VIOLENCIA CDMX

“Cruz Azul era su alegría, fue al estadio de CU y me lo mataron”: padre de Rodrigo acusa a la UNAM

La noche del sábado 25 de octubre, Rodrigo salió del Estadio Olímpico Universitario tras el partido entre Cruz Azul y Monterrey; horas después, apareció muerto

El padre de Rodrigo denuncia a la UNAM por muerte de su hijo en el estadio de CU Créditos: Erik López | La Silla Rota
Amigo de Rodrigo comparte su pasión por el Cruz Azul Créditos: Erik López | La Silla Rota
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La casa de los Mondragón, en la colonia Santo Domingo, se llenó de flores blancas, de playeras azules y el olor a tacos de canasta, una de sus comidas favoritas. En una mesa, junto a una foto donde Rodrigo sonríe, una playera blanca con la palabra “Campeón” recuerda los días en que jugaba fútbol siendo niño. Ahí, su padre, José Pedro Mondragón, lo despidió entre lágrimas y rabia: “Mataron a mi hijo y luego lo escondieron. No se desvaneció, lo golpearon hasta matarlo”, acusa.

Este miércoles, familiares y amigos sepultaron a Rodrigo, conocido como “El Monky”, en el Panteón Jardín, en la alcaldía Álvaro Obregón. Tenía 32 años, una esposa, una familia y un grupo de amigos con los que compartía su pasión por Cruz Azul.

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La noche del sábado 25 de octubre, Rodrigo salió del Estadio Olímpico Universitario tras el partido entre Cruz Azul y Monterrey. Horas después, su cuerpo apareció sin vida en el estacionamiento del recinto. La versión oficial indica que el joven “se desvaneció” mientras era trasladado por elementos de seguridad universitaria. Su familia asegura que fue golpeado y retenido durante más de cinco horas por un grupo de integrantes de Protección Civil de la UNAM.

“Se lo llevaron en una camioneta y desapareció”

José Pedro recuerda la noche del sábado 25 como uno más como aficionado de Cruz Azul. Estaba en su casa viendo el partido; cuando terminó, alrededor de las 22:45, se quedó dormido; su hijo había ido al estadio, pero ya no regresó.

Según su testimonio, los amigos que acompañaban a Rodrigo, algunos de ellos golpeados también, fueron quienes avisaron a su esposa, Rebeca Alejandra Pérez Velázquez, cerca de la medianoche.

“Le dijeron que lo habían subido a una camioneta de la universidad”, relata el padre.

Rebeca llamó al padre de su esposo y ambos fueron a Ciudad Universitaria en el taxi que maneja don José. La familia llegó al estadio cerca de la 1 de la mañana.

“Había policías, había seguridad de la Universidad. Todos sabían algo, pero nadie nos decía dónde estaba. Yo les pedí que buscaran, que me dijeran si estaba o no. Me respondían que no sabían nada. Hasta las 4 de la mañana, un oficial le dijo a mi nuera que mi hijo había golpeado a un policía. Y a las 5, nos mandaron a Tlalpan a reconocer el cuerpo. No estaba ahí. Lo trajeron hasta las diez y media de la mañana. Pasaron 11 horas. 11 horas saber si era él”, dijo a La Silla Rota.

“Lo golpearon, tenía un golpe en el cráneo”

Rebeca fue quien reconoció el cuerpo de Rodrigo. De acuerdo con don José, su hijo tenía golpes en todo el cuerpo, signos de asfixia y un golpe en el cráneo.

“La necropsia confirmó que tenía golpes en el pecho, la espalda y el cerebro. Nosotros exigimos que los cuatro guardias, su jefe y los responsables de la Universidad sean vinculados a proceso. En México no existe la pena de muerte y la Universidad no puede aplicarla. No pueden matar a alguien y esconderlo”.

José Pedro recuerda que cuando era niño, él mismo llevó a Rodrigo por primera vez al Estadio Azteca. “Desde entonces, no se perdía un partido del Cruz Azul. Era su equipo, su escape, su alegría. Ahora lo mataron en un estadio, por gente que dice cuidar”.

La versión oficial

La Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria de la UNAM emitió un comunicado el domingo 26 de octubre, horas después del hallazgo.

En él, aseguraron que un hombre “en aparente estado de ebriedad” agredió verbal y físicamente a personal de seguridad, fue sometido y, durante el traslado, “sufrió un desvanecimiento”.

Los elementos, según la universidad, solicitaron apoyo médico, pero el joven “ya no presentaba signos vitales”.

Tras ello, la fiscal capitalina, Bertha María Alcalde Luján, informó que se abrió una carpeta de investigación y que cuatro trabajadores de seguridad universitaria fueron puestos a disposición de las autoridades. Los detenidos son Isaac Brian “N”, de 24 años; Noé “N”, de 45; Luis Alberto “N”, de 47, y José Rodrigo “N”, de 57.

“Estamos realizando la necropsia y diversos actos de investigación con apoyo de cámaras y testimonios”, dijo Alcalde Luján.

Por su parte, la UNAM afirmó en un segundo comunicado que había entregado a la Fiscalía “toda la información videográfica” y expresó sus condolencias a la familia de Rodrigo. “La Universidad reitera su total disposición para coadyuvar con las autoridades competentes y refrenda su compromiso con el esclarecimiento de los hechos y la justicia”, señaló.

“Todo es mentira”

Sin embargo, la esposa de Rodrigo, Rebeca, desmintió las versiones oficiales y afirmó que su esposo fue asesinado.

“Es mentira que Rodrigo se desvaneció de la nada. Hay testigos de que fue sometido y golpeado brutalmente por varios elementos de dudosa autoridad. Incluso existe un video que muestra cómo lo golpean y lo suben con fuerza excesiva a un vehículo de seguridad de la UNAM”, escribió en un comunicado.

La mujer asegura que desde las 00:24 horas comenzó la búsqueda y que, durante cinco horas, nadie de la universidad o de la policía le brindó apoyo.

“Nos dieron información confusa, entorpecieron la búsqueda. Hasta las cinco de la mañana un oficial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana me dijo, con total indiferencia: ‘su esposo ya está muerto’”.

Detenidos, bajo prisión preventiva

El abogado de la familia, Enrique Hernández, confirma que los cuatro detenidos permanecen bajo prisión preventiva, mientras la Fiscalía define su situación jurídica.

“Estamos trabajando con la Fiscalía para obtener los mejores resultados. Ellos tienen que ser juzgados conforme a derecho, y que se determine la responsabilidad de todos los implicados”, explica.

Despedida en azul

En el panteón Jardín, el ataúd de Rodrigo fue cubierto con flores y bufandas celestes.

En el velorio, los amigos de Rodrigo vistieron camisetas del Cruz Azul. Entre ellos está Erick Soto, quien lo conoció hace 19 años.

“Rodrigo era alegre, fiestero, vivía al máximo. Nunca habíamos tenido problemas así. Si la policía lo detenía, te llevaba al Ministerio Público y ya. Pero esto fue distinto. La seguridad de la UNAM no tiene facultades para detener y menos para golpear.”

“Estuvimos buscándolo horas, pensábamos que lo habían presentado al MP. Pero lo mataron ahí mismo. Y luego lo estuvieron paseando, sin saber qué hacer con el cuerpo”, afirma.

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