Un atentado sacudió la embajada cubana en Washington, que fue objeto de un ataque que implicó el uso de bombas molotov. Este acto ha sido rotundamente condenado y clasificado como "terrorista" por las autoridades de Cuba. El presidente Miguel Díaz-Canel y el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, no dudó en expresar públicamente su repudio y preocupación ante este acto de violencia.
Este no es el primer incidente de esta naturaleza, pues en abril de 2020, la misma embajada ya había sido blanco de un ataque cuando un individuo abrió fuego contra el edificio. Estos actos de violencia han levantado preocupación y la necesidad de respuestas por parte de las autoridades estadounidenses. Rodríguez recordó el anterior ataque y enfatizó la sensación de impunidad que parece rodear a estos grupos anticubanos, un tema sobre el cual Cuba ha alertado repetidamente a Estados Unidos.
El ataque ocurrió durante la tarde del domingo, cuando un individuo no identificado lanzó dos cócteles molotov contra la legación diplomática. Afortunadamente, no se reportaron daños personales, según informaron fuentes gubernamentales cubanas. A raíz de este incidente, Cuba ha hecho un llamado a Estados Unidos para que tome "acción".
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Miguel Díaz-Canel y Bruno Rodríguez habían regresado a La Habana horas antes, luego de participar en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Durante esta importante reunión internacional, la delegación cubana mantuvo una actividad intensa y el presidente Díaz-Canel aprovechó para abogar por el fin del embargo y para reunirse con otros líderes internacionales y colectivos de la sociedad civil que respaldan a Cuba.
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El presidente cubano también expresó su repudio ante el ataque a través de las redes sociales, donde escribió: "El odio lanzó anoche, otra vez, un ataque terrorista contra nuestra Embajada en Washington, en un acto de violencia y de impotencia que pudo costar valiosas vidas. Lo denunciamos y esperamos acción de las autoridades norteamericanas."
La respuesta internacional no se ha hecho esperar, y gobiernos aliados como Venezuela y Bolivia han expresado su solidaridad con Cuba. Este acto de violencia ha intensificado las tensiones entre Cuba y Estados Unidos y ha avivado el debate sobre la inclusión de Cuba en la lista de países que promocionan el terrorismo por parte de Estados Unidos.
Este incidente ocurre en un contexto en el que las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, restauradas en 2015 gracias al proceso de "deshielo" promovido por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro, enfrentan nuevos desafíos. La embajada de Cuba en Washington había reabierto sus puertas después de más de cinco décadas de relaciones congeladas, desde 1961, dos años después del triunfo de la revolución en la isla.
La condena a estos actos de violencia y terrorismo se ha hecho unánime por parte de varios cargos del Gobierno cubano y del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), quienes han utilizado las redes sociales para expresar su repudio y para cuestionar la posición de Estados Unidos respecto a Cuba en temas de terrorismo.
Con información de EFE.
DJC