Por más de 18 años, el oficial de policía Sergio Soriano ha enfrentado a situaciones de riesgo, pero jamás había vivido algo como la tragedia del puente de La Concordia, donde arriesgó su integridad para ayudar a las víctimas, entre ellas, Alicia Matías y su nieta Azulet.
Ese día, Sergio vigilaba el Centro de Transferencia Multimodal (Cetram) Santa Martha como lo hace a diario, cuando vio una nube blanca que se expandía a 200 metros de él; instantes después, se convirtió en fuego que le quemó parte del cabello.
Sergio corrió hacia el flamazo, desde el que se escuchaban gritos de auxilio.
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Alicia fue la primera persona que encontró. Estaba completamente quemada, sin cabello y con la ropa aún en llamas; pese a su estado, caminaba con su nieta Azulet en brazos.
Igual que Sergio, Alicia trabajaba en el Cetram como checadora y se conocían de vista, pero fue hasta ese 10 de septiembre que tuvieron una interacción.
“En un segundo pues se prende todo. Y pues barrió con toda la gente, los animales, todos los camiones. Pues de momento yo no sabía qué era. Yo recuerdo que iba gritando algo a la gente, que corriera, tratando de alejarlos de la exposición pues lo más posible. Saco una navaja que tengo para este tipo de ocasiones, una navaja especial Milwaukee para estas emergencias y empiezo a cortar, ¿no? Empiezo a cortar y empiezo a cortar los cachos de tela que vienen pegados”.
El rescate de la niña
Sergio tomó a la niña de los brazos de su abuela y los tres se dirigieron a una zona segura.
Llamó a su cuñado, quien los llevó en su motocicleta al hospital de zona 53 del IMSS en Los Reyes La Paz; Sergio se fue cuando Alicia se desplomó en una camilla con la seguridad de que su nieta estaba a salvo y en camino de recibir atención médica.
El policía recordó en entrevista que ella solo quería que ayudaran a su nieta, y que ya no tenía fuerzas para más: su piel se desprendía con el más leve toque.
“El sacrificio que hizo ella, pues yo creo que fue el máximo, lo dio todo. Ya no podía hablar mucho y me acuerdo que me preguntó por su niña. Y le digo: ‘No te preocupes, no te preocupes, está bien”, dijo Sergio.
El impacto de la tragedia
Con los ojos llorosos, Sergio relató: “nunca había visto yo algo así, como el fuego devora a las personas. Ya había visto situaciones feas, es mi trabajo. Ya había estado cercano a la muerte en muchas ocasiones. Nunca, nunca había visto algo así”.
Alicia pasó más de dos días internada con quemaduras en el 90% de su cuerpo, hasta que falleció la noche del viernes 12 de septiembre.
Pese al esfuerzo que hizo por ayudar a Alicia, su muerte afectó al oficial primero Sergio Soriano.
“Quería su funeral, ¿no? Estuve atento ahí las noticias a ver si pasaban algo, pero no me pudieron dar dirección y es un momento como de familia, ¿no? Y pues siento eso, que les fallé”.
Desde aquella mañana, Soriano recuerda la explosión y lo que vio en los minutos posteriores: “Duermo intranquilo, lo sueño todavía”, admitió.
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Antes de la tragedia en el puente La Concordia, Sergio ya había probado su valor como policía. En 2015 le dieron una medalla al mérito policial, ya que encontró 40 mil pesos tirados dentro de una tienda y los devolvió a su dueño.
lrc
