Situada en la idílica bahía de Subic, la que fuera la mayor base naval en el extranjero de los Estados Unidos hasta el fin de la Guerra Fría, recupera ahora protagonismo al ser candidata para acoger de nuevo a tropas estadounidenses. Este movimiento forma parte del plan de Washington para duplicar su presencia militar en Filipinas y controlar los movimientos de China sobre Taiwán. Los tambores de una posible guerra entre las potencias más grandes del mundo parecen resonar con más fuerza que nunca ante las preparaciones de los últimos días.
Anna Magsay, una vendedora ambulante de 46 años, comenta a EFE que "aquí todo el mundo quiere que vuelvan los americanos, a todos nos iba mejor". Anna ya vendía souvenirs al personal estadounidense hace décadas. Subic, que se encuentra en la costa noroccidental de Filipinas, a unos 120 kilómetros al norte de Manila, podría recibir tropas estadounidenses 31 años después de que se marcharan. Este hecho se produce en un momento clave en el pulso entre China y Estados Unidos por expandir su influencia en el Pacífico.
A pesar de que la presencia estadounidense en la zona desapareció hace ya tiempo, todavía se pueden encontrar vestigios de ella. Varios búnkeres abandonados por el Ejército de Estados Unidos, que almacenaban munición, se encuentran escondidos bajo una tupida vegetación, flanqueando una de las carreteras que antes estaban restringidas al personal militar.
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Desde este idílico enclave, rodeado de un denso bosque tropical, todavía se puede apreciar la magnitud de la base naval estadounidense que se abandonó hace tres décadas, y que ahora figura como uno de los posibles nuevos emplazamientos para las tropas estadounidenses.
Subic es un complejo militar que fue clave durante la guerra de Vietnam. En aquel entonces, llegó a albergar hasta 47 buques de la armada de Estados Unidos, acogiendo a más de 4.300 estadounidenses. Ahora suena como una de las nuevas bases a las que las tropas de Estados Unidos podrán tener acceso en el país.
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Para Jonny Pois, camarero de un restaurante frente a la playa, "la vuelta de Estados Unidos sería muy buena para los negocios. Bares, restaurantes y hoteles estaban antes llenos aquí", relata. Sin embargo, el subdirector de la Autoridad de la Bahía de Subic, Ramón Agregado, se muestra más cauteloso, aunque previene que la decisión final sobre si Subic recibirá de nuevo a las tropas de Estados Unidos la tomará el Gobierno central en Manila.
"Hay muy buenos recuerdos de la presencia norteamericana en la zona, por lo que generalmente la gente apoya el regreso". Sin embargo, Agregado matiza que "tenemos que entender que Subic es un centro de inversión, y hasta donde sea posible, queremos mantener nuestros intereses económicos", sin verse envueltos en conflictos.
Subic es un enclave geoestratégico crucial, situado a unos 800 kilómetros al sur de Taiwán y unos 700 kilómetros al norte del archipiélago Spratly, en el mar de China Meridional. Este mar está disputado entre China y países de la zona, entre ellos Filipinas, por lo que daría acceso a ambas áreas contenciosas a los barcos estadounidenses.
Este es un momento de escalada de tensiones, cuando China aumenta su expansión por las aguas del mar del Sur. Estas son ricas en recursos y son cruciales para el transporte de mercancías. Además, aumenta la preocupación por la soberanía de Taiwán. China no descarta invadir la isla autogobernada, que considera parte de su territorio y que Washington, en principio, defendería.
El 2 de febrero de 2023, Filipinas y Estados Unidos acordaron extender el Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés), agregando cinco bases más a las cuatro preexistentes a las que Estados Unidos ya tiene acceso en el archipiélago asiático desde 2014.
La presencia de Estados Unidos en Filipinas puede verse como un elemento de disuasión ante el aumento de la expansión de China por las aguas del Mar del Sur, ricas en recursos y cruciales para el transporte de mercancías, y, sobre todo, ante la preocupación por la soberanía de Taiwán. Por otro lado, Filipinas ha dado un giro de timón buscando reforzar su histórica alianza de seguridad con Estados Unidos, especialmente ante el aumento del acoso a sus barcos por parte de buques chinos en aguas territoriales filipinas.
La utilización de nuevas bases para apoyo estadounidense, cuya ubicación está por desvelarse, no es del agrado de toda la clase política filipina. El gobernador de una provincia norteña de la isla de Luzón donde podría estar otra de las bases, a menos de media hora en avión de Taiwán, Manuel Mamba, se ha opuesto públicamente a ello, ya que ve a China, el principal aliado comercial de Filipinas, "como un amigo y socio", y añadió recientemente que pasarían "noches en vela" si se desatara un conflicto entre Estados Unidos y China.
La misma hermana del presidente filipino, la senadora Imee Marcos, ha cuestionado la iniciativa y ha pedido al Ejército filipino hablar claro: "¿Por qué es nuestra guerra Taiwán? Entonces, ¿vamos a luchar por Estados Unidos?", inquirió en una audiencia en el Senado el pasado miércoles.
Con información de EFE.
DJC