Seúl.- Los tambores de guerra suenan a nivel mundial. El contexto de la intervención militar de Rusia en Ucrania que ya cumple un año parece nuevamente estirar la liga de las posiciones de diálogo en el contexto de los duros discursos tanto de Joe Biden en su visita a Ucrania, en el sentido de que no se permitirá una victoria del ejército ruso; mientras que Putin advirtió que está listo para el uso de armamento nuclear, pero que no será el primero en utilizarla, en un punto donde la diplomacia se juega sus últimas cartas en busca de una salida negociada de paz en el conflicto. China, recordemos, ya hizo su propuesta de paz para la guerra en un último intento por evitar una tercera guerra mundial, ahora que todas las potencias están en una escalada armamentista, -con una Corea del Norte que también juega sus cartas- que ya se le denomina Guerra Fría 2.0.
Corea del Sur, Japón y Estados Unidos realizaron un ejercicio combinado de defensa antimisiles en aguas internacionales del mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) apenas unos días después de que el régimen de Kim Jong-un disparara tres misiles balísticos, uno de ellos de alcance intercontinental.
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Las maniobras, de unas cinco horas de duración, se centraron en detectar, rastrear e interceptar objetivos simulados por ordenador y en compartir información en tiempo real, según explicó el Estado Mayor Conjunto (JCS) en un comunicado.
El ejercicio se realizó al este de la isla surcoreana de Ulleung, y participaron tres destructores equipados con el sistema Aegis: el surcoreano Sejong El Grande, el japonés Atago y el estadounidense USS Barry.
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"A través del ejercicio marítimo de defensa antimisiles la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur), Estados Unidos y Japón fortalecieron su cooperación en materia de seguridad y sus sistemas de respuesta", explica el texto del JCS.
La demostración "mejora la interoperabilidad de nuestra fuerza colectiva y demuestra la fortaleza de la relación trilateral", la cual refleja "la determinación contra aquellos que amenazan la estabilidad regional", dijo por su parte en otro escrito el Comando del Indo Pacífico estadounidense.
"Este ejercicio demuestra el compromiso de Japón, Estados Unidos y la República de Corea para una mayor cooperación trilateral para responder a los desafíos de seguridad regional en medio de un entorno de seguridad cada vez más severo", afirmaron por su parte las Fuerzas Marítimas de Autodefensa niponas en otro escrito.
El pasado sábado Corea del Norte lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM) Hwasong-15, el segundo con mayor alcance potencial de su arsenal, que recorrió más de 900 kilómetros antes de caer en aguas de la Zona Económica Especial (ZEE) de Japón, al oeste de la isla de Hokkaido.
Los repetidos lanzamientos de Pionyang, que el año pasado tiró un número récord de misiles, han reforzado el acercamiento, en materia de seguridad, de Seúl y Tokio, cuyas relaciones han pasado por su peor momento en años recientes.
Los tres aliados, de hecho, ya realizaron unos ejercicios similares a los de hoy el pasado octubre ante los repetidos ensayos de armas norcoreanos.
La tensión en la península, donde Seúl y Washington planean realizar unas grandes maniobras en marzo a las que el régimen ha prometido dar una respuesta "sin precedentes", está en máximos históricos y los expertos advierten del creciente peligro de que se produzca un error de cálculo que pueda tener consecuencias fatales.