Una grieta de aproximadamente seis metros de largo y dos metros de profundidad se abrió esta semana bajo el distribuidor vial La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa. Aunque las autoridades atribuyen el incidente a las lluvias intensas del fin de semana, especialistas advierten que el suelo bajo esta estructura cede entre cuatro y ocho centímetros cada año debido a la sobreexplotación del acuífero y a las características geológicas de la zona.
¿Qué ocurrió en el Puente de la Concordia?
El 30 de septiembre se activó una falla geológica a la altura del Puente La Concordia.
De acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), se trata de una oquedad de 1.5 metros de radio, con una profundidad de dos metros, sobre una trayectoria de 138 metros de largo. La trayectoria de la grieta, según las autoridades, coincide con líneas ya registradas en el Plan de Riesgos de la ciudad.
Te podría interesar
El fenómeno ocurre apenas tres semanas después de la explosión de una pipa de gas LP en las inmediaciones, un incidente que ha dejado hasta ahora 31 personas fallecidas. Sin embargo, en un comunicado, las autoridades descartaron que la aparición de la grieta tenga alguna relación con dicho incidente.
La grieta está siendo reparada por la Secretaría de Gestión Integral del Agua (SEGIAGUA) y se anunció que la oquedad se rellenará en capas de grava y tepetate debidamente compactadas para posteriormente asfaltar.
Te podría interesar
TAMBIÉN LEE: Intensas lluvias provocan grieta en Puente de la Concordia, confirma Clara Brugada
Un puente sobre tierra que se hunde
El Puente de la Concordia, inaugurado en 2007, conecta la Calzada Ignacio Zaragoza y Ermita Iztapalapa con la autopista México–Puebla y la carretera México-Texcoco. Desde los sismos de 2017, el distribuidor ha sido reforzado en varias ocasiones para mitigar daños estructurales, pero los hundimientos diferenciales siguen comprometiendo su estabilidad.
“El Puente de la Concordia está situado entre dos polígonos de subsidencia con rangos de hundimiento que van de 44 a 89 milímetros anuales”, explicó en entrevista con La Silla Rota el doctor Ernesto Morua Ramírez, académico especializado en estudios urbanos. “Esto implica que distintas secciones del mismo distribuidor vial podrían estarse desplazando a ritmos diferentes”.
De acuerdo con el especialista, la zona forma parte de una de las áreas con mayor subsidencia diferencial del Valle de México, particularmente en las colonias Ejército de Oriente y Santa María Aztahuacán, donde se han registrado hundimientos de hasta 31 centímetros por año.
Morua ha documentado estos hundimientos en el mapa interactivo subsidenciacdmx, que muestra, por colores, cuáles son las zonas de la ciudad con mayor tasa de hundimiento.
El Puente de La Concordia, donde se registró la apertura de la grieta, se encuentra justo en la zona donde convergen ocho polígonos de hundimiento, dos de ellos justo debajo del distribuidor vial.
¿Por qué se hunde tanto esta zona?
Morua explica que el oriente capitalino está asentado sobre antiguos terrenos lacustres del Lago de Texcoco, en su parte más salada y tardíamente desecada. La falta de espacios verdes y la extracción intensiva de agua subterránea han debilitado aún más los suelos blandos.
“Hay que recordar que esta zona fue la última en desecarse y su condición de lago salado complica el mantenimiento de árboles y áreas verdes. Eso hace más difícil absorber agua de lluvia y frenar el hundimiento”, detalla Morua.
Asimismo, el doctor Efraín Ovando Shelley, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, recuerda que la zona de La Concordia está en el límite entre materiales lacustres y materiales volcánicos, lo que favorece la aparición de grietas.
“En Calzada Ignacio Zaragoza se observan columpios, tramos altos seguidos de bajadas pronunciadas. Esto ocurre porque las arcillas blandas se combinan con suelos duros de origen volcánico, generando depresiones. En esas transiciones es típico que aparezcan grietas”, explicó
De acuerdo con Ovando, la diferencia entre una grieta y un socavón es el origen. “El socavón se forma cuando un flujo de agua arrastra suelo y genera un hueco. La grieta, en cambio, es una fractura del terreno. Sin embargo, una grieta con filtraciones puede evolucionar en un socavón”, advirtió.
Consecuencias para la infraestructura
Los hundimientos en el oriente ya han afectado infraestructura clave. Morúa recordó el caso del puente vehicular del Periférico Oriente, en la frontera entre la Ciudad y el Estado de México, cuya reparación se ha extendido desde 2017 por fallas estructurales ligadas al suelo.
“También la Línea A del Metro, el Cablebús y el Trolebús Elevado enfrentan riesgos similares en estas zonas. La infraestructura queda rebasada por la velocidad de los hundimientos”, afirma.
Las autoridades han reconocido la complejidad del problema. Durante su conferencia matutina del 29 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que en algunos puntos de la Zona Metropolitana el hundimiento supera los 25 centímetros por año. “La solución es disminuir la extracción de agua y aumentar la recarga en la zona oriente”, dijo.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
En la misma línea, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, apuntó que Iztapalapa concentra los mayores hundimientos diferenciales de la ciudad. “En esta zona hay grietas y hundimientos constantes, por lo que debemos estar sustituyendo obras de manera periódica”, señaló.
Sin embargo, de acuerdo con los especialistas, el fenómeno de subsidencia en esta zona continuará en el mediano y largo plazo.
Morua advierte que si no se implementan políticas de contención efectivas, como la disminución en la extracción de agua y la ampliación de áreas verdes para captar lluvia, los hundimientos podrían seguir agravándose.
“El suelo seguirá cediendo. Lo que está en discusión es si las políticas públicas serán capaces de adaptarse a esa realidad o si seguiremos reaccionando solo cuando aparezcan nuevas grietas”, concluyó.
VGB