A pesar del riesgo, las casas de la colonia Lázaro Cárdenas en el Cerro del Chiquihuite, que fueron desalojadas tras un derrumbe en 2021, ahora sirven de refugio para migrantes. Estos las ocupan por unos días para descansar antes de seguir su camino hacia la frontera norte.
La tarde del 10 de septiembre de 2021, rocas de entre 250 y 300 toneladas se desprendieron del Cerro del Chiquihuite, en la colonia Lázaro Cárdenas, Tlalnepantla. El derrumbe sepultó cuatro viviendas y causó la muerte de Paola, sus hijos Mía y Dilan, así como de una estudiante universitaria que rentaba cuartos en la zona conocida como El Pocito. La tragedia marcó un antes y un después en la vida de cientos de familias.
En el lugar del derrumbe aún permanece una cruz de metal y una capilla azul de apenas 40 centímetros con fotos, veladoras y un pequeño zapato de niño como memoria permanente de la tragedia.
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Afuera de un puesto de elotes en la avenida Monte Blanco, la señora Paula López, madre de Jorge Mendoza, recuerda la pérdida de sus nietos y su nuera.
“Mi hijo no anda bien, pero hoy se fue a la Basílica de Guadalupe a pedir por su familia”, comenta. Jorge, que al inicio intentó sostenerse con la venta de frutas y verduras, ha dejado de trabajar y pasa la mayor parte del tiempo encerrado.
La vida en Caracoles
Tras el siniestro, más de 200 familias fueron reubicadas en la colonia Caracoles, frente al deportivo municipal. Ahí, aunque cuentan con vivienda, dicen que aún no tienen escrituras y muchos aseguran que la calidad de vida no es la misma.
“Preferiríamos regresar al Chiquihuite, allá teníamos más libertades”, dice un vecino. Otros, como la señora Paula, admiten que, con todo y las carencias, sienten mayor seguridad: “Yo ya no tengo nada allá, mi casa fue una de las que quedaron sepultadas. Aquí al menos vivimos más tranquilos”.
Casas abandonadas, migración y riesgo
En la colonia Lázaro Cárdenas, vecinos reportan que varias de las 230 casas desalojadas han sido ocupadas temporalmente por migrantes, quienes permanecen días o semanas antes de seguir su camino. "Ahí se quedan, no importa el riesgo latente, llegan y se van después de semanas".
En contexto: aunque la zona del desgajamiento fue estabilizada con anclas y muros gavión, Protección Civil del Estado de México advierte que el peligro no ha desaparecido.
Autoridades locales detectaron al menos 36 puntos de riesgo en Tlalnepantla, principalmente en La Cantera, El Tenayo y la Lázaro Cárdenas. A los vecinos se les ha pedido no retirar rocas ni excavar en la zona para evitar nuevos deslaves.
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Un aniversario en silencio
Este 10 de septiembre no hubo actos oficiales ni religiosos en memoria de las víctimas. A cuatro años, el recuerdo se mantiene en los altares improvisados, en el duelo de las familias y en la incertidumbre de quienes aún viven bajo la sombra del cerro.
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