La exigencia a los estudiantes universitarios en Estados Unidos y las consecuencias de esto eran problemas que se mantenían en secreto hasta no hace mucho tiempo. Durante décadas, la Universidad de Yale exigía que los estudiantes que, en caso de ver afectada su salud mental, buscaran ayuda médica, se retiraran y volvieran a aplicar para empezar desde cero. Sin embargo, un suicidio en el campus inició una cascada de revisiones.
Otras universidades, como las de Brown, Princeton y Stanford también se han visto envueltas en escándalos a partir de sus políticas de salud mental, resalta el diario estadounidense The New York Times.
El trágico caso de Rachael Shaw-Rosenbaum, una estudiante de primer año en Yale que se suicidó en 2021, dio origen a un grupo de apoyo inusual pero poderoso. Tras su fallecimiento, un grupo de personas, algunas de las cuales conocían a Shaw-Rosenbaum y otras que solo estaban al tanto de su lucha con pensamientos suicidas y las difíciles decisiones que enfrentó antes de ser hospitalizada, comenzaron a reunirse en Zoom.
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Uno de los miembros del grupo, una médica de alrededor de 40 años, compartió su propia experiencia de ser instada a retirarse de Yale mientras estaba hospitalizada después de un intento de suicidio, una experiencia que describió como deshumanizante. El grupo, que adoptó el nombre "Elis for Rachael", expresó su preocupación por las políticas de licencia por salud mental de la universidad, que exigían a los estudiantes retirarse sin garantía de readmisión, les quitaban el seguro médico y los excluían del campus. Argumentaron que estas políticas penalizaban a los estudiantes en sus momentos más vulnerables.
La Dra. Alicia Floyd, médica y una de las fundadoras del grupo, comentó que descubrieron que a lo largo de las generaciones, otros estudiantes de Yale habían enfrentado problemas similares pero habían mantenido el silencio al respecto durante décadas, por lo que el grupo decidió presentar una demanda colectiva acusando a la universidad de discriminar a los estudiantes.
Recientemente, la organización logró un acuerdo legal que simplifica significativamente el proceso de tomar una licencia médica en Yale.
¿De qué va la nueva política de salud mental en Yale?
ha introducido importantes cambios en sus políticas para brindar un mayor apoyo a estudiantes que enfrentan problemas de salud mental. Estos cambios surgen después de la presión ejercida por el grupo "Elis for Rachael" y una demanda colectiva que acusaba a la universidad de discriminar a estudiantes con discapacidades.
Las nuevas políticas permiten a los estudiantes tomar una licencia médica de manera más accesible y comprensiva. Algunos de los cambios incluyen:
- Extensión de Cobertura de Seguro: Los estudiantes ahora tienen la opción de extender su cobertura de seguro por un año.
- Acceso al Campus y Empleo en el Campus: Los estudiantes ya no serán prohibidos de ingresar a los espacios del campus ni perderán sus trabajos en el campus mientras estén en licencia médica.
- Facilitación en el Regreso: El proceso de regreso a la universidad después de una licencia será más sencillo, y se dará mayor importancia a la opinión del proveedor de atención médica del estudiante.
- Estudios a Tiempo Parcial: Se ofrece la opción de estudios a tiempo parcial como alojamiento para estudiantes en algunas emergencias médicas.
Estos cambios buscan eliminar barreras y estigmatización para los estudiantes que enfrentan desafíos de salud mental y les brindan la flexibilidad necesaria para centrarse en su bienestar.
El Decano del Yale College, Pericles Lewis, expresó su esperanza de que estos cambios hagan que sea más fácil para los estudiantes buscar apoyo, priorizar su salud y bienestar, y tomar un tiempo libre si así lo desean, con la confianza de que pueden regresar a sus estudios cuando se sientan preparados.
Es importante destacar que las universidades deben sopesar los riesgos de permitir que los estudiantes con dificultades permanezcan en el campus, ya que pueden ser consideradas responsables si la condición de un estudiante se deteriora. El caso de Elizabeth Shin en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ejemplifica esta preocupación.
El acuerdo legal amplía estas protecciones y será supervisado por el tribunal durante tres años. Los estudiantes han acogido positivamente estos cambios como un paso hacia la apertura de nuevos caminos que antes consideraban cerrados.