Las imágenes de los intercambios de prisioneros durante la tregua humanitaria entre Israel y el grupo islamista Hamás dieron la vuelta al mundo, pues no solo mostraron a familias reencontrarse después de días e incluso años de estar separados, le dio la esperanza a una familia de Buenos Aires, Argentina que llevaba varias semanas sin saber si su hija seguía viva.
Esta no es la primera vez que la enfermera argentina Pilar Bauzá Moreno ejerce su profesión en medio de una guerra o un conflicto armado. A finales del 2007, Pilar fue secuestrada junto con la médica española Mercedes García por un grupo de 10 hombres armados en Bosasso al norte de Somalia durante su primer trabajo como parte de la organización Médicos Sin Fronteras.
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De acuerdo con su padre, Carlos Bauzá, su familia se enteró del secuestro de su hija, en ese entonces de 26 años, por la televisión. “Pili no conoce el miedo. Lo digo en serio” contó su papá al periódico argentino La Nación, quien aseguró que la enfermera argentina, ahora de 42 años, “tiene mucho carácter, es muy segura de sí misma, muy independiente y muy inteligente”.
Pilar estuvo ocho días secuestrada en Somalia y durante ese tiempo su familia no tuvo noticias de ella hasta que después de varias negociaciones entre el gobierno español y otras organizaciones internacionales, ambas profesionales de la salud pudieron ser liberadas. Después de esto, su familia pensó que Pilar no volvería a Médicos Sin Frontera y se instalaría nuevamente en Buenos Aires, pero durante una conferencia de prensa después de su liberación la enfermera argentina dijo que: “Voy a seguir haciendo lo que sé hacer. Mi vocación está intacta”.
Su labor en la Franja de Gaza
Cuatro meses después de su liberación, Pilar Bauzá emprendió otra aventura a Etiopía para continuar con sus labores y posteriormente fue contratada por la Cruz Roja, organización de la que es parte actualmente. Además de Gaza, Pilar ha estado en otros destinos donde se han registrado conflictos armados como Ucrania, Nagorno-Karabaj en el Cáucaso y Eritrea al noreste de África.
Ahora, la labor de Pilar Bauzá en la Franja de Gaza como miembro de la Cruz Roja, fue apoyar en el intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás. Su padre, Carlos, aseguró a La Nación que una semana antes de que la vieran en los noticieros durante la entrega de rehenes, Pilar les escribió por WhatsApp: “estoy por entrar a la Franja de Gaza; estaré sin comunicación. Cuento con sus rezos”.
Han sido varios videos en los que se le ve a Pilar apoyando y recibiendo a los rehenes que permanecían con el grupo Hamás. Su hermano fue quien la vio brevemente en una transmisión en vivo del intercambio e incluso la enfermera argentina estuvo presente en la entrega de las rehenes Yuly y Emma Cunio, las mellizas argentinas de tres años que fueron liberadas el 28 de noviembre.
Pilar Bauzá, quien es licenciada en Enfermería por la Universidad Austral, cuenta con un máster en Neonatología y trabajó durante varios años en los servicios de terapia intensiva neonatal de numerosos hospitales y sanatorios. Su padre cuenta que ella vive en Ginebra, pues ahí esta la sede de la Cruz Roja, y en ocasiones ella los visita en Buenos Aires o ellos van a Suiza para verla. Su comunicación se da principalmente por WhatsApp y es normal que pasen varias semanas sin saber de ella por la naturaleza de su profesión. “Ella tiene una vocación pura de ayudar al prójimo, no hay otra explicación”, asegura su padre sobre la enfermera argentina.