Judith Carrillo Morales tiene desde el 18 de abril un sistema recolector de agua de lluvias que solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente, como parte del programa Cosecha de lluvia, del gobierno capitalino. Consiste en un tinaco de 2 mil 500 litros, una bomba y una conexión instalada para recolectar el agua de una terraza inclinada de lámina de plástico que mandó a hacer para ello.
Sin embargo, el tinaco apenas comenzó a almacenar agua de lluvias este domingo 23 de junio, ya que debido a la sequía estaban atrasadas y las que habían caído fueron más bien modestas. Aunque oficialmente la temporada inicia en junio e incluso ha habido años en que se adelanta y comienza desde fines de mayo, este 2024 las pocas que cayeron en los primeros días de este mes fueron insuficientes para llenar el colector.
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“No lo he podido usar aún porque no había llovido, es lo que estoy esperando, pero yo creo es bueno”, expresa ilusionada la vecina de la calle Oriente 172, en la Moctezuma, que de acuerdo con el sitio Agua en tu colonia, del Sacmex, este 25 de junio tenía dificultades con el suministro.
Una situación similar ocurre en la escuela primaria Guillermina González Galicia, en la colonia San Juan, en Iztapalapa. El plantel forma parte desde este año del programa Escuela de Captación y tiene dos tinacos, cada uno de 5 mil litros. Aunque ya recolectó agua de las débiles primeras lluvias registradas, no sólo no se llenó el primer tinaco sino que el agua debió desecharse, pues las primeras lluvias contienen un mayor nivel de contaminación.
Pero la posibilidad de usar esa agua en el plantel al que acuden 521 niños de primaria -en horario de jornada completa, dentro de una zona de alto estrés hídrico- para los baños y regar los jardines, es algo que ilusiona a la directora de la escuela, Claudia Oliva López Quezada.
“El problema que tenemos es que llueva y captar esa agua para las necesidades del plantel. Sí nos afecta si no hay, porque hay que llamar a las pipas, por eso es importante captar agua de lluvia”, explica a La Silla Rota la directora de la escuela donde desde las 9am ya se siente el calor que ha roto récords este año en la capital del país.
Los peores meses son los del estiaje, de marzo a junio, dice la funcionaria, que llegó a ocupar el cargo hace 2 años, y en el primero hubo días que se quedaron sin agua, situación que no quiere que se repita.
“Captar agua es excelente. Sí tenemos necesidad de captarla”, enfatiza López Quezada.
Aunque sí se han registrado lluvias en la Ciudad de México, tanto la casa de Judith como la escuela que dirige Claudia Oliva están entre las alcaldías más urbanizadas y donde llueve menos: Venustiano Carranza e Iztapalapa, respectivamente.
De acuerdo con Alfonso Gelover, enlace de Campo de la Sedema, el agua cosechada de la lluvia y filtrada por los equipos de ambos programas, puede usarse hasta en 80%, incluso para bañarse y otros usos domésticos. Sólo se recomienda no beberla ni cocinar con ella.
Puede durar 5 meses almacenada
El programa ha llegado a 2 mil 200 escuelas primarias y secundarias en donde según su matrícula y su infraestructura, se colocan uno o dos sistemas de captación. En el caso de la primaria Guillermina González Galicia, por tener 521 alumnos es que decidió que fueran dos. En viviendas se han instalado 70 mil sistemas en 11 alcaldías desde 2019. Al beneficiario o a la escuela el sistema no le cuesta. Ellos hacen la solicitud, se analiza, se revisa el techo y si es viable, se instala.
El costo del equipo de un sistema de captación para escuela es de 25 a 30 mil pesos, y para vivienda de 18 a 22 mil, afirma Gelover. El agua recolectada en el sistema de captación puede alimentar los tinacos de escuelas y casas y cuando cesan las lluvias puede durar almacenada 4 a 5 meses. Como ya está desinfectada y filtrada no produce hongos ni mosquitos de chikunguña. Pero lo más importante es que las personas le den mantenimiento y se apropien del sistema.
De acuerdo con la Sedema, para los sistemas de captación de agua en vivienda de 2019 a 2024 se han invertido 1 mil 418 millones de pesos.
Una sequía como nunca
Judith Carrillo reconoce que en su caso, casi nunca ha tenido problemas de escasez de agua, lo que atribuye a que tiene una pequeña cisterna. Pero ha visto que hay días que sale poca agua de la llave, así como a sus vecinos salir a pedir pipas o buscarla en otros lados y acarrearla hasta su casa. La sequía que asola a gran parte del país -en 35% es extrema y excepcional, de acuerdo con la Conagua- le preocupa también, por eso decidió solicitar el sistema de captación.
“Yo no había visto una escasez de agua como ésta en los años que llevo de vida. Quizá hemos propiciado esto, el cambio climático, con tanta tala de árboles, que no nos gusta tener plantas, hemos acabado con nuestra vegetación y los árboles ayudan a atraer la lluvia”, dice debajo de la terraza que servirá para recolectar el agua.
La posibilidad de llenar el tanque le ilusiona tanto que en cuanto llegue una lluvia fuerte que sirva para llenarlo, va a grabarlo en su celular, adelanta.
Algo similar le ocurre a la directora de la primaria, quien incluso en la primera lluvia que hubo fue a ver el tinaco, observó que no estaba bien acomodado el filtro y se acercó para arreglarlo. El resultado fue que se empapó.
“No tenía como embonar, se movía para todos lados, entonces el agua caía a una presión muy fuerte. Cuando terminé que quítate saco, quítate todo, estaba empapada y dije bueno, pues vale la pena tenerlo si nos resguarda el agua completamente como debe ser”, recuerda de buen humor López Quezada.
En la Ciudad de México el agua que cae debido a las lluvias es 10 veces más de lo que requiere consumir la capital. Pero el agua de lluvia no se aprovecha en todo su potencial, afirmó a La Silla Rota el investigador del departamento de Ingeniería Ambiental de la UNAM, Cristian González.