El peligro de una guerra nuclear con tintes de tercera guerra mundial nunca se ha disipado del todo en el mundo. Desde la guerra fría o postguerra, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial no se había visto una carrera armamentista de las dimensiones actuales en el marco de la invasión de Rusia en Ucrania, los conflictos tecnológicos entre Estados Unidos y China; el papel mismo del gigante asiático en el concierto mundial y su visión de una China unida contra lo que dice Taiwán y sus aliados; además de los amagues permanentes de Corea del Norte, Pakistán y otros países con sus pruebas nucleares y una Alemania que busca reconfigurar su ejército y volver a ser potencia militar.
Estudios de 2022 de la Universidad de Princeton han revelado que un conflicto entre Estados Unidos y Rusia que comienza con el uso de un arma nuclear táctica predice una escalada rápida que dejaría más de 90 millones de muertos y heridos, de acuerdo con diversas publicaciones.
Hay que recordar que reportes recientes advierten que la capacidad militar de Estados Unidos ha ido en franco declive por la ayuda sostenida a Ucrania y que pronto se quedaría sin municiones si se llevara a cabo un enfrentamiento bélico.
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LA CAPACIDAD NUCLEAR DE RUSIA
Ahora, los sistemas de armas rusos presumen un arsenal de miedo. Incluyen 4,477 ojivas nucleares desplegadas y de reserva, de las cuales unas 1,900 son ojivas "no estratégicas", también conocidas como armas nucleares tácticas, según la Federación de Científicos Estadounidenses.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), premiada con el Nobel de la Paz en 2017, condenó hoy la renovada amenaza de usar armamento atómico por parte del presidente ruso, Vladímir Putin, que consideró "extremadamente peligrosa e irresponsable"; lo que a muchos hace especular con una hipotética tercera guerra mundial con características nucleares.
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EL CONTEXTO
La guerra entre Ucrania y Rusia, además de las pruebas de misiles por parte de Corea del Norte –y aprobado por China– para mostrarle músculo a Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, las pruebas de éstos en respuesta al líder norcoreano, además de las negociaciones empantanadas para reducir armamento nuclear entre EU e Irán, mientras India y Pakistán ven de reojo el desarrollo del entorno internacional hacen suponer que está listo el caldo de cultivo para que estalle más pronto que tarde lo que conoceríamos como la tercera guerra mundial con tintes nucleares.
A esto se suma el renovado interés de China por tomar el control de lo que llama su isla rebelde, Taiwán, separada de Pekín y que tiene gestión propia ahora muy cercana con Estados Unidos, tras la visita de decenas de legisladores, desde Washington.
EU ACUSA A RUSIA
Estados Unidos acusó a Rusia de estar incumpliendo el Nuevo START, el último tratado nuclear entre las dos potencias, al no permitir que técnicos estadounidenses realicen inspecciones en territorio ruso.
El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, hizo esa acusación contra Rusia en un informe que el Departamento de Estado envió al Congreso para informarle de la situación del Nuevo START, que fue firmado en 2010 y prorrogado en 2021 durante cinco años más.
Estados Unidos había intentado sin éxito negociar con Rusia para que se reanudarán las inspecciones de armamento nuclear sobre el terreno, que llevan pausadas desde 2020, primero por la pandemia y después por las limitaciones a los viajes entre los dos países tras la invasión rusa de Ucrania.
Al no haber conseguido avances, el Gobierno de Biden decidió acusar formalmente a Rusia de incumplir el tratado.
Según el Departamento de Estado, la negativa rusa a las inspecciones "amenaza" la capacidad de Estados Unidos para ejercer algunos de los derechos de control de armamentos que recoge el Nuevo START y, especialmente, "amenaza la viabilidad del sistema de control de armamento entre Estados Unidos y Rusia".
Además de las inspecciones, Estados Unidos asegura que Rusia no ha cumplido con otra de las obligaciones que recoge el Nuevo START: la celebración de una comisión bilateral sobre el tratado.
Rusia ha argumentado que no se dan las condiciones para la celebración de reuniones de esa comisión bilateral y culpa de ello a la retórica y a las acciones de Estados Unidos -el mayor suministrador de armamento a Ucrania-, al que también acusa de provocarlo constantemente.
Justo este martes, Estados Unidos y Rusia habían reanudado los contactos sobre control de armamento con reuniones en Moscú.
Firmado en 2010 por los entonces presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Dmitri Medvédev, el Nuevo START limita el número de ojivas nucleares de largo alcance que cada país puede tener desplegadas a 1,550.
También restringe el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva ambos países, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.
En concreto, tanto Estados Unidos como Rusia pueden llevar a cabo hasta 18 inspecciones al año de los arsenales nucleares del otro sin dar apenas tiempo al país receptor para prepararse: los técnicos dan aviso 32 horas antes de llegar y después eligen el lugar que quieren examinar, que debe ser respetado por las autoridades receptoras.