Eran las seis de la mañana. Martín estaba por terminar su turno en el Metro de la Ciudad de México cuando recibió una llamada. Del otro lado de la línea, un mando de la Policía Auxiliar le informó que debía volver de inmediato a su antiguo puesto en el Castillo de Chapultepec. Tenía solo dos horas para llegar.
En otro punto de la ciudad, Jorge apenas había llegado al centro escolar donde había sido reasignado desde el lunes. No alcanzó a entrar. Lo frenaron en la entrada y le dijeron que debía “irse volando” al Museo Nacional de Antropología, donde había trabajado los últimos tres años.
Como ellos, decenas de elementos de la Policía Auxiliar fueron llamados de emergencia entre las 23:00 horas del miércoles 4 de junio y las 07:00 del jueves. No hubo boletines, comunicados ni explicaciones. Sólo teléfonos sonando durante la madrugada y turnos reprogramados sobre la marcha.
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Todo con un único objetivo: que al amanecer del 5 de junio, los museos nacionales y zonas arqueológicas tuvieran nuevamente seguridad visible.
“No preguntamos, solo obedecimos. Algunos compañeros ya iban camino a centros comerciales o a escuelas cuando los regresaron. Había que cubrir los accesos antes de las ocho de la mañana”, relata a La Silla Rota un oficial que pidió el anonimato.
En menos de ocho horas, la Secretaría de Seguridad Ciudadana tuvo que reagrupar al mayor número de efectivos disponibles para reinstalarlos en recintos como el Castillo de Chapultepec, el Museo Nacional de Antropología, el Museo Nacional del Virreinato, el Museo Nacional de las Intervenciones y el Museo Nacional de las Culturas. También en zonas arqueológicas como el Templo Mayor y Cuicuilco.
De acuerdo con autoridades del Museo de Antropología, todo fue “orden de la presidenta (Claudia Sheinbaum)”.
El origen del caos
El 1 de junio de 2025, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) publicó un comunicado oficial anunciando la finalización del contrato de servicios de vigilancia con la Policía Auxiliar de la Ciudad de México.
Según el INAH, durante la licitación, la corporación capitalina “no cumplió con el criterio constitucional de las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”.
Por ello, el instituto adjudicó nuevos contratos a *empresas privadas* para hacerse cargo de la seguridad en sus inmuebles.
Sin embargo, la decisión se ejecutó de forma abrupta y sin una transición operativa, de acuerdo al testimonio de varios trabajadores del Museo de Antropología, lo que generó problemas de seguridad. Además de que las empresas no cumplían con el número de elementos necesarios para resguardar los recintos.
En respuesta, el lunes 3 y martes 4 de junio, personal administrativo, técnico y operativo del propio INAH cerró al menos seis recintos culturales, entre ellos el Museo de Antropología y el Castillo de Chapultepec, como forma de protesta ante la falta de condiciones mínimas de seguridad.
Las imágenes de las puertas cerradas en algunos de los museos más emblemáticos del país, incluido aquel que apenas unas horas antes había sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias, se viralizaron de inmediato.
La presión llegó a los escritorios de la Secretaría de Cultura federal y desde Palacio Nacional se giró una instrucción clara: los museos tenían que volver a operar con normalidad al amanecer del 5 de junio.
La SSC activó un operativo relámpago. Entre las 11 de la noche y las 7 de la mañana, decenas de policías fueron notificados y movilizados de urgencia. No importaba si los elementos ya habían sido asignados a escuelas, estaciones del Metro o centros comerciales.
Un regreso entre dudas
Aunque el operativo relámpago logró cumplir su objetivo, el regreso no fue igual para todos. Algunos policías auxiliares lo recibieron con gusto. “Yo sí quería regresar. Aquí en Chapultepec siempre nos han tratado bien. Es más tranquilo, más limpio y la gente valora nuestro trabajo”, cuenta la oficial Brenda, quien reconoce que, aunque el sueldo es más bajo que en otros servicios, alrededor de 11 mil pesos mensuales, prefiere el ambiente que se vive ahí.
Pero en otros casos, como en el Museo Nacional de Antropología, el regreso fue amargo. Policías que habían sido enviados a centros comerciales, vía pública o escuelas aseguran que en ese museo trabajan bajo mayor presión y reciben un trato poco digno.
“Nos tratan mal y en más de cinco años no nos han cambiado el uniforme. Yo ni he desayunado”, se quejó un oficial, que, muy a su pesar, tuvo que regresar a cuidar el Museo de Antropología.
Privatiza el INAH seguridad en museos; protestan trabajadores
El Sindicato Nacional de Restauradores del INAH reclamó el cambio de personal de seguridad en inmuebles del Instituto Nacional de Antropología e Historia como el Museo de Antropología, al tiempo que señaló que no fue informado de dichos cambios.
En un extrañamiento por la remoción del personal de seguridad dirigida al titular del INAH con fecha 2 de junio, el sindicato advirtió que la situación actual agrava aún más la precariedad operativa. Afirmó que la remoción del personal de seguridad se hizo de manera inmediata por empresas privadas, sin permitir una transición adecuada, lo que provocó la suspensión de actividades académicas, operativas y administrativas en varios centros de trabajo.
El sindicato expresó su preocupación por la privatización de la seguridad en los museos del INAH, argumentando que ha resultado en una disminución de la calidad del servicio, una vulneración de la estabilidad laboral, y una puesta en riesgo del patrimonio cultural y la seguridad del personal y los usuarios.
“Lamentablemente, recién el sábado pasado se convocó a los sindicatos a una reunión para informar sobre esta medida, cuando incluso a uno de los sindicatos se le aseguró que no se retiraría a la Policía Auxiliar en la Ciudad de México, lo que resultó falso. Esto no puede sino interpretarse como una simulación, una formalidad para aparentar cumplimiento, pero que en los hechos anula cualquier posibilidad de interlocución o rectificación”, señaló el sindicato.
Agregó que rechazan la forma en la que este proceso se llevó a cabo y exigen que se establezcan mecanismos de capacitación, supervisión y evaluación rigurosos sobre el desempeño de las nuevas empresas, considerando no solo los parámetros administrativos sino también el impacto humano, cultural y académico de este cambio.
Cierre de Museo de Antropología sorprende a turistas
Nenad y Alicia Shah llegaron esta tarde al Museo Nacional de Antropología con la expectativa de conocer un poco de la cultura de México. Viajaron desde Indianápolis, Estados Unidos. Sin embargo, al llegar se encontraron con las puertas cerradas y con un cartel improvisado que informaba la suspensión de actividades.
Desconcertados, leyeron el aviso y se sumaron a decenas de visitantes nacionales y extranjeros que, entre la frustración y la resignación, daban media vuelta sin poder ingresar al recinto más visitado del país.
“Compré mis boletos hace dos horas en línea, debían avisar que estaba bloqueado”, reclamó un turista ecuatoriano que, junto a su familia, tenía la ilusión de conocer la arquitectura del Museo.
Miguel y Vanessa, turistas originarios de California, también se mostraron decepcionados. “Era una de las pocas cosas que queríamos hacer en la ciudad y hoy ya nos regresamos”, comentaron a La Silla Rota al encontrar el museo cerrado.
Además de turistas, la suspensión de actividades sorprendió a grupos escolares que tenían cita para recorrer el Museo. Tal es el caso de un grupo de estudiantes de Tuxpan, Veracruz, que tras la negativa, decidieron acudir al Zoológico de Chapultepec.
¿Por qué está cerrado el Museo de Antropología?
El Museo de Antropología suspendió actividades desde el martes 4 de junio por la falta de elementos de seguridad privada, luego de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cambiara de empresa tras una licitación federal.
Trabajadores del Museo explicaron a La Silla Rota que Pedro Alberto Vázquez Castro, director de seguridad del INAH, contrató a la empresa Sistemas Prácticos de Seguridad Privada SPS, la cual no ha cumplido con los estándares para “salvaguardar el patrimonio nacional”.
Además, acusan que la empresa no asigna el número adecuado de vigilantes. “Ayer solo hubo 19 vigilantes, cuando por día se requieres 55”, afirmaron.
De acuerdo a Mario Rodríguez, asesor educativo del Museo y una de las personas que mantenía cerrado el recinto, Pedro Vázquez no consultó a los trabajadores y “por querer ahorrarse 20% de lo que se le pagaba a la policía auxiliar de la Ciudad”, contrató, de manera “unilateral” a una empresa de seguridad privada.
“Es un tema de seguridad. El personal que llegó el martes es insuficiente y no está capacitado para maniobrar piezas importantes ni para manejar el guardarropa”, afirmó el trabajador en entrevista.
“Ante ello, se ha tomado la difícil decisión de mantener cerradas las instalaciones hasta que esta situación sea solucionada, hasta que el nuevo director de seguridad del INAH garantice la seguridad del patrimonio, trabajadores y visitantes”, sentenció.
Esta situación, afirma, se ha replicado en todos los museos nacionales como el Castillo de Chapultepec, el Museo Nacional de Virreinato, el Museo Nacional de las Intervenciones y el Museo Nacional de las Culturas. Además de zonas arqueológicas como Templo Mayor y Cuicuilco.
Hasta ahora, no hay una fecha concreta para la reapertura. Mientras tanto, el enojo crece entre visitantes, comerciantes de la zona e incluso trabajadores del propio museo.
Sheinbaum no sabía del cierre de Antropología
En la conferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum se le preguntó si sabía del cierre del Museo Nacional de Antropología por el cambio en el servicio de vigilancia y respondió que no tenía reporte, pero que hay instrucciones a las dependencias de que contraten al Servicio de Protección Federal para esas tareas.
La presidenta aprovechó que es un gesto de parte de la corona española reconocer al Museo de Antropología.
“Entonces, pues ya dieron el primer pasito. Eh, espero que continúen en este proceso de reconocimiento pleno a los pueblos originarios, a las grandes civilizaciones del pasado, a los pueblos de hoya y a las grandes atrocidades que se cometieron durante la llamada conquista española”.
Hacia el mediodía, la secretaria de Cultura, Claudia Curiel, acudió a Palacio Nacional y a su salida se los reporteros de la fuente presidencial le preguntaron qué sucedería con los museos: “pues abrirlos, ¿ya fueron?”, respondió.
Al insistirle cuándo se abrirían dijo: “ya”.
Museo de Antropología recibe premio Princesa de Asturias
Contexto: en la víspera de que la Fundación Princesa de Asturias concediera el premio a la Concordia al Museo Nacional de Antropología, este recinto cerró sus puertas de manera temporal debido a que no se cuenta con servicio de vigilancia.
Este miércoles la Fundación anunció la entrega del reconocimiento al MNA, recinto al que se calificó de “heredero de una larga tradición de defensa y preservación de una parte esencial del patrimonio antropológico de la humanidad que, al mismo tiempo, expresa las señas de identidad de una gran nación en la que sus gentes se reconocen”.
Sin embargo, el museo cerró el 3 de junio debido a que concluyó el contrato de vigilancia con la Policía Bancaria de la Ciudad de México y se asignó a una empresa privada y desde el domingo comenzaron los procesos de entrega-recepción de los servicios de vigilancia.
“Dadas las especificidades de los recintos, en los casos se determinó el cierre para el día martes 3 de junio, para dar margen a una transición ordenada de los servicios, de modo que, salvaguardando siempre la seguridad de los bienes patrimoniales que ahí se resguardan, pudiesen darse las condiciones óptimas para la atención del público visitante”.
El Instituto Nacional de Antropología, del que dependen los museos, informó que el compromiso de la empresa que recibió el contrato de vigilancia es que, a partir de este miércoles se cuente con “los elementos indispensables para la apertura de los espacios referidos. De no ser así, se aplicarán las sanciones administrativas a que haya lugar”.
De acuerdo con el INAH, al 5 de noviembre de 2024 el MNA registró su cifra más alta de visitantes cuando sumó 3 millones 85 mil 556 de asistentes.
En esa fecha, el director, Antonio Saborit, informó que desde 2019 no se registraba una cifra de asistentes de esa magnitud. Al año siguiente, debido a la pandemia de Covid, el recinto cerró y la cifra de asistentes no alcanzó los tres millones hasta el año pasado.