Acuden capitalinos a la Feria del Tamal en el Monumento a la Revolución para cumplir con la tradición del Día de la Candelaria y cumplirle al Niño Dios quienes se sacaron el muñeco en la rosca de Reyes.
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Alrededor de 60 puestos ofrecen tamales de rajas, de pollo, de frijoles, de salsa verde, de verdolagas con carne de puerco y hasta los de ollita. Tampoco faltan los de dulce clásicos color rosa y su pasta.
Para acompañar y hacer frente al frío que comenzó a sentirse este 31 de enero hay ollas enormes con atole de distintos sabores como chocolate, fresa, vainilla e incluso maíz morado, porque sin maíz no hay atole.
Tamales de ollita
Uno de los puestos que más visitas tiene es el que llegó desde Ocoyoacac, Estado de México, de donde son originarios los tamales de ollita. Ariana es una de las personas que lo atiende.
Dice que los de ollita se hacen con maíz azul, blanco e incluso rosa. Pero lo que realmente distingue a los de ollita es que, al momento de romper la masa, se derrama la salsa verde, que se mezcla con la masa y la carne de puerco.
Para evitar un derrame que desperdicie la rica salsa, se envuelven con tres hojas que permiten abrir al tamal como un regalo cuidadoso.
Además, los atoles que vende ofrecen atoles con base de agua de melóncillo, una fruta del Estado de México parecido al maracuyá y los de maíz morado.
Los tamales están exquisitos
La jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada también cumplió con la tradición del Día de la Candelaria y degustó unos de verde, de mole, de ollita y de verdolagas con carne de puerco.
“Están eeeeexquisitos”, dijo. No fue lo único que estaba exquisito. También probó panes y la bebida oaxaqueña téjate.
Conforme probaba, se llevaba producto. Porque este fin de semana hay que pagar los tamales, y como testigo estaba un Niño Dios de tres metros en la explanada del Monumento a la Revolución, para testificar que los tamales se paguen.