A pesar de que el Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX) se comprometió a que para este 2024 se terminaría el proceso de chatarrización de todas las unidades de microbús, que datan desde los años 90, para garantizar la seguridad de los usuarios, en la capital siguen circulando más de 10,000 de estas unidades, cifra que rebasa la meta de las autoridades para dar fin a los ‘micros’.
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Información de la Secretaría de Movilidad (Semovi), obtenida vía transparencia por La Silla Rota, indica que actualmente en la CDMX operan 10,391 unidades de microbuses de transporte público. De acuerdo con cifras de esta dependencia, cuando inició la actual administración capitalina, en 2018, estaban en circulación 12,194 unidades, por lo que durante su gobierno sólo se chatarrizaron 1,803 unidades.
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En septiembre de 2023, el titular de Semovi, Andrés Lajous, señaló que restaban por chatarrizar 3,315 microbuses, sin embargo, la información proporcionada por la propia dependencia señala que faltan más de 10,000 unidades por sustituir.
La chatarrización de los microbuses forma parte del Programa de Modernización de Transporte Concesionado, cuyo objetivo es poner en circulación unidades nuevas para garantizar la seguridad de los usuarios de transporte público.
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Ricardo Reyes, es chofer de un microbús cuya antigüedad data desde los años 90. Desde hace cinco años maneja la unidad y considera que es necesario que las autoridades apresuren la chatarrización por la seguridad de los pasajeros.
“Este carro es de los 90. Gracias a Dios no hemos tenido ningún percance, pero ya se oye todo como si estuviera deshaciéndose. Es mejor que estén los nuevos porque contaminamos menos y tenemos más seguridad del pasaje, para que no se sigan subiendo a carros que ya están deshaciéndose”, comenta en entrevista con La Silla Rota.
Ricardo señala que uno de los problemas que ha impedido a las autoridades cumplir con el programa de modernización de transporte concesionado es la corrupción. Algunos choferes, refiere, ofrecen dinero para poder seguir operando su unidad.
“Un 50% prefiere pagar soborno o extorsión para que siga trabajando su chatarra. Esa es la situación del gobierno. Por dejar a los dueños que su carro siga trabajando, pues dan dinero”, detalla.
Hasta el momento el gobierno capitalino ha entregado 2,485 bonos de chatarrización por 450,000 pesos a los concesionarios.
Las rutas que actualmente están en proceso de chatarrización son: Eje 8, Centro Histórico, Zaragoza-Neza, Pedregales de Coyoacán, Tlalpan-Centro, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero-Centro, Iztacalco-Neza, Xochimilco Centro y Avenida Tláhuac.
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VGB