Los albergues para personas migrantes en la Ciudad de México están al borde del colapso. Espacios como Cafemin, Casa Tochan, Casa Frida y Casa Fuentes reportan saturación, falta de recursos, riesgos para el personal y situaciones de discriminación hacia la población en movilidad.
En un informe reciente, la Red de Albergues para Personas Migrantes de la Ciudad de México expuso cinco grandes problemáticas:
- Saturación de espacios de alojamiento y servicios.
- Insuficiencia de infraestructura para brindar atención adecuada.
- Carencia de atención médica especializada, en especial para mujeres y víctimas de violencia.
- Riesgos para trabajadores y personas migrantes debido a su labor de defensa de derechos.
- Rechazo social y xenofobia hacia migrantes y refugios.
Una ciudad clave en el mapa migratorio
Contexto: la Ciudad de México es la entidad con mayor número de albergues para migrantes fuera de las zonas fronterizas y es la segunda con más personas nacidas en el extranjero, según datos de la Secretaría de Gobernación. Actualmente, se estima que cerca de 3,000 personas migrantes transitan o se asientan temporalmente en la capital, muchas de ellas sin documentos ni acceso a servicios.
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Falta de coordinación oficial
Los albergues exigen mayor coordinación y comunicación con el Gobierno de la Ciudad de México y sus alcaldías. Piden reuniones con autoridades con capacidad resolutiva, cumplimiento de la Ley de Interculturalidad y acciones conjuntas entre el gobierno capitalino y el del Estado de México, ante la conexión migratoria en zonas limítrofes.
La hermana María Magdalena, de Cafemin, destacó la importancia de formalizar una red con objetivos comunes: “Siempre hemos colaborado, pero ahora nos conformamos como una red con agenda política de incidencia”.
Migrantes entre la invisibilidad y el retorno
De acuerdo con directivos de los albergues, alrededor del 50% de las personas migrantes desean regresar a su país de origen, mientras que un 30% busca quedarse en México. La falta de condiciones para regularizar su situación los mantiene en la invisibilidad legal y vulnerabilidad constante.
“Si quieren quedarse hay que darles condiciones reales para integrarse. Sin documentos no existen, y eso impide que accedan a derechos básicos”, señaló Gabriela Hernández, de Casa Tochan.
También advirtieron sobre la falta de capacidad operativa de la COMAR para documentar y atender adecuadamente a los solicitantes de refugio. A esto se suma la necesidad de procesos de sanación social ante actitudes racistas y xenófobas en sectores de la población capitalina.
Riesgos en zonas de alta vulnerabilidad
Uno de los puntos críticos es la ubicación de algunos Centros de Asistencia a la Movilidad Humana (CAMU) del gobierno local en barrios como Tepito. Según Cafemin, esto responde a que en esas zonas es donde menos rechazo enfrentan los migrantes, a pesar de los riesgos asociados a la delincuencia organizada.
“Cuando pregunté por qué Tepito, me respondieron: 'hermana, es que sólo allí los aceptan'”, relató la hermana María. Esta situación agrava la inseguridad tanto para quienes se alojan como para quienes trabajan en los refugios.
Pérdida de apoyos y urgencia de acción
La Red de Albergues alertó también sobre el retiro de apoyos financieros por parte de organismos internacionales, en especial tras el posible regreso de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos, lo que ha reducido la ayuda humanitaria disponible.
Desde Casa Frida y otras organizaciones se exige mayor respaldo del gobierno federal y local para sostener el trabajo de acogida y protección a migrantes.
“Nos prometieron apoyo, revisaron nuestras instalaciones, detectaron necesidades, pero hasta ahora no se ha materializado nada”, reclamó la hermana María de Cafemin.
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En un contexto de crisis migratoria regional, la Ciudad de México se convierte en un punto crítico donde la falta de atención estructural y la saturación de refugios agravan la vulnerabilidad de miles de personas en movilidad humana.
lrc