La estructura de Villa Tevere, sede principal del Opus Dei, refleja la esencia de esta organización. Situada en la calle Bruno Buozzi de Roma, compuesta por ocho edificios interconectados, se asemeja a un intrincado laberinto de piedra, que alberga el oratorio inspirado en una basílica romana y la tumba de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. La historia cuenta que Escrivá se trasladó a Roma para ampliar su visión religiosa, un viaje que emprendió desde el puerto de Barcelona en 1946. Desde que el Papa Francisco llegó a tomar posesión de la Santa sede, la organización no ha dejado de estar en el ojo del huracán y ha visto su influencia y poder mermado.
De acuerdo con el reportaje de El País semanal "El Opus Dei, en el punto de mira del Papa" por Daniel Verdú , hoy, el Opus Dei, también conocido como "La Obra" entre sus miembros, se ha convertido en una organización de gran magnitud, presente en 68 países con aproximadamente 93,600 miembros laicos y 2,095 sacerdotes. Aunque de origen español, su influencia ha traspasado fronteras. Sin embargo, es en Europa donde cuenta con el 57% de sus miembros. Las estadísticas también muestran su crecimiento en América, con un 34%, seguido de África con el 4% y Oceanía con el 1%.
En el reportaje, se menciona que los datos financieros del Opus Dei no son tan claros. Su estructura financiera e inmobiliaria descentralizada no ofrece un panorama exacto de su patrimonio. Escuelas, universidades, hospitales y propiedades están a nombre de fundaciones o sociedades vinculadas a la Obra, y es la misma comunidad la que opera como unidad económica.
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En el plano jerárquico, Verdú menciona que el Opus Dei ha experimentado momentos de gran influencia, especialmente durante el pontificado de Juan Pablo II. En 1982, se convirtió en la única prelatura personal del Papa, adquiriendo una autonomía sin precedentes. Pero ese estatus ha comenzado a cambiar. Recientemente, el Papa Francisco promulgó un documento que modifica el papel del Opus Dei, haciéndolo más similar a una asociación clerical pública. Esta medida pone en juego la relación legal de los laicos con la Obra.
Sin embargo, el reportaje menciona que la reconfiguración propuesta por el Papa no ha sido la única. Un año antes, otro documento papal solicitó que el Opus Dei revisara su relación con el Vaticano. Esto implicó que la máxima autoridad del Opus no pudiera ser obispo ni ordenar a otros sacerdotes.
El País Semanal ha investigado a fondo esta situación, entrevistando a representantes y miembros de la organización. Las conclusiones derivadas de estas conversaciones sugieren que el Opus Dei se encuentra en un momento crucial, en el que tendrá que redefinir su papel y naturaleza.
La relación entre el Papa Francisco y el Opus Dei es convulsa; el hecho de que el Papa sea jesuita, una orden con una historia compleja con la Iglesia católica, podría influir en la visión y las decisiones respecto al futuro del Opus Dei.
En la mira del Papa Francisco
El reportaje recuerda que el Opus Dei es una organización conocida por su naturaleza adaptable y discreta, la cual enfrenta una serie de retos y cambios. Actualmente, en Roma, diversas señales provenientes del Papa generan debate en torno a la organización. Esta situación parece ser influenciada por el cardenal Gianfranco Ghirlanda, exrector de la Universidad Gregoriana y asesor papal en asuntos relacionados con el control de instituciones eclesiásticas. Aunque el Opus Dei cuenta con renombrados canonistas, se evitan pronunciamientos públicos sobre este tema. Sin embargo, las discrepancias son evidentes.
De acuerdo con las entrevistas del reportaje, una de ellas de Giovanni Maria Vian quien es un destacado historiador de la Iglesia y anterior director del periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, señala que las tensiones entre los jesuitas y el Opus Dei se deben a diferencias de visión sobre la Iglesia moderna. Aunque no todos los jesuitas se identifican como progresistas ni todos los miembros del Opus Dei como conservadores, existe una percepción de competencia entre ambos. Vian considera que los recientes cambios jurídicos buscan una normalización canónica.
El reportaje recuerda la situación en España, el reflejo de estas tensiones se evidencia en la vasta influencia del Opus Dei. Destacan instituciones como la Universidad de Navarra, la red de hospitales, y la escuela de negocios IESE. Además, han tenido presencia en la política, en particular en el Partido Popular. Un hecho significativo ocurrió recientemente cuando el obispo de Barbastro-Monzón destituyó al rector del santuario de Torreciudad, uno de los lugares más emblemáticos para el Opus Dei.
Según mencionan los entrevistados por El País y Verdú, la organización es consciente de las suspicacias que genera en ciertos sectores, en parte debido a denuncias y críticas de algunos de sus miembros. Además, se han presentado acusaciones de prácticas sectarias y de complicidad con poderes políticos y económicos en el pasado.
No obstante, el Opus Dei también ha enfrentado crisis en el pasado que han resultado en una mayor apertura. La beatificación de Escrivá en 1992 generó controversias y críticas, un reflejo de los tiempos cambiantes en la Iglesia y en la sociedad. Juan Manuel Mora, quien fuera encargado de comunicación de la Obra, recuerda ese período como uno de desafíos y aprendizajes.
Los desafíos
De acuerdo con el reportaje, uno de estos desafíos surgió tras el lanzamiento del libro "El Código Da Vinci" de Dan Brown. En esta novela, uno de los personajes centrales pertenece a la Opus Dei, y presenta una imagen negativa de la organización. Esto causó cierta inquietud entre sus miembros y provocó reacciones en el público general.
Para contrarrestar esta percepción, muchas personas se acercaron a la Opus Dei, buscando comprenderla mejor y, eventualmente, unirse a ella. De hecho, Random House, la editorial que publicó "El Código Da Vinci", lanzó otro libro titulado "Opus Dei: Una visión objetiva de la realidad y los mitos de la fuerza más polémica de la Iglesia católica".
Por otro lado, actualmente, la Opus Dei enfrenta otros desafíos, tales como denuncias sobre el trato hacia mujeres y decisiones papales que afectan su estructura jurídica. Sin embargo, la organización busca manejar estos problemas con unidad y obediencia, según expresó el prelado en comunicaciones recientes.
Hace poco, en la iglesia de San Eugenio, se realizó una misa funeral por la muerte del fundador de la Opus Dei, Escrivá de Balaguer. Al evento asistieron alrededor de 1.300 fieles, incluidos embajadores, militares y profesionales reconocidos.
En conversaciones individuales con miembros, se percibe una actitud de adaptabilidad. Un fiel, María, mencionó que se adaptarían a lo que fuera necesario. Es interesante notar que los sacerdotes portaban una casulla con el símbolo de la organización, que representa la visión de la Opus Dei de santificar el trabajo.
Sin embargo, la percepción externa sobre la Opus Dei varía. El prelado reconoce que, aunque muchas personas que conocen la organización la aprecian, existen críticas. Según él, es esencial que haya respeto mutuo y colaboración, a pesar de las diferencias de opiniones. No obstante, algunos exmiembros han compartido experiencias menos positivas. Antonio Moya, un exnumerario, relató que la salida de la organización puede ser traumática para algunos, ya que la estructura de la Opus Dei es rígida.
Contexto: El Opus Dei en México
El 2 de octubre marca un día significativo para el Opus Dei pues se celebra el día de su fundación, como ya se ha mencionado, es una entidad perteneciente a la Iglesia Católica. Fundada por el sacerdote español Josemaría Escrivá en 1928, tiene el propósito central de participar en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Este compromiso llevó al Opus Dei a extender su presencia más allá de las fronteras españolas.
Apenas dos décadas después de su fundación, en 1948, México se convirtió en un nuevo terreno para el apostolado de la institución. Esta expansión se debe, en gran medida, al esfuerzo y la visión del sacerdote Pedro Casciaro y tres numerarios. Juntos emprendieron la tarea de fortalecer los principios católicos en el país, ante lo que consideraban un avance del estado laico y un posible alejamiento de los valores tradicionales de la Iglesia.
La alcaldía Benito Juárez en Ciudad de México vio el establecimiento de la primera sede del Opus Dei. Precisamente en la calle Nápoles. Unos años después, en 1950, tres numerarias, Guadalupe Ortiz de Lanzázuri, Maria Esther Ciancas y Manuel Ortiz, se integraron a esta sede. No solo se dedicaron a la labor religiosa, sino que también se destacaron en el ámbito académico, obteniendo grados en Historia y Filosofía y Letras por la UNAM. Esta combinación de fe y academia atrajo a otros profesionales a sumarse al Opus Dei en México.
La expansión del Opus Dei no se limitó a la capital. Culiacán, una ciudad al norte, también vio la influencia de esta organización. Aquí, la estrategia fue acercarse a mujeres de familias acomodadas. Con su colaboración, se estableció el Colegio Chapultepec para niñas en 1954. Este centro educativo tiene el distintivo de ser la primera escuela del Opus Dei en territorio mexicano.
La presencia del Opus Dei trascendió la creación de espacios educativos. Numerarias, con formación profesional en áreas como Medicina, Arquitectura y Periodismo, comenzaron a desempeñarse en sus respectivas disciplinas. Estas acciones, junto con proyectos filantrópicos y otras iniciativas, buscaban fortalecer la fe católica en la sociedad mexicana.
Además, en un esfuerzo por brindar oportunidades a sectores vulnerables, la institución se enfocó en mujeres y niñas de bajos recursos. A estas se les impartió tanto la doctrina católica como habilidades y formación en diversos oficios.
No obstante, el Opus Dei también reconoció la importancia de formar líderes en el mundo empresarial que operaran bajo principios cristianos y éticos. Esto llevó a la creación de la Sociedad Panamericana de Empresarios en 1966. Esta sociedad, posteriormente, dio origen al Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), refrendando el compromiso del Opus Dei con la formación integral en México.
DJC