Seis días después de que la detuvieron durante la marcha del 15 de noviembre a la que convocó la llamada Generación Z, el rostro de Daniela Toussaint sigue lleno de moretones y cicatrices. Camina con lentitud y respira con dificultad. Afirma que policías de la SSC la golpearon durante su arresto y que logró documentar 39 minutos de ese momento con una pequeña cámara que ocultó entre sus brazos.
Sin embargo, en la audiencia inicial, el juez Joel de Jesús Garduño Venegas desestimó ese video al considerar que pudo haber sido alterado con inteligencia artificial.
El juez no aceptó esa prueba que presentó la defensa de Daniela, por lo que consideró que su detención fue legal y decidió vincularla a proceso.
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En un hotel de la Ciudad de México, donde se hospeda mientras terminan sus valoraciones médicas, Toussaint, de 23 años y originaria de Guadalajara, repasa para La Silla Rota su arresto y los días que pasó detenida. Asegura que la grabación en su poder “muestra todo” lo ocurrido ese día: golpes, amenazas, tortura, gas lacrimógeno y los gritos de auxilio de ella y otros detenidos.
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“Sólo estaba grabando”
Toussaint viajó a la capital para documentar la marcha convocada por personas que se identifican como parte de la “Generación Z”. Había seguido la convocatoria desde redes sociales y quería comparar su desarrollo con la marcha del 8 de noviembre, a la que no pudo asistir. “Mi intención era grabar. No iba a protestar, iba a documentar”, asegura.
Describe que llegó al Zócalo alrededor de las 12:30. Ahí, observó la confrontación entre policías y manifestantes.
Tres horas más tarde, en medio del caos, un oficial la llamó. Ella pensó que la llevaría a una zona segura. “Me pasaron detrás de las escaleras y quedé rodeada de granaderos. Empezó a sonar todo, había gas y piedras. Uno me señaló y en cuanto me señaló, caí”.
Cuenta que entonces protegió la cámara contra su pecho. “Me hice bolita y dije: ‘Ya, que me peguen, pero mi cámara no me la van a quitar”. Afirma que recibió, durante varios minutos, patadas y golpes en la cabeza y piernas. “Sentí que me iba a morir o que me iban a desaparecer”, recuerda.
Las lesiones de ese día siguen presentes. Tiene cuatro puntadas en la frente, siete más en la cabeza, raspaduras en el ojo, un esguince en el pie y posible fractura de nariz. “No sé si me la rompieron. Me la voy a revisar en Guadalajara”, dice.
Tras los golpes, asegura que fue rociada con gas lacrimógeno de manera directa mientras permanecía en el piso. Cuando pidió ayuda, una mujer policía la levantó. La joven preguntó si sería detenida. Según su relato, no recibió asistencia médica pese a pedirla.
En el traslado, afirma que cambiaron la patrulla en la que viajaba. “Los que nos golpearon no fueron los que nos presentaron en el MP. Cambiamos como cuatro veces de policías. Los que aparecen en el reporte no fueron los que me detuvieron”.
A Toussaint inicialmente la acusaron de homicidio en grado de tentativa contra los policías Edgar Morales Venegas y Emmanuel Lara Antúnez. Sin embargo, las lesiones que ellos presentan, afirma la abogada, tardan menos de 15 días en sanar, según el expediente consultado por su defensa.
“Dicen que yo quería matarlos. Mido 1.65 y peso 54 kilos”, afirma. “Yo sólo estaba grabando la marcha y grabé mi detención”.
“Juez siguió narrativa oficial”: abogada
La abogada de Toussaint, Diana Rodríguez Rojas, recuerda que en la audiencia de control el juez Garduño Venegas rechazó incorporar dicho video y sostiene que, con esa decisión, el juzgador cerró la posibilidad de valorar cualquier otro indicio sobre cómo ocurrió la detención.
“El juez desestimó los videos manifestando que estaban posiblemente alterados con inteligencia artificial. Es el mismo discurso que lleva la presidenta. Con eso calificó de legal la detención”, afirma. “Es grave, porque lo que hace es dar legalidad a actos ilegales cometidos contra mi representada”.
La defensa también denunció que ni Daniela ni ninguno de los detenidos ese día fue registrado en el Registro Nacional de Detenciones, obligación legal diseñada para evitar la desaparición forzada. “Durante horas nadie sabía dónde estaban”, sostuvo la abogada.
Rodríguez explica que Daniela fue sustraída por un grupo de policías, golpeada durante al menos 30 minutos y luego entregada a una patrulla distinta a la que la puso a disposición. “Eso está en la grabación. Aun así, el juez la desestimó”.
Actualmente, la joven está vinculada a proceso por resistencia de particulares, luego de que la Fiscalía reclasificó el delito inicial de tentativa de homicidio. Tiene como medida cautelar firmar cada dos meses, debido a que reside en Guadalajara y tiene prohibido acercarse a la plancha del Zócalo o a los policías que la denunciaron. La defensa mantiene un amparo en contra de la vinculación.
¿Qué ocurrió el 15 de noviembre?
Contexto: la marcha convocada por colectivos que se identifican como parte de la Generación Z reunió a miles de personas en el Zócalo capitalino, en demanda de justicia por el asesinato de Carlos Manzo y un alto a la violencia.
La movilización que en un inicio se desarrolló de manera pacífica culminó en el enfrentamiento entre manifestantes y elementos de la SSC tras el derribo de las vallas metálicas que protegían Palacio Nacional.
Ese día, la SSC detuvo a 29 personas y abrió 17 carpetas de investigación sin detenido. Hubo, según cifras oficiales, 84 policías lesionados y cuatro civiles con heridas diversas.
En un comunicado emitido tras las audiencias iniciales, la Fiscalía capitalina informó que 18 adultos fueron imputados por diversos delitos. Tres por tentativa de homicidio, cinco por resistencia de particulares, ocho por lesiones dolosas y dos por lesiones y robo.
La autoridad aseguró contar con señalamientos directos de policías, informes de la SSC, dictámenes médicos y videograbaciones que ubican a los imputados “participando en agresiones y, en algunos casos, utilizando piedras, palos u otros objetos”.
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El juez vinculó a proceso a 13 personas y dejó cinco en duplicidad de término. Ocho quedaron en prisión preventiva justificada y diez seguirán su proceso en libertad con medidas cautelares. En esta última lista se encuentra Daniela Toussaint, imputada por resistencia de particulares.
“Daré a conocer el video y haré una canción”
En la habitación del hotel donde se recupera antes de volver a Guadalajara, Toussaint guarda la pequeña cámara con la que grabó su detención dentro de su mochila. Dice que todavía le sorprende que, pese a haberla mostrado en la audiencia, la grabación no haya sido admitida como prueba.
En su mochila también lleva una libreta donde escribe versos desde antes de la marcha.
Ahora, dice, esos apuntes tomaron otra dirección. Su plan es difundir el video por su cuenta y acompañarlo con una canción que está terminando de componer. “Tengo que contar lo que pasó de la manera en que sé hacerlo”, dice. “Daré a conocer el video y haré una canción”
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