Usuarios del Trolebús Elevado padecen la saturación que los lleva a pasar horas esperando que avancen las largas filas de unidades que se forman en las terminales. Los pasajeros lo llaman “embotellamiento elevado”.
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La primera hora pico del Trolebús Elevado es de las seis a 8 de la mañana en la que cientos de personas del oriente de la CDMX y del Estado de México llegan a la estación Acahualtepec y cruzan toda la línea hasta Constitución de 1917 para dirigirse en Metro o camión a sus destinos.
Cuando el sol se mete inicia la segunda hora pico, de 7 a 9 de la noche. Las personas regresan a sus hogares y viajan en sentido inverso pero en ambos casos el trayecto que debía tomar 20 minutos se prolonga hasta dos horas porque hay embotellamientos y tráfico, pese a que los trolebuses circulan en un viaducto exclusivo.
Estos problemas son la consecuencia directa de que no existe en el Trolebús Elevado una tecnología llamada Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) que informa en tiempo real el estado y las necesidades del servicio ya sea si las unidades pueden acelerar, si se debe enviar una unidad vacía a una estación específica, reportar fallas, frenar de emergencia y que comunique a los choferes entre ellos y con el puesto de control.
En la licitación para construir el sistema de transporte se especificó que el SAE “deberá proporcionar información al usuario, localización satelital de los autobuses, seguimiento al programa de servicio y a las condiciones de las unidades”.
Pesadilla en las horas pico en el Trolebús de Iztapalapa
Fuera de las horas pico y en condiciones normales con horarios tranquilos de poca afluencia el Trolebús Elevado tarda en recorrer la Línea 10, de punta a punta, alrededor de 16 minutos, el recorrido de estación a estación le toma 1 minuto 20 segundos, en promedio.
La realidad cambia drásticamente cuando se trata de las horas pico de la mañana y tarde en la que el tiempo de traslado aumenta siete veces y media, tiempo que las personas deben pasar paradas dentro del trolebús por la falta de asientos o en una fila esperando abordar.
En recorrido hecho por La Silla Rota se observó que la espera inicia cuando los pasajeros se forman durante una hora en la fila que los llevará al andén.
Usuarios consultados dijeron estar acostumbrados a estas filas como parte de sus trayectos. Con tal de llegar a sus trabajos y escuelas a tiempo salen de sus casas una hora antes de lo necesario para formarse y esperar el turno para que el Trolebús Elevado los acerque a su destino.
La meta que Claudia Sheinbaum, entonces jefa de gobierno e impulsora del proyecto, colocó para el Trolebús en su inauguración, en octubre de 2022, fue que la inversión de más de 3 mil millones de pesos hecha para este transporte se encargaría de “reducir en 66% los tiempos de traslado, al pasar de una hora a solo 20 minutos”.
Falta de organización
Rosa usa el Trolebús Elevado todos los días, en entrevista con La Silla Rota explicó que la falta de organización en la entrada y salida de la unidad causa estampidas que no permiten bajar ni subir a nadie, especialmente en las horas pico. “Aquí entra uno por donde quiere, métete donde sea, no hay fila” puntualizó después Rosa,
Tampoco existen filas para que cada pasajero tome su turno de abordar y se agilice el tránsito de cada unidad, lo que causa desorden y pleitos entre las personas que “se amontonan” en las entradas para tener una oportunidad de empujarse dentro del trolebús con aquellas que “se meten” y cortan fila.
Sin tecnología
La Silla Rota descubrió en un recorrido que los monitores ubicados en las cabinas de los choferes donde deberían verse los gráficos correspondientes a la tecnología de rastreo de unidades y de intercomunicación estaban apagados.
Se solicitó al Servicio de Transportes Eléctricos (STE) más información al respecto para corroborar si las pantallas apagadas eran un error o efectivamente no existía un sistema, el STE informó que efectivamente no contaban con la tecnología ya mencionada antes, llamada Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE).
De acuerdo con el especialista en movilidad urbana y urbanista, Roberto Remes, la falta del SAE es la que acarrea tantos problemas al Trolebús Elevado y lo que hace sus procesos más lentos y manuales.
Ya pasaron dos años desde la inauguración del Trolebús Elevado, sin embargo, el STE también informó que la razón por la que no cuenta con las tecnologías necesarias se debe a que colocarla es “un reto tecnológico y de sistemas”.
Aclararon, sin dar una fecha exacta de su compromiso, que “en las próximas semanas” se colocará en el Trolebús Elevado la tecnología adecuada llamada “Sistema de Control único para Trolebuses” (SCUT), esta se encargará de parchar los problemas con cómo se lleva la administración actual del servicio que la hace más parecida a un camión de ruta que a un transporte con mención honorífica a nivel mundial.
Todo a mano
A falta de sistemas y tecnología para operar ágilmente el servicio, la administración del Trolebús Elevado optó por usar métodos manuales como los checadores, de la misma manera en la que operan las rutas de camiones que circulan por las calles de la Ciudad de México.
Tanto en Constitución de 1917 como en Acahualtepec, ambas estaciones límite de la Línea 10 del Trolebús Elevado, cuentan con un checador que anota la hora en la que llega y sale un trolebús y hacen cálculos de cuánto tiempo se llevan de avance entre sí las unidades.
Estos cálculos se hacen en hojas de papel tamaño carta donde está impresa una tabla de llegadas, salidas en amarillo y verde que además cuenta con más espacios para apartados; es un trabajador el que la opera y se cambia cuando se vaya acabando el espacio.
¿Cómo se comunican los choferes si no hay tecnología en el trole?
Además de notar la ausencia del SAE, se constató que los radios de las cabinas por las que se podrían comunicar los conductores no estaban encendidos.
En ninguno de los viajes se apreció que los choferes usaran el radio que está a derecha y ningún supervisor se contactó con ellos vía esta.
Del mismo modo ninguno de los supervisores en las estaciones del Trolebús Elevado contaba con una radio a la mano por la que se comunicaran instrucciones o avisos de emergencia.
Se manchó el récord
El STE reportó que en los más de 64 millones de viajes que se han hecho desde su apertura en octubre de 2022 no ha habido accidentes que hayan afectado la integridad física de los pasajeros.
Esta marca se rompió el viernes, cuando una unidad se estrelló en la estación Santa Cruz y causó lesiones al menos a 38 pasajeros. Información preliminar señala que el incidente fue provocado por una falla mecánica.
Según el urbanista Remes la razón por la que hay tanto tránsito propio en el Trolebús Elevado está en que al hacer el viaducto no se construyó un carril de rebase por el que podría transitar un trolebús exprés que atacara las estaciones con más usuarios para desahogar el volumen de pasajeros en estaciones específicas.
También señala que otro de los motivos se debe a que los retornos no son tan rápidos como deberían ser para que una vez que el trolebús descargara pasajeros, no tomara mucho tiempo en llevar más.
Para el urbanista especializado en la movilidad urbana también es crucial que el espacio interno del trolebús sea más adecuado para contener una mayor cantidad de personas paradas dentro e incluso mandar a hacer un modelo propio, el modelo actual ZK5120C de la marca china Yutong de 12 metros no es el más adecuado.
“Sería mejor tener un trolebús al que le cupiera más gente, con espacio donde visualmente las personas puedan acomodarse parada y que tuviera pasillos más amplios para llevar más personas. Quizá hasta mandar a hacer trolebuses propios para las necesidades del proyecto” indicó Roberto Remes en entrevista con La Silla Rota.