Don Rogelio Bernal Vargas acudió este 15 de mayo al Zócalo y estrenó el nuevo paso peatonal del Zócalo, inaugurado el 12 de mayo pasado. Reconoce que cuando hace calor no sale de su casa, pero hoy lo hizo en solidaridad con sus compañeros maestros que fueron a marchar; llegó antes que ellos por un problema de salud en su pierna y por eso se sentó en una de las bancas que están sobre Plaza de la Constitución, en el cruce con Madero.
“Las banquitas están muy bonitas, pero debería haber sombrillas como en otros lados, deberían gastar en árboles en los macetones grandes, dinero puede haber para que haya sombra porque sí está tremendo el calor”, dice don Rogelio, quien para protegerse lleva una gorra cazadora, de esas que tienen tela para cubrir hasta el cuello.
El maestro, quien vive en Iztapalapa, no deja de notar que hace un calor que llama anormal.
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“Es muy fuerte, en estas zonas no se habían sentido estos calores”. Pese a ello, considera que el año pasado fue peor, quizá porque fue cuando aumentó el calor.
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Se sentó por el cansancio
Jaqueline también estrenó el paso peatonal este 15 de mayo. Como cada mes debe ir de compras al Centro Histórico, aprovechó este miércoles para hacerlo. Cansada, al mediodía, era la única persona sentada en una de las nuevas bancas instaladas extendidas del lado de la Catedral Metropolitana, pero mientras en la banqueta del templo católico hay vendedores de artesanías, clientes y turistas bajo la sombra de unos árboles que llevan años ahí, las nuevas bancas instaladas sobre lo que antes era el paso vehicular, están solitarias, ignoradas por el intenso sol que les llega y sólo Jaqueline está en una de ellas.
La joven capitalina explica que, aunque la banca estaba caliente y no hay sombra, el cansancio pudo más y por eso se sentó, pero ante el calor del mediodía, de 30 grados, estaba a punto de moverse antes de ser entrevistada.
Cerca de algunas de esas bancas, colocadas de esquina a esquina frente a la Catedral, hay algunas macetas, unas tienen plantas y otros unos árboles tan raquíticos que da la impresión que ellos necesitan más la sombra que los peatones.
Para fortuna de Jaqueline, ella lleva un sombrero con el que mitiga el impacto de los implacables rayos solares combinados con la radiación del ozono, pero sí considera necesario que las autoridades habiliten una sombra. Eso podría mejorar el paso peatonal, junto con más áreas verdes y jardineras, añade.
“El calor está muy fuerte, a diferencia de otros años cada vez hace más calor”, afirma.
Aunque no hay autos en el nuevo paso peatonal, sin sombras ni árboles, con el reflejo de los rayos del sol en el piso de concreto, el lugar es una isla de calor.
Invaden maestros paso peatonal
Desde poco antes del mediodía, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación comenzaron a instalar sus tiendas de campaña y lo hicieron del lado del Palacio del Ayuntamiento, sede del gobierno capitalino, donde también hay algunos árboles.
También ahí se ubican algunas macetas con plantas que fueron movidas por los maestros para poder amarrar sus lonas y tener sombra.
En el nuevo paso peatonal la gente que pasaba por ahí llevaba sombreros, gorras, sombrillas, lentes oscuros, shorts, y había vendedores que aprovechando el calor, vendían botellas con agua a 10 pesos, aguas de sabores y hasta garrafones miniatura.
El paseo peatonal recibió una inversión de 7.5 millones de pesos, y ahora los únicos vehículos que pueden pasar por ahí son los de emergencia.
De acuerdo con el proyecto, se proyectaba tener 40 piezas de arbolado de las especies Pata de Vaca y Magnolia. También incluiría tres sombrillas.