Visten de negro en marchas y manifestaciones, se identifican como simpatizantes del anarquismo y uno de sus puntos de reunión es el auditorio Justo Sierra, de la Facultad de Filosofía de la UNAM, (al que llaman Che Guevara); autoridades gubernamentales los identifican como los responsables de los disturbios en movilizaciones críticas al gobierno.
Genéricamente se les conoce como el Bloque negro y, de acuerdo con fuentes gubernamentales consultadas por La Silla Rota, hay indicios de están vinculados con Martí Batres, director del ISSSTE, que antes ocupó la secretaría de Gobierno en la CDMX, además de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno capitalino y distintas posiciones en el Congreso.
Autoridades del gobierno federal han identificado a la cúpula que dirige a este grupo, en la que hay 19 personas: 10 frecuentan el auditorio Justo Sierra, dos o tres acuden a la Escuela Nacional de Artes Gráficas (fundada en 1938, entre otros, por Adolfo Batres) y otro a las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional.
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A las autoridades de esas instituciones se les ha informado que los integrantes del Bloque acuden regularmente a sus instalaciones.
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El Bloque ha provocado desmanes en protestas contra la gentrificación, la conmemoración del 2 de octubre, y más recientemente la marcha a la que convocó la llamada Generación Z.
Entre quienes participan en esas concentraciones hay personas que no están vinculadas a instituciones educativas, pero si están contratadas en el ISSSTE, como personal de vigilancia, administrativos y choferes.
Conocidos de la autoridad
Análisis elaborados por la Secretaría de la Defensa hackeados por el Colectivo Guacamaya identifican tanto a los colectivos que integran el Bloque negro, a quienes no se ha detenido, pese a sus constantes participaciones en hechos de violencia.
Dos reportes distintos, elaborados por la Sedena con los títulos “Campos del poder” y “Grupos anarquistas Ciudad de México”, conocidos tras el hackeo a la Defensa, señalan que desde julio de 2014 una célula de anarquistas opera en el auditorio Justo Sierra de la UNAM.
Los líderes de ese grupo son José Luis Ramírez “El chómpiras”, y una mujer de nombre Irene Villegas. El sitio está en manos de grupos de autodenominados estudiantes desde el año 2000 y pese a que ambos fueron expulsados del CCH Naucalpan por protagonizar hechos de violencia.
Autoridades locales y federales han señalado que los integrantes de ese grupo llamado Okupache tienen antecedentes penales, sin embargo, siguen en posesión del auditorio, en el que se reúnen los grupos violentos antes de las manifestaciones, y luego se dirigen hacia el sitio que corresponda.
En el análisis sobre los grupos más violentos, la Sedena identifica a los colectivos Comité Libertario Preparatoria 3, Comité Libertario Preparatoria 7, Comité Libertario Preparatoria CCH Oriente, Okupache, Instinto Salvaje, Cruz Negra Anarquista y Anarquistas de México, a quienes se achaca pintas en edificios gubernamentales, reparto de panfletos en marchas, incendios, detonaciones de artefactos explosivos y de armas de fuego.
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Lupa sobre colectivas feministas
Los documentos elaborados por la Sedena señalan que los grupos caracterizados por enfrentarse a policías en manifestaciones adquirieron relevancia en la marcha por el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, que salió del Ángel de la Independencia al Zócalo.
Meses después, el 8 de marzo de 2020, grupos de mujeres vestidas de negro pintaron inmuebles y agredieron a elementos policíacos.
El recuento incluido en el documento “Campos del poder” señala que 4 de septiembre de 2020, 11 mujeres anarquistas acompañaron a Marcela Judith Alemán Delgado y Silvia Castillo y tomaron las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la calle de Cuba, en el Centro Histórico. De manera violenta desalojaron al personal que se encontraba laborando, arrancaron las cámaras de vigilancia y bloquearon el acceso. Incluso el paso a los automóviles estuvo cerrado.
Entre las acciones radicales que han hecho los anarcos está el intento de ingreso a Palacio Nacional por la Puerta Mariana, el 8 de noviembre de 2014, durante una marcha por los 43. Esa noche hubo 18 personas detenidas y puestas a disposición de las autoridades correspondientes.
El 1 de diciembre de 2015, un grupo de anarquistas arremetió física y verbalmente en contra del cuerpo policiaco, tras la marcha denominada ‘1° de Diciembre ni se perdona ni se olvida’, con motivo del tercer aniversario de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, que resultó en la detención de 18 jóvenes por ultrajes y disturbios.
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