HERMOSILLO.- Los habitantes de la zona de Guaymas y Empalme, en la zona centro de Sonora, saben que son propensos a huracanes por vivir muy cerca del mar. Ya lo vivieron con la llegada del huracán Jimena, en 2009; sin embargo, las lluvias provocadas por el monzón mexicano la semana pasada los tomó por sorpresa, sin aviso, sin alertas.
A una semana de las históricas lluvias que cayeron en estos municipios, algunos de sus habitantes viven en el suelo, en sus casas enlodadas y con pérdidas materiales.
En entrevista con La Silla Rota, Estefany Torres Cirerol, conocida en el ejido San José de Guaymas, como “Cielo”, relató los días de terror que vivieron el viernes y sábado pasado.
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Este ejido, donde vive con su familia, se ubica en medio de Guaymas, la cabecera municipal y Empalme, el municipio contiguo, donde las aguas del Mar de Cortés quedan solo a 10 minutos de distancia.
Ese viernes 19 de agosto habían visto que se pronosticaban lluvias para la zona, pero no prendieron ninguna alarma porque este mes ha habido más días de lluvia en Sonora. Las precipitaciones comenzaron esa noche aproximadamente a las 22:00 horas; sin embargo, no se detuvo hasta las 3:00 de la mañana.
Estefany recuerda escuchar la lluvia caer y caer sin parar. Para las 9:30 de la mañana del sábado, el agua comenzó a bajar de los cerros y los arroyos empezaron a crecer.
“Todas las zonas que siempre son secas se llenaron de agua, fue una lluvia que estaba prevista, pero no sabíamos que las nubes estaban tan cargadas de agua. Como a las 9:30 empezó a subir el arroyo y ya para las 10:00 estaban evacuando”, dijo.
Algunas personas fueron llevadas a un albergue, otros permanecieron en sus casas porque todavía no se inundaban. Fue con la lluvia del sábado, que duró casi ocho horas, cuando los arroyos se empezaron a desbordar, el agua llegó a las casas y hasta el mar llegó a las colonias del ejido San José de Guaymas y a otras zonas de Guaymas y Empalme.
En este último municipio, el agua acumulada provocó que una infraestructura llamada bordo de Ortiz, encargada de evitar el desborde agua, se rompiera. Las impresionantes imágenes desde un dron de Empalme mostraron el desastre que dejaron las tormentas a su paso.
De igual manera, el caudal de los ríos y arroyos provocó el destrozo de puentes y de tramos de la carretera federal 15.
Pero más que nada, dejó a más de 6 mil damnificados, de acuerdo con cifras del Gobierno de Sonora. Hay quienes perdieron sala, comedor, electrodomésticos, camas y hasta su ropa.
“Hay familias que perdieron todo, en esas zonas se salió el mar, es una zona de desastre. Están durmiendo en el suelo porque sus colchones están completamente mojados o destruidos, a algunos se les fueron hasta las lavadoras, las arrastró el arroyo, la gente salió con lo que tenían puesto y algunos papeles a la mano”, lamentó Estefany.
Tan solo en la colonia La Salvación, en el San José de Guaymas, de 70 casas, 45 quedaron dañadas y en 50 las familias perdieron todo. Los niveles de agua rebasaban hasta el metro y medio de altura.
“Yo diría que el 70% de las personas aquí en san jose están damnificadas. Unas 40 casas perdieron sala, comedor, refrigerador, han perdido camas. Todavía hay casas llenas de lodo, la gente sigue limpiando”, agregó Estefany.
La gente se solidarizó con los damnificados de Guaymas y Empalme
“Cielo”, como también le llaman es propietaria de un café en el ejido de San José, que destinaron como centro de acopio para despensas y enseres que ayudara a las personas afectadas.
La respuesta de sus clientes y de otras personas fue buena e incluso una cadena de hoteles donó ropa de cama para los damnificados.
“Tengo una cafetería en mi casa, se llama Casa Radial. Pusimos en redes sociales que íbamos a ser centro de acopio, nuestros clientes respondieron, hicimos 30 despensas, bolsas grandes de ropa, un hotel nos ayudó con sobrecamas, toallas, fundas de la almohada, hicimos Hicimos 50 paquetes,
Ante la tragedia por la que viven los habitantes de Guaymas y Empalme, ciudadanos se movilizaron y ofrecieron comida hasta quienes tenían un puesto de hotdog, otros hicieron sándwiches y burritos para dar de cenar a los afectados.
La joven también hizo un llamado a los mexicanos en general de aportar su granito de arena y ayudar a las familias afectadas por las lluvias, quienes no tienen donde dormir o qué comer.
“Lo mejor sería que como comunidad, como mexicanos nos unamos, no esperemos a que el gobierno haga algo, pongamos nuestro granito de arena, que adoptemos una casa, hacer donaciones, incluso donaciones directas pueden hacer pedidos en plataformas como Amazon o Mercado Libre”, señaló.
“No estamos preparados para más lluvias”
Para Estefany, el huracán Jimena de 2009 lo veían venir, porque las autoridades alertaban cada que aumentaba de categoría. Sin embargo, en esta ocasión el único pronóstico era de tormentas, no esperaban que sucediera algo de esa magnitud.
“Esas lluvias no estaban previstas, ya habían vivido lo que fue el huracán Jimena, pero fue diferente porque ahí iban anunciando, categoría uno, dos, pero estas lluvias nos agarraron de sorpresa”, señaló.
Por ello, ante la desolación que quedó en Guaymas y Empalme, Cielo, como también le llaman, no están preparados para soportan otra lluvia similar. Este fin de semana también hay pronósticos de lluvia, por lo que espera que no suceda lo mismo otra vez.
Alfonso Durazo declara estado de emergencia en Guaymas y Empalme
Esta semana, el gobernador Alfonso Durazo Montaño firmó un decreto en el que se declara a Guaymas y Empalme como zona de emergencia, con el fin de destinar recursos para ayudar a los más de 6 mil afectados por las tormentas.
De acuerdo con el mandatario sonorense, esos días llovió más del 87% del promedio de todo un año en Sonora.
En ambos municipios, Durazo mencionó que se realizan trabajos de limpieza en las colonias afectadas, con maquinaria pesada que remueva maderas, láminas, llantas y todos los objetos que fueron arrastrados por las corrientes de agua.
De igual manera, permanecen en apoyo elementos de la Marina y del Ejército, con el protocolo DN-III-E, que se activa en momentos de desastres naturales o emergencias y se han enviado 30 toneladas de despensas.
(djh)