las problemáticas que más urgen a los chilenos para que la administración de izquierdas se haga cargo.
En este marco por el estallido del 18-Octubre se da en medio de la antesala de las elecciones municipales y de gobernadores a realizarse los días 26 y 27 de octubre próximos. Los comicios suelen despertar gran interés; sin embargo, a un año de la elección presidencial, la ciudadanía chilena se encuentra dividida, un 31% ha manifestado su poco interés en las elecciones y un 40% dice estar algo interesado.
Así fue la represión en Chile a 5 años del 18-Octubre
Durante las protestas de aquel 2019, hubo casi 30 mil personas detenidas por la violencia, en la actualidad solo 13 personas se encuentran en prisión tras el estallido social en Chile.
Las protestas que estallaron el 18 de octubre tras la subida del precio del metro pusieron en aprietos al gobierno de Sebastián Piñera y a las instituciones democráticas chilenas, dejando 2,381 civiles heridos.
El propio mandatario reconoció que hubo abusos y un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad y se comprometió a sancionarlo. De hecho, el Instituto Nacional de Derechos Humanos ya ha llevado a los tribunales 346 casos, de los que 246 fueron por torturas y tratos crueles y 58 por violencia sexual.
El gobierno reporto 1,961 heridos entre los miembros de las fuerzas de seguridad, cerca de 2,000 “eventos graves” de violencia y 854 vehículos policiales dañados.
El saldo de estos daños fueron vividos por Natalia Aravena que residía en Santiago.
“Perdí la visión y perdí el ojo por salir a manifestarme (...) no salí a hacer barricadas, no salí a quemar cosas, no salí a hacer desmanes, salí solamente a manifestarme, y la forma en que Carabineros me respondió fue con una bomba lacrimógena el el ojo”, comentó a La Silla Rota, días después del estallido social en Chile.
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Natalia narró que quedó de verse con un amigo para asistir a una manifestación a las afueras del Palacio de La Moneda, residencia del presidente Sebastián Piñera.
El momento del impacto
“El 28 de octubre, había marcha frente a la Moneda. A las cinco de la tarde”. Cuenta Natalia a LSR que ella llegó alrededor de las 16:30 horas a la estación de metro Santa Ana -a un kilómetro de distancia del recinto presidencial-, al ser la más cercana que no estuviera cerrada por la manifestación, por lo que caminó para reunirse con su amigo.
Quince minutos antes de la hora a la que se convocó la marcha “llegué a una intersección de una calle donde había mucha gente manifestándose, estaban con pancartas, estaban gritando, estaban con instrumentos musicales, etcétera; no había personas haciendo desmanes, no estaban lanzando piedras, no estaban atacando carabineros, y en lo que yo iba cruzando a esa intersección, apareció un carro policial lanza agua, que acá le decimos ‘guanaco’, que tira agua mezclada con ingredientes tóxicos que generan quemaduras en la piel, etcétera”, narra.