Integrantes de los pueblos otomí, mazahua, náhuatl, matlatzinca y tlahuica, han señalado que los lugares donde enfrentan mayor discriminación son los centros comerciales y restaurantes.
Antonia Morales y Lucía Guadalupe Sebastián, originarias del pueblo otomí de San Cristóbal Huichochitlán, en Toluca, relataron que constantemente son vigiladas cuando entran a una tienda de ropa. “Piensan que nada más andamos ahí para robar, que no tenemos dinero para comprar, así piensan”, relató Sebastián Morales.
Este estigma provoca que muchas personas prefieran ocultar su identidad indígena para evitar burlas o malos tratos, lo que impacta en la preservación cultural de las comunidades originarias.
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Rezago histórico en servicios básicos
Las comunidades indígenas enfrentan un rezago en seguridad, agua, pavimentación y alumbrado público. “ Le dan prioridad a la zona céntrica y se olvidan de las periferias”, afirmó Lucía Guadalupe, quien subrayó que San Cristóbal Huichochitlán carece de infraestructura adecuada.
El sector salud es uno de los más afectados. Los centros comunitarios suelen estar cerrados o sin medicinas, y los pocos médicos disponibles no alcanzan para la demanda. “Hay escasez de todo, de todo de todo”, recalcó Sebastián Morales.
San Cristóbal, comunidad con comercio estacional
Durante el año, San Cristóbal Huichochitlán recibe visitantes por la venta de banderas en septiembre, artículos de ofrenda en Día de Muertos y ropa de invierno en diciembre. Sin embargo, las calles deterioradas dificultan el acceso de compradores y turistas.
En la vecina comunidad de San Andrés Cuexcontitlán, habitantes como Erika Delgado también denunciaron la falta de médicos: “Estuvo cerrado hace como 15 días, dos semanas estuvo cerrado”, relató sobre el centro de salud local.
Cedipiem: salud y transporte, las mayores carencias
El Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas del Estado de México (Cedipiem) confirmó que las principales demandas de los pueblos originarios son servicios de salud y transporte.
De acuerdo con el organismo, el pueblo matlatzinca, ubicado en Temascaltepec, es el de menor población, seguido por el tlahuica, en Ocuilan.
En contexto: Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Estado de México hay 417,603 personas de tres años o más que hablan alguna lengua indígena. Esta cifra representa el 2.6% de la población total del estado, que, de acuerdo con el gobierno estatal, es de 17 millones de habitantes.
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Esta población indígena se distribuye en 43 municipios. Los grupos más numerosos son:
Mazahua, con 132,710 hablantes.
Otomí, con 106,534 hablantes.
Náhuatl, con 71,338 hablantes.
