Este jueves, republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos iniciaron un proceso de juicio político contra el presidente Joe Biden, acusándolo de una supuesta red de corrupción familiar. A pesar de esto, las posibilidades de que el proceso prospere son mínimas, dado que los republicanos no cuentan con mayoría en el Senado.
El origen de la acusación se remonta a la vicepresidencia de Biden durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017), donde, según los conservadores, Biden habría utilizado su influencia para favorecer negocios irregulares de su hijo Hunter y otros familiares en China. Los demócratas, por su parte, ven estas acusaciones como una estrategia política destinada a desviar la atención de los problemas legales que enfrenta el expresidente Donald Trump, favorito para la nominación republicana en 2024.
Desde las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022, los republicanos dominan la Cámara Baja y han convocado la primera audiencia para investigar las acusaciones contra Biden. El congresista James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, afirmó que existen numerosas pruebas que demostrarían el abuso de poder por parte del presidente para beneficio económico de su familia. A pesar de esto, en la sesión no se presentaron testigos ni pruebas concluyentes.
Te podría interesar
LEE TAMBIÉN: Atacan embajada de Cuba en Washington con bombas molotov
Te podría interesar
En este contexto, es importante mencionar que la Constitución de Estados Unidos establece que un presidente puede ser destituido mediante un juicio político si se le encuentra culpable de "delitos o faltas graves". Sin embargo, los republicanos han manifestado que el objetivo actual no es destituir al mandatario, sino ampliar la investigación sobre las presuntas irregularidades.
La viabilidad del juicio político es incierta, ya que no está claro si el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, cuenta con el apoyo necesario de su bancada para avanzar en el proceso. Además, incluso si el juicio prospera en la Cámara Baja, deberá pasar por el Senado, donde los demócratas tienen la mayoría, lo que reduce significativamente sus posibilidades de éxito.
Este escenario político se desarrolla en un momento crítico para el Gobierno federal, que se enfrenta a la posibilidad de quedarse sin fondos en menos de 60 horas, lo que llevaría al cierre del Gobierno y tendría un impacto severo en la economía. La Casa Blanca ha advertido sobre las "consecuencias dañinas" de esta situación, como la pérdida de empleos, la suspensión de sueldos para militares y la falta de financiación para combatir el fentanilo.
Un grupo de republicanos ultraconservadores, afines a Trump, se resisten a avalar una solución a corto plazo que permita financiar a las agencias federales y mantener en funcionamiento la Administración. Mientras tanto, la Administración Biden busca centrar la atención en estos asuntos críticos, en lugar de las acusaciones políticas.
Desde la Administración Trump, los negocios de Hunter Biden han estado en el punto de mira de los republicanos. Hunter ha enfrentado acusaciones por posesión irregular de armas e investigaciones por declaraciones irregulares de impuestos. Aunque los conservadores han intentado usar la situación de Hunter para desacreditar al presidente, hasta el momento no han establecido una conexión directa entre los negocios de Hunter y Biden.
En el panorama político futuro, Biden aspira a la reelección en las próximas elecciones, donde previsiblemente se enfrentará a Trump, quien enfrenta cuatro imputaciones penales, dos de ellas por intentos de revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Con información de EFE.
DJC