Ulises Toledo comienza su jornada al mediodía y termina después de la una del día siguiente. Son más de 12 horas al volante, todos los días, de lunes a sábado. Antes, con unas ocho horas bastaba para alcanzar su meta diaria de ingresos. Ahora necesita al menos 12.
“La gente se espantó con el aumento y dejó de pedir viajes. Y nosotros tenemos que compensarlo con más tiempo en la calle”, dice en entrevista con La Silla Rota.
Ulises es representante de un grupo de conductores de plataformas digitales y ha recogido testimonios similares en los últimos días. Desde que Uber aplicó un aumento del 7% en sus tarifas a principios de julio, los trabajadores han notado una caída en la demanda, una extensión de sus jornadas y una reducción neta en sus ingresos.
El ajuste tarifario, que supuestamente debía equilibrar los nuevos costos del modelo laboral con seguridad social, ha terminado por golpear a quienes pretendía proteger.
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“Lo que antes hacía en ocho horas, ahora me toma trece”, dice.
"La gente se espantó"
La explicación de Ulises es sencilla. El aumento encareció los viajes, los usuarios comenzaron a quejarse y muchos dejaron de usar la aplicación.
Esto ocasionó una disminución en la activación de tarifas dinámicas por parte de Uber, un incentivo que ayudaba a los choferes a generar más dinero en menos tiempo.
Ahora, en zonas de la ciudad donde antes Ulises tenía trabajo constante, hoy pasa largos tramos sin recibir solicitudes. “Antes los pasajeros pagaban 100 pesos; ahora pagan 107. Si el viaje era de 200; ahora son 214”. Parece poco, pero para quien usa el servicio diario, es un golpe”, señala.
Asimismo, afirma que algunos pasajeros le han manifestado abiertamente su molestia. Esa percepción de encarecimiento, dice Ulises, ha tenido un efecto inmediato: menos viajes por día.
“Si me dan de alta en el IMSS, puedo perder mi pensión”
En esto coincide, Miriam Salazar, conductora con 10 años de experiencia en Uber y cinco en Didi, quien asegura que el aumento del 7% en las tarifas vino acompañado de una fuerte caída en la demanda y de menores ingresos por viaje.
Pero más allá de la disminución en sus ingresos, lo que más le preocupa es su situación con el Seguro Social. Miriam está a punto de iniciar su trámite de pensión bajo la modalidad 40 y teme perder ese derecho si Uber la da de alta ante el IMSS como trabajadora formal.
“La reforma laboral está muy ambigua. Aunque dicen que no nos va a pegar a los pensionados, sí está pegando. Tengo compañeros que fueron al Seguro a meter sus papeles y les dijeron que no podían porque ya estaban dados de alta por alguna plataforma. Ellos ni sabían”, explica.
Para evitar ese escenario, Miriam dejó de trabajar jornadas largas desde junio. Antes, con 12 horas al día, podía hacer hasta mil 800 pesos. Ahora se limita a no superar los 600 pesos por aplicación.
"Quieren usar a los usuarios como rehenes"
Para la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA), el aumento de hasta 7% en las tarifas de Uber es una maniobra política y económica que busca generar rechazo hacia una reforma que, dicen, representa un avance histórico en sus derechos laborales.
“El argumento de que la reforma laboral encarecerá los servicios es una estrategia para alarmar a los usuarios y proteger los intereses corporativos de Uber”, señaló en entrevista Sergio Guerrero, secretario general de la UNTA.
“Culpar a la reforma es una forma de desviar la atención y evitar asumir responsabilidades. No estamos de acuerdo en que empresas multinacionales utilicen a trabajadores y consumidores como rehenes”, concluyó el sindicato.
Viajes más caros
El 17 de julio, Uber anunció formalmente un incremento de hasta un 7% en sus tarifas, argumentando que se debe “a los costos derivados de la reforma laboral para plataformas digitales”, norma que obliga a empresas como Uber a registrar a sus conductores ante el IMSS, cubrir cuotas patronales y ofrecer prestaciones como aguinaldo, vacaciones e Infonavit.
“El incremento que pagará el usuario estará destinado, en su totalidad, a cubrir los costos de la nueva reforma laboral”, señaló la empresa en un correo electrónico enviado a conductores en todo el país.
Este aumento se aplicó dos semanas después del arranque del programa piloto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para afiliar a trabajadores de plataformas digitales.
En respuesta, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) calificó el aumento como “unilateral e irresponsable”, afirmando que Uber había asumido compromisos explícitos durante las negociaciones de la reforma para no incrementar tarifas ni afectar los ingresos de usuarios o trabajadores durante la fase piloto.
En el mismo tenor, la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México (STyFE) rechazó el alza de precios en la capital y enfatizó que el costo de la reforma debe ser asumido por las empresas, no trasladado a usuarios ni a conductores.
En este contexto, se informó que tanto la STPS como Profeco desplegarán operativos para investigar posibles prácticas tarifarias injustificadas conforme a la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Contexto: La presidenta Claudia Sheinbaum expresó su rechazo público a que Uber traslade a los usuarios el incremento del 7% en sus tarifas, argumentando los costos derivados de la reforma laboral para plataformas digitales.
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“Uber tiene ganancias impresionantes. No tiene por qué pasarle al consumidor final esto”, argumentó durante su conferencia matutina del 18 de julio de 2025.
Sheinbaum reportó, además, que más de 400 mil personas ya se han inscrito al Seguro Social mediante el programa piloto.
kach
