Las inundaciones en Pakistán han tomado dimensiones apocalípticas y las escenas que llegan vía redes sociales o la televisión impactan en el espectador como pocas cosas actualmente.
El drama humano en Pakistán por las apocalípticas inundaciones en medio de la pobreza extrema, falta de alimentos y atención médica de muchas de las zonas afectadas ha orillado a la población desplazada a buscar refugio hasta en los templos.
La capacidad de respuesta de Pakistán ha quedado al límite para hacer frente a las inundaciones que han dejado más de un millar de muertos, centenares de heridos, y comunidades enteras bajo el agua o barridas por el lodo, una devastación de la que necesitará mucho tiempo para recuperarse.
Con la ocupación al límite, el hospital público del distrito de Kashmore, en la provincia meridional de Sindh, ha instalado en los pasillos algunos charpai, una especie de catres tradicionales del Sur de Asia, a falta de camillas para dar primeros auxilios a los afectados por los efectos de las lluvias.
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Además de los heridos en las inundaciones, un número creciente de personas acuden a los centros de atención con fiebre, diarrea y otras enfermedades transmitidas por el agua. El hospital de la localidad que comparte frontera con las provincias de Punjab y Baluchistán, muy afectadas por las lluvias, se ha convertido en un centro para la atención de las víctimas de este desastre natural.
Veamos los videos que circulan en redes sociales.
AFECTADOS POR LAS INUNDACIONES DE PAKISTÁN BUSCAN AYUDA EN LOS TEMPLOS
Con los centros de atención y campamentos de damnificados operando con recursos limitados, los afectados por las devastadoras inundaciones en Pakistán buscan en los templos un lugar seco para reconfortar el hambre y la desesperanza que ha dejado una de las peores catástrofes naturales de la última década en la nación asiática.
Las últimas inundaciones del distrito de Kot Mithan, en la provincia de Punjab, alcanzaron su punto máximo el 21 de agosto. Esta semana el nivel del agua del río Indo ha comenzado a aumentar nuevamente en el área, alertando a las personas sobre un nuevo desastre.
La localidad, un santuario de más de un siglo de antigüedad del poeta sufí Khwaja Ghulam Farid, en la orilla del río Indo, se ha convertido en un refugio para las víctimas de las inundaciones en un momento en que no reciben suficiente ayuda del Gobierno.
Cientos de damnificados, que esperan la comida en uno de los santuarios sufíes más venerados de Pakistán, observan sentados en el suelo a dos mujeres que se sacuden al ritmo de los tambores moviendo la cabeza sin control.
“Su jin tiene el control mientras escucha el qawali (canto islámico sufí)”, dijo a Efe Zarina Mai, una mujer que tomó parte en la escena, para referirse a la creencia extendida en Pakistán de que un ente sobrenatural es capaz de incorporarse en los seres humanos e influir en ellos para bien o para mal.
A menudo la gente lleva a las personas que creen "afectadas" por un "jin" a los santuarios para curarlas.
Con cientos de aldeas completamente arrasadas, y un nivel de agua de más de un metro de altura, las familias adineradas de la región han comenzado a distribuir alimentos a través los santuarios.
El gesto, en un momento en el que la capacidad de atención del Gobierno se ha visto superada por la catástrofe y las comunidades menos privilegiadas están presas de desesperación, llega como una bendición que curará sus enfermedades y los purificará, dijo a Efe el custodio del santuario, Qadir Ali.
“Gran Farid danos comida”, pedía una de las mujeres mientras rezaba con las manos en el aire.
Los visitantes provienen en su mayoría de un campamento de refugiados a menos de 400 metros del recinto religioso. La línea de tiendas de campaña se extiende por varios kilómetros desde el distrito de Rajanpur hasta Kot Mithan.
“Venimos aquí todos los días porque Farid nos da la comida”, cuenta a Efe Fazal Hussain, un damnificado por las inundaciones cuya casa quedó destruida por completo.
El lugar ya era visitado antes de las inundaciones por cientos de devotos, pero recibe ahora cada vez más personas a la hora del almuerzo o la cena.
“Farid da, y Alá nos está ayudando a que podamos hacerlo”, dijo el custodio.
De acuerdo al balance oficial, casi 1,200 personas, incluidos 399 niños, han muerto desde mediados de junio a causa de las inundaciones. Más de 3,600 personas han resultado heridas, más de un millón de casas han sido parcial o totalmente destruidas, y pueblos enteros han sido arrasados.
El Gobierno de Pakistán ha asegurado que está usando todos los recursos y capacidades posibles, sin embargo admitió que la magnitud de la calamidad ha sobrepasado su capacidad.
En Kot Mithan el nivel del agua del río Indo ha comenzado a subir en el área, alertando a las personas sobre un nuevo desastre, después de que hace menos de dos semanas las inundaciones alcanzaran su punto causando graves daños.