Durante más de un año, Fernando Jiménez, paciente del Instituto Nacional de Cardiología (INC), ha tenido que destinar dinero de su sueldo para comprar las medicinas que requiere porque el hospital no se las ha proporcionado.
Fernando, ayudante de carpintero que vive en Toluca y viaja hasta San Fernando, en el sur de la Ciudad de México, relató que luego de meses recibió su receta casi completa, aunque no le dieron metformina que en el mercado cuesta 115 pesos y atorvastatina de 335 pesos.
Él y su esposa, María Concepción, han dejado de comprar despensa con tal de no perder la continuidad del tratamiento y cubrir los más de cuatro mil 500 pesos mensuales en medicamentos.
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En un intento de no perder continuidad en sus tratamientos, Fernando gastó sus pocos ahorros y los de su esposa, pidió dinero prestado a los miembros de su familia y empeñó sus pertenencias; pero esto no fue suficiente, ya que no le alcanzó para todo el año.
“La verdad he dejado de pues de dar para hasta para la comida, o para el sostén del hogar para comprar el medicamento. Mi esposa o mis hijos me han cubierto un poco para comprar mi medicamento”, explicó Fernando.
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“No hay medicamentos”
En entrevista con La Silla Rota, Fernando dijo que se “dicen mentiras” sobre el abasto de medicinas e insumos médicos en los hospitales del país.
“La presidenta dice que hay todo el medicamento y nunca ha habido todo el medicamento que necesitamos. Aquí está una prueba de todo, me están dando estos tres medicamentos, después de un año sin medicina”.
Su esposa María Guadalupe dice que cuidarlo es agotador porque desde finales de 2020 debe estar al pendiente de todas sus necesidades y estar atenta de que no tenga un tercer infarto que podría matarlo.
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Escasez de insulina
El señor Carlos Pascual, otro paciente del INC, quien viaja desde Zumpango para recibir atención, señaló que requería cuatro plumas de insulina, pero solo le dieron una.
Él sufrió dos infartos en los últimos dos años y por eso es que se atiende en Cardiología; se dedica al comercio y le preocupa tener que comprar las plumas extra porque cada una cuesta mil 500 pesos y dura solo una semana y media.
“La forma de atención es excelente, pero el tema aquí es el desabasto de medicamentos, son muy caros porque son de patente. Para mí es un poquito más pesado pagar un medicamento de tres mil pesos cuando no lo hay”.
Algunas de las medicinas que debe tomar son insulina, metformina, valsartán y clopidogrel; todos ellos están enfocados en tratar su diabetes y las secuelas que le dejaron los dos infartos que vivió en los últimos dos años.
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Para él y su familia es indispensable contar con medicamentos gratuitos ya que cuando no los tienen en la farmacia gasta hasta tres mil pesos en dos plumas de insulina que le duran un mes y una semana o dos mil pesos por Valsartán para aliviar secuelas cardiacas.
