En el marco de la última medición del Latinobarómetro 2023, se registró en México un aumento de once puntos porcentuales del autoritarismo entre 2020 y 2023 lo que enciende las alarmas.
Hay que observar detenidamente a México en un momento donde su presidente, Andrés Manuel López Obrador, intenta modificar las leyes que rigen las elecciones para mejorar las opciones de su partido. Es una acción claramente autoritaria que podría contar con el apoyo de este tercio de la población.
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México sufre una pérdida de apoyo a la democracia entre 2020 y 2023 desde el 43% al 35% (ocho puntos porcentuales), a la vez que un aumento de la indiferencia al tipo de régimen de dos puntos porcentuales, alcanzando un 28%. En otras palabras, algo más de un tercio apoya la democracia (35%), cerca de otro tercio es indiferente por el tipo de régimen (28%) y el otro tercio apoya una opción autoritaria (33%).
La democracia se ha deteriorado mucho desde 2020 en México, según la evolución negativa de estos indicadores. Hay aquí también tierra fértil para autoritarismos y populismos.
Los siguientes factores debilitan o transgreden las democracias son:
- Los personalismos: un factor recurrente de transgresión a las normas democráticas es que el Presidente de la República se considere indispensable para su país y modifique las reglas de reelección a fin de acceder a un nuevo período presidencial, más allá de lo establecido. Se trata, quizá, del factor más visible de todos, que un presidente doblegue las reglas de la Constitución en su intento de permanecer en el poder. Son, por ejemplo, los casos de Rafael Correa (Ecuador) en su tercer mandato y Evo Morales (Bolivia) en su empeño por lograr un cuarto mandato, que finalmente no tuvo lugar, y el segundo mandato consecutivo que quiere Bukele en El Salvador. También hay intentos de permanecer en el poder no para sí mismos, pero sí para su partido, como es el caso de Andrés Manuel López Obrador (México), que procura cambiar las reglas para favorecer su partido. Otra táctica es declarar que hubo fraude al perder una elección. En algunos países no se resuelve la acusación y el gobierno queda debilitado durante todo su período, como sucedió en Honduras.
Democracia en América Latina
Además, se ha revelado que la satisfacción con la democracia en América Latina sigue siendo preocupantemente baja, alcanzando tan solo un 28%. Aunque se registra una leve recuperación desde el mínimo histórico de 24% en 2018, la cifra sigue indicando que menos de un tercio de los ciudadanos latinoamericanos están satisfechos con el funcionamiento de sus sistemas democráticos.
Un elemento destacado es la relación entre la insatisfacción con la democracia y la tendencia de alternancias en el poder. Desde 2018, la región ha experimentado sucesiones presidenciales donde, con una única excepción, se han producido cambios en el liderazgo. Este fenómeno señala un colapso en el desempeño de los gobiernos y refleja la percepción ciudadana de que las administraciones en el poder no han logrado satisfacer sus demandas.
La pandemia de la COVID-19 ha exacerbado esta situación, confirmando la ola de alternancias ya iniciada. Las elecciones de 2019, 2020, 2021 y 2022 reflejan la evaluación negativa de la región respecto al manejo gubernamental de la pandemia. No obstante, se destaca que el punto más bajo de satisfacción se registró en 2018, antes de la aparición del virus, aunque no se puede descartar que este haya prolongado e intensificado las condiciones previas.
En cuanto a la satisfacción por país, El Salvador lidera la región con un 64%, seguido por Uruguay (59%) y Costa Rica (43%), de acuerdo con Latinobarómetro. En contraste, seis países, entre ellos Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay y Venezuela, muestran niveles de satisfacción por debajo del 20%. Paraguay, a pesar de contar con una insatisfacción del 79%, sorprende al registrar la elección del oficialismo en 2023, destacando que la insatisfacción por sí sola no genera alternancia, sino que se requieren otros elementos.
La insatisfacción con la democracia alcanza el 60 por ciento según Latinobarómetro
La insatisfacción con la democracia, que alcanza el 69%, muestra una ligera disminución desde 2018, pero persiste de manera significativa. Este descontento, combinado con un apoyo a la democracia del 48%, revela que hay más personas insatisfechas que demócratas. Un 21% de la población, uno de cada cinco ciudadanos latinoamericanos, se muestra indiferente al tipo de régimen político o aceptaría el autoritarismo, siendo este grupo propenso al populismo.
Los datos de Latinobarómetro 2023 muestran que América Latina enfrenta una crisis de confianza en la democracia. La alta insatisfacción refleja la falta de respuestas adecuadas de los gobiernos a las demandas ciudadanas. Esta situación genera un terreno propicio para el surgimiento de populismos y autoritarismos, especialmente en aquellos países donde la ciudadanía ha perdido la esperanza en el buen desempeño de sus gobiernos.