Ante la crisis política y social que se desarrolla en diferentes países del mundo, donde la inconformidad social de la población pone en tela de juicio la efectividad de la democracia como sistema de gobierno hegemónico en el mundo, surge la incertidumbre de si las democracias están en riesgo. En este sentido, en la Mesa de Opinión entre El Heraldo Radio y La Silla Rota, se analizaron las crisis políticas y sociales de Francia e Israel, como panorama general del riesgo que sufren las democracias ante políticas impopulares acometidas por sus dirigentes, incluida la mexicana.
En el caso de Francia, el desarrollo de una extensión de la edad de jubilación por dos años más, debido a la insostenibilidad del sistema de pensiones, ha desatado la inconformidad de la sociedad, quien se ha manifestado por varios días de manera violenta, y que arriesga la popularidad del presidente, a quien ya se le pide su renuncia.
En el caso de Israel, la crisis social la detonó la promoción de una reforma del poder judicial que amenaza con otorgar control efectivo al Ejecutivo sobre el comité de selección de jueces. Esto con motivo de deudas políticas de Netanyahu con sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos de coalición, con los que logró su regreso al poder.
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Estas dos situaciones, distintas entre sí, pero que ponen en vilo la solidez de la democracia a la hora de resolver crisis sociales, económicas y políticas, son una muestra clara que el descontento social puede desatar acciones extremistas entre los ciudadanos.
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Caso francés: reforma al sistema de pensiones
A mediados de marzo, Con el respaldo de 195 senadores y 112 votos en contra, el Senado francés aprobó a última hora del sábado el polémico proyecto de la reforma de pensiones, que aumenta la edad de 62 a 64 para jubilarse.
En este sentido, Aribel Contreras, académica de la Universidad Iberoamericana, comentó que la sociedad francesa no fue engañada por Macrón, quien desde el momento de su reelección anunció la necesidad de una reforma al sistema de pensiones, pero que sin embargo, la crisis económica suscitada como resultado de la guerra en Ucrania le ha pasado factura.
La sociedad francesa, más que protestar por la reforma al sistema de pensiones, está saliendo a demostrar su inconformidad con respecto a la pérdida de su poder adquisitivo.
Además, resalta que “la sociedad francesa es muy clara y muy determinante cuando no le parece algo a nivel de gobierno”, además de que ante el inconformismo con Macrón, se corre el riesgo de que en las próximas elecciones se elija a un gobierno de la ultraderecha.
El gobierno francés se encuentra ante la disyuntiva de tener que estabilizar la situación entre su política interna, y su política exterior como miembro de la OTAN y como parte de la Unión Europea, donde se ha tomado un frente para defender a Ucrania de la invasión rusa.
Esta situación ha puesto al presidente en lo que “pareciera un laberinto político económico social” donde “ya no haya como para dónde moverse”. Por un lado tiene que lidiar con una política exterior Europea que ha fijado su frente con respecto al conflicto Ucrania y Rusia, y por el otro debe lidiar con la turbulencia social por la que atraviesa su país.
El internacionalista, Alejandro Chanona, comentó que la situación en Francia es reflejo de lo que está pasando en todas las democracias europeas, donde el envejecimiento de la población aunado a un cada vez más reducido número de nacimientos, y al aumento de la esperanza de vida de las personas, cuesta cada vez más mantener a la población.
Además, compartió que en su opinión, los levantamientos en Francia son producto de una mala estrategia de Macron a la hora de implementar su reforma al sistema de pensiones, pues en el “ánimo de ahorrarse miles de millones de euros, no legitimó su decisión”, y terminó por levantar a media Francia.
“Le falló la estrategia”, y ahora Macron puede pagar caro las consecuencias de la crisis del estado de bienestar europeo que detonó con su reforma, la cual fue implementada tras verse superado por la realidad de un sistema de pensiones insostenible, que lo obligó a cambiar la edad de retiro.
“Lo de Francia es sintomático de la realidad europea. Cada vez más vieja la sociedad y cada vez menos jóvenes”, agregó Chanona.
Caso israelí: reforma judicial
La reforma judicial impulsada por Netanyahu y sus aliados de coalición busca cambiar el sistema de nombramiento de jueces y fiscal general, reducir los poderes del Tribunal Supremo y restringir el derecho de los ciudadanos a presentar recursos ante esta instancia. Además, se plantea la creación de tribunales especiales para los casos de corrupción, algo que ha sido criticado por los expertos en Derecho, que consideran que puede generar una falta de independencia en la Justicia.
La situación de Israel es otra cosa que desestabiliza la fortaleza de la democracia como sistema político, donde el primer ministro “está haciendo lo que muchos presidentes populistas han hecho que es querer convertirse en primeros ministros con súper poderes”.
De acuerdo con Aribel Contreras, la reforma promovida por Netanyahu tiene la finalidad de evadir los cargos por sobornos, fraudes y abuso de confianza, además de que esta reforma es parte de la deuda política del primer ministro con los partidos de ultraderecha, quienes buscan “minimizar el poder que tiene el Tribunal Supremo que está conformado por 120 miembros”.
Para Contreras, experta en Relaciones Internacionales y Geopolítica, esta reforma podría clasificarse como un "misil político-judicial". Misma que dotaría de "superpoderes" al Primer Ministro de Israel y con una amenaza de continuar en el poder de manera indefinida.
Alejandro Chanona refirió que Netanyahu es una “figura central de la estabilidad y la inestabilidad de los últimos 20 años”, además de que su poder se construyó en coalición entre partidos religiosos y de ultraderecha, donde la crisis social no es producto del descontento con el modelo democrático sino con el poder ejecutivo.
Para él, la crisis israelí es de fondo, donde la democracia pende de un hilo al realizarse una reforma que “quita los dientes al (Poder) judicial y limitar el alcance de una acción de inconstitucionalidad o un fallo de la corte”, en pos de un mayor dominio del Poder Ejecutivo sobre el estado.
El panorama en México
La doctora reflexionó que la situación en Francia nos deja como aprendizaje a los mexicanos que “los populismos, las sociedades polarizadas, estos extremos exacerbados, no nos llevan a nada ni en Francia ni en Israel ni en ninguna otra ciudad”.
“No podemos permitirnos que como sociedad sigamos confrontándonos entre nosotros, sí exigirle a nuestros gobernantes lo que prometieron, pero tampoco podemos caer en esta trampa de hacer lo que las redes sociales nos convocan hacer cuando un mandatario no miente”, dijo.
En cuanto al panorama mexicano, Chanona refiere que “México debe mantener la idea de pesos y contrapesos”, por lo que destaca las marchas y su valor de un sector que no compartía la reforma electoral (Plan B), pero refiere, que “México sí puede manifestarse”.
Para él, “las democracias tienden a despertar tarde o temprano,…, las democracias vigorosas reaccionan por un acto autoritario o por un tema de equilibrios, no hay que subestimar a nada y nadie en una democracia".
En febrero, México perdió tres lugares en el ranking Índice de Democracia Global (Democracy Index) 2022 que elabora la revista especializada The Economist al pasar del lugar 86 al sitio 89 entre los países menos democráticos del mundo con un régimen híbrido entre democracia y la autocracia.
México, entre el autoritarismo y la autocracia; cae en ranking The Economist | La Silla Rota
Entre 2008 y 2012 rayó entre régimen democrático e híbrido y marcadamente desde 2019, México aparece en el ranking como régimen híbrido, anteriormente estaba dentro de los países con régimen democrático. El año pasado, The Economist en su ranking ubicó a México en el lugar 86; ahora aparece en el lugar 89.
VGB