Vendedores de mostrador, trabajadores de limpieza y personal de seguridad privada acceden de forma diferente a la 'Ley Silla'; mientras que unos ya gozaban del derecho a sentarse durante su jornada laboral otros aún deben pasar las 8 horas de pie.
A unos días de la entrada en vigor de la modificación a la Ley Federal del Trabajo (LFT) la señora Teresa González, quién trabajo en el área de limpieza, no sabía de la nueva disposición y en su trabajo aún no la han hecho cumplir.
"No sabía que ya había entrado la 'Ley Silla', no, nos ha dado silla, pero nos dicen que hagamos nuestro trabajo relajadamente", afirma la trabajadora de la tercera edad.
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El pasado martes 17 de junio, entró en vigor una modificación a la Ley Federal del Trabajo que obliga a los patrones y empleadores a brindar sillas con respaldo para que los trabajadores se siente periódicamente durante su jornada laboral.
"Proveer el número suficiente de asientos o sillas con respaldo a disposición de todas las personas trabajadoras en los sectores de servicios, comercio y centros de trabajo análogos, para la ejecución de sus funciones o para el descanso periódico durante la jornada laboral. En el caso de descansos periódicos, los asientos o sillas con respaldo deberán estar ubicados en áreas específicas que para tal efecto se designen en las mismas instalaciones del lugar de trabajo. La misma disposición se observará en los establecimientos industriales cuando lo permita la naturaleza del trabajo", define el artículo 132 de la LFT en su fracción quinta.
Dos días después de la entrada en vigor, La Silla Rota documentó casos como el de la señora Teresa, donde no se cumple las obligaciones del empleador tras la llamada 'Ley Silla'.
Para unos 'ley muerta', para otros ya se cumplía
En un recorrido por distintos negocios se documentó que para algunos trabajadores que deben realizar sus labores de pie sí hay oportunidad de sentarse, incluso previo a la nueva regulación, sin embargo, para otros es 'ley muerta'.
Afuera de una cafetería parte de una famosa cadena, Abel Segura vende paquetes de café y pan. Su jornada laboral es a la intemperie y de pie, sin embargo sostiene que si pide una silla a sus jefes no hay problema.
Por otro lado, están los empleados del ramo de seguridad, que no pueden sentarse ni les han proporcionado una silla.
Para trabajadores entrevistados, como un guardia de seguridad de una plaza sobre avenida Juárez, esté derecho laboral recién aprobado no existe.
"No, aquí ni silla ni nada... Sí oí algo sobre eso pero pues aquí no hay nada de eso", dice el guardia.
"Es pesado, como a partir de la tercer hora ya duelen los talones"
Empleados de restaurantes y cafeterías comparten que en su caso sí se les permite sentarse para no pasar toda la jornada de pie.
Parado afuera de la cafetería donde trabaja, Ulises llama a clientes ofreciendo muestras gratis; está labor la realiza a diario por horas.
"En cierto punto es pesado, como a partir de la tercer hora ya duelen los talones", confirma Ulises, quien previo a la entrada del cambio a la ley no tenía problemas si se sentaba por momentos en su trabajo.
"En ciertos momentos sí me puedo sentar porque el flujo de gente baja mucho y no hay problema si me siento", afirma.
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La reforma a la Ley Federal del Trabajo se realizó en diciembre pasado y estima sanciones para quienes obliguen a sus empleados a permanecer toda la jornada de pie en 250 o más veces la Unidad de Medida y Actualización.
gph
