Todos los días, Francisco hace el mismo viaje en su mototaxi por su barrio, unos dos kilómetros ida y vuelta; amas de casa, vecinos, estudiantes y trabajadores son sus clientes y los lleva de la colonia donde viven a la avenida San Juan de Aragón, por donde pasan camiones del transporte público. Los cerca de 20 viajes diarios que hace, por 6 pesos la persona, son el sustento para él y su familia.
El mototaxista es parte de los cientos de choferes en la Ciudad de México que, en 2019, se pusieron en la mira del gobierno capitalino, en la administración de la entonces Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, con el Plan Integral de Movilidad (PIM) que buscaba ordenar el tipo de transporte al que calificó Movilidad Barrial o Movilidad de Barrio.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Te podría interesar
Una de las metas de la actual administración en la Ciudad de México fue la de establecer ejes a trabajar en transporte y movilidad, por lo que en dicho plan se planteó el registro de mototaxis, bicitaxi y golfitaxis, transportes barriales que, en su mayoría, acercan a la población hacia puntos de acceso a transportes masivos, como microbús, Trolebús, Metrobús, Cablebús y Metro.
Sin embargo, la regularización de este tipo de vehículos jalados por motos, bicis y aquellos adaptados como bicicarros, justo el tipo que utiliza Francisco, no trajo mayor beneficio para algunos involucrados.
10 años tras el volante
Manejar un vehículo de dimensiones menores a un auto, pero en el que pueden caber 10 personas, es una gran responsabilidad para Francisco, quien de lunes a viernes se levanta y sale a manejar su bicicarro de origen asiático; realiza 20 viajes por turno y cobra 6 pesos por persona.
El joven conductor entró a trabajar a los mototaxis hace 10 años, luego de que su visión se viera afectada tras una intervención médica. A sugerencia de su padre, que ya trabajaba en este sector, tomó una moto, le adaptó una calandria y salió a las calles de la alcaldía Gustavo A. Madero a trabajar.
Con el tiempo fue ahorrando para mejorar el vehículo en que se movía, así pasó del mototaxi al bicicarro y actualmente usa uno con capacidad para 10 personas, 8 atrás y dos en la cabina, con lo cual puede aumentar sus ganancias en el mismo número de viajes.
En sus 10 años de experiencia no conoce lo que es ser víctima de la delincuencia, pero aunque sabe de la propuesta sobre la regularización de estas opciones de transporte público y cuenta con el engomado que las autoridades de la alcaldía le otorgaron para este proceso, a Francisco le gustaría que este trámite fuera algo más que un simple registro y les proporcionara verdadera seguridad laboral.
“Yo esperaría que nos brindaran servicios médicos, un seguro contra cualquier accidente, yo ahorita, tengo uno, pero es por mi cuenta, y de modo que nos apoyen, pero no con tantos impuestos, porque los impuestos es lo que te empieza a comer”, dice Francisco.
Recuerdos de familiares que fueron taxistas le vienen a la mente al hablar de pagos por regularizarse y para poder trabajar: “los trámites se vuelven dinero, lo que se trata es que te lo lleves a casa, lo que ganas, lo que trabajas”.
Hasta la fecha el registro de la llamada Movilidad de Barrio ha sido gratuito para Francisco y los otros mototaxistas que trabajan al norte de la Ciudad de México.
Algo que el chofer observa, es que, de alguna forma, las acciones para mejorar el transporte público de la Ciudad de México han cerrado espacios laborales para sus compañeros.
“Lo que pasó es que los que eran dueños de un microbús pasaron a ser historia, porque todo lo acaparó Metrobús, algunos se fueron allá, pero ya vas por un sueldo, ya no se gana igual”, asegura.
Un dato revelador es que el 60% de los viajes en esta modalidad lo hacen mujeres y la Movilidad de Barrio representa el 1.5% de los viajes en toda la capital, según estimados del Gobierno de CDMX. La cifra podría parecer menor, pero en una ciudad de 9.2 millones de habitantes, con un tránsito de gente foránea de millones se convierte en un punto importante para alcaldías como Tláhuac, Gustavo A. Madero, Xochimilco, Venustiano Carranza, Coyoacán Iztapalapa, Azcapotzalco y Cuauhtémoc (Centro Histórico), donde estos servicios se ofrecen con mayor demanda.
Según datos del Gobierno de la Ciudad de México, los viajes realizados por los vehículos de Movilidad de Barrio son los viajes en el primer y último tramo de un viaje de los capitalinos y abarca unos 15 minutos en promedio.