TRAGEDIA EN IZTAPALAPA

Bomberos explican el desastre tras la explosión de la pipa en Iztapalapa

El bombero Edgar Enrique Rosas Vázquez explicó a La Silla Rota, a través de ejemplos visuales, el alcance destructivo de la explosión de la pipa de gas en Iztapalapa

Ellos fueron parte del equipo de Bomberos que combatió el fuego tras la explosión de una pipa en Iztapalapa.Créditos: Erik López
Escrito en METRÓPOLI el

Un litro de gas LP líquido puede transformarse en 11 mil 200 litros de mezcla explosiva con el aire. La pipa que estalló en Iztapalapa llevaba 55 mil litros. La cuenta es brutal: más de 500 millones de litros de nube inflamable. “Eso fue lo que enfrentamos”, explica Edgar Enrique Rosas Vázquez, director operativo del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, mientras simula, en un ambiente controlado, cómo la volcadura de una pipa derivó en la tragedia más mortífera del año en la Ciudad de México.

La tarde del 10 de septiembre, de acuerdo con la versión oficial, un camión de gas perdió el control, se volcó y se fracturó en el puente de La Concordia, lo que derivó en una fuga masiva del contenido del tanque, creando una enorme nube blanca. Segundos después, una chispa fue suficiente para detonar una deflagración que arrasó con todo a su paso y dejó decenas de víctimas.

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Para comprender mejor qué fue lo que pasó y lo que sus hombres enfrentaron, Rosas Vázquez montó un laboratorio a pequeña escala en la estación de Bomberos de la alcaldía Benito Juárez para ejemplificar visualmente el poder destructivo del gas licuado de petróleo (LP).

La ciencia de la catástrofe

“Tenemos que entender un poquito qué es lo que pasa con el gas LP”, dice Rosas a La Silla Rota mientras inicia una demostración.

 

El gas LP (licuado de petróleo), explica, es una mezcla de butano y propano que, para ser transportada en pipas se comprime y enfría hasta volverse líquido. El choque contra un muro de contención en el puente de La Concordia fracturó el tanque, liberando de golpe el gas en estado líquido.

"Teníamos una hendidura de aproximadamente 60 por 40 centímetros, por eso se vació tan rápido", detalló el superintendente, vertiendo una pequeña cantidad de gas butano sobre su guante. De inmediato, se formó una pequeña nube blanca y el guante se escarchó de hielo, mostrando el efecto del gas al pasar de líquido a vapor.

“La nube tan pequeña que vimos aquí, eso es lo que vimos allá, magnificado”, señala.

La nube de gas, dos veces más densa que el aire, se extendió a ras de piso, cubriendo todo el distribuidor vial en un radio de 180 metros. Cuando una chispa, proveniente de un motor, un cigarro, o del rozamiento, la alcanzó, la deflagración fue instantánea y arrasadora, una "bola de fuego" que arrasó con todo a su paso.

"Eso fue lo que enfrentamos", afirmó el bombero, mientras mostraba cómo un pequeño encendido sobre un tazón de agua creaba una llamarada violenta.

Rosas Vázquez subraya que el fuego derivado de gas LP no se puede combatir como un incendio común. Una deflagración exige equipo especializado, estrategias de contención y protocolos que eviten que nuevas fugas generen explosiones posteriores.

Evacuar, no investigar

Uno de los errores más comunes ante una fuga de gas, dice Rosas, es querer buscar el origen y contener la fuga por cuenta propia.

“No hay receta mágica, no hay un paso a paso que nos garantice salvar nuestra vida al 100%, pero cuando veamos algún accidente así de grande como el de Iztapalapa o que percibamos olor a gas en nuestras casas, no dudemos, no busquemos la fuga, no tratemos de repararla, mejor tomemos a nuestros seres queridos, a nuestras mascotas, desalojar y llamar al 911”, subraya el segundo superintendente.

Si estamos en un lugar público, una tienda, un centro comercial, un hospital y percibimos olor a gas, lo más importante es retirarse, insiste.

“Tirarse al suelo no sirve. El gas está ahí abajo. Si se inflama, se inflama también dentro de tus pulmones”, sentencia.

Foto: Erik López | LSR

¿Cómo evitar otra tragedia?

El director operativo aprovechó la demostración para recordar a la ciudadanía que el gas es un material peligroso que exige respeto y precaución. “Así como un insecticida o un solvente trae advertencias en su etiqueta, también un tanque de gas debería hacernos pensar ‘esto es inflamable, esto puede matar’”, dice Rosas.

Por eso, los bomberos han impulsado el programa “Bomberos en Casa”, un servicio completamente gratuito en el que los ciudadanos pueden solicitar una revisión de sus instalaciones de gas.

Basta enviar un mensaje de WhatsApp al 55 75 14 41 89, con nombre, dirección y horario disponible. Acuden dos bomberos uniformados, evalúan la instalación, ya sea tanque portátil, estacionario o gas natural, y entregan una “cédula” con recomendaciones. Este servicio no tiene costo y está disponible las 24 horas, todos los días del año.

Foto: Erik López | LSR

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