Con la cercanía del 15 y 16 de septiembre, el centro histórico de Toluca se ha convertido en un escaparate tricolor. Las fachadas del Palacio de gobierno estatal, la Cámara de diputados y los Portales lucen adornadas con los colores nacionales. En calles como Miguel Hidalgo, Independencia y Sebastián Lerdo de Tejada, comerciantes instalan puestos repletos de banderas, trajes típicos, sombreros, rehiletes y cornetas que atraen a cientos de familias.
La señora Inés Carbajal González, originaria de San Cristóbal Huichochitlán, y Juan Carlos Montoya, del barrio de Zopilocalco, llevan más de 25 años dedicados a la venta de artículos patrios. Ambos subrayan que su mercancía es elaborada en comunidades locales como Totoltepec y Santa Ana Jilotzingo, con materiales resistentes y técnicas tradicionales.
“Las blusitas, los trajes, las banderas… todo lo hacemos nosotros, año con año”, contó Carbajal desde su puesto en los Portales.
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Precios y artículos más buscados
Los precios de los artículos patrios en Toluca varían según el tamaño y diseño:
Banderas pequeñas para autos: 15 a 40 pesos
Banderas medianas para casas: 200 a 250 pesos
Banderas grandes monumentales: hasta 380 pesos
Rehiletes tricolores: 25 a 50 pesos
Gis para pintarse la cara: 10 pesos
Entre lo más buscado están las banderas, trajes regionales para niños, blusas típicas y accesorios patrios como corbatines y pulseras.
Competencia con artículos chinos
A pesar de la tradición, los comerciantes enfrentan la competencia de productos importados de menor precio.
“Los artículos chinos se deslavan, no duran. La tela que usamos es firme y resiste el sol”, explicó Montoya.
Los vendedores señalan que estas importaciones suelen costar hasta 30% menos, lo que atrae a familias que buscan ahorrar, pero termina por desplazar al producto mexicano.
Economía familiar en juego
Septiembre es un mes vital para estas familias. Cada puesto representa el ingreso de al menos dos hogares, además de generar empleos indirectos en talleres textiles y de bordado. Sin embargo, este año las ventas comenzaron lentas por el gasto escolar del regreso a clases.
“Ya no son las ventas como antes, pero confiamos en que los últimos días se levante”, dijo Inés Carbajal.
El valor del consumo nacional
Más allá del adorno tricolor, la venta de estos artículos es un símbolo de resistencia económica. Los artesanos otomíes ven en cada bandera vendida no solo un ingreso, sino un impulso para mantener vivas sus tradiciones.
“Cada bandera que se compra ayuda a sostener la economía de una familia mexicana”, resumió Montoya.
En contexto: en Toluca, las banderitas mexicanas principalmente se elaboran en talleres instalados en la comunidad otomí de San Cristóbal Huichochitlán y San Pedro Totoltepec, así como en la localidad de Santa Ana Jilotzingo.
Durante esta temporada de fiestas patrias decenas de comerciantes toluqueños llevan a vender sus artículos patrios a puntos de Toluca, de la Ciudad de México, Morelos, Michoacán y sus productos los llevan hasta Torreón, Coahuila.
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San Cristóbal Huichochitlán es una comunidad indígena otomí del norte de Toluca. En 2020, su población total era de 27,765 habitantes, se caracteriza por conservar su identidad, tradiciones y su lengua otomí.
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