Con armas de fuego escondidas en cubetas, la tarde del 6 de abril sujetos ingresaron al edificio de la Torre Zacatecas, ubicado en el número 730 de Paseo de la Reforma, perímetro de Tlatelolco. Bajo el argumento de realizar arreglos en uno de los departamentos, por supuesta orden del dueño, los hombres encañonaron a la administradora.
— ¿Tú quién chingados eres? – gritaron los hombres a Adriana Guerrero. — Soy la administradora. ¿A dónde van? –
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Los tres sujetos respondieron que se dirigían al piso 20 para realizar trabajos de mantenimiento ordenados por el señor Ismael, pero, Ismael, habitante del edificio, se encontraba en el lobby en ese momento y desmintió la situación. A pesar de ello, los hombres insistieron en subir y, tras forcejeos e intercambio de palabras, los sujetos salieron del edificio amenazando a la administradora.
Tras los hechos, Adriana convocó a una junta emergente con los vecinos; lo más alarmante, señala, fue observar que, aparte de ingresar con armas, los hombres tenían llaves de los departamentos del piso 20.
Desde esa noche, los habitantes contrataron seguridad privada, pero la situación escaló de gravedad al siguiente día, cuando llegaron al edificio cinco hombres con cortapernos. Se presentaron nuevamente en la administración pidiendo pasar al piso 20 para realizar cambios de chapas.
Adriana les negó el acceso porque no pudieron demostrar que los dueños de los departamentos ordenaron dichas tareas. Adriana se alarmó al percatarse que los sujetos tenían en su mochila varias chapas amontonadas, por lo que les pidió abandonar el edificio.
El personal de seguridad privada tuvo que sacar por la fuerza a los sujetos, quienes finalmente desocuparon el edificio. A los pocos minutos, arribaron a la Torre Zacatecas más cómplices: 50 personas rodearon el edificio con 10 motonetas y dos carros.
A pesar de que los habitantes del inmueble solicitaron apoyo de las autoridades, la policía señaló que no podía hacer nada porque técnicamente no se había cometido ningún delito. Refirieron que las personas eran libres de ocupar la vía pública.
La situación se agravó más cuando de una de las camionetas descendió una señora identificada como “Liliana”, quien presentó una placa de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pidiendo a la administradora que dejaran ingresar a “su gente”.
—No la voy a dejar entrar, está loca, acredíteme la propiedad— le dijo Adriana.
La señora argumentó que era dueña de un departamento, pero que no se acordaba del número.
“Esto es una mafia, es un cartel que se dedica a esto (…) El problema es que no tenemos un recurso legal para hacer algo, porque no nos han tocado. No ha habido agresión”.
En entrevista con La Silla Rota, Adriana refirió que los vecinos preparan una denuncia para presentarla ante la Fiscalía de la CDMX.
“Estamos en vísperas de presentarnos en Fiscalía. No podemos hacer mucho, nosotros como civiles, no podemos hacer mucho. Necesitamos el apoyo de la fuerza pública y Fiscalía porque intentaron despojarnos”.
El lunes 8 de abril, personas ajenas al edificio volvieron a presentarse en la Torre Zacatecas. De nueva cuenta exigieron a la administradora ingresar, afirmando que tomarían posesión del departamento 201; sin embargo, la dueña de dicho departamento se presentó y dijo desconocer que el inmueble estuviera involucrado en algún trámite. Tras armarse de palabras, los sujetos se retiraron del edificio.
“Los vecinos están aterrados, hay guardias de vecinos en la noche para evitar que ingresen”, señaló Adriana.
En una visita realizada por el equipo de La Silla Rota, se observó que el área carece de seguridad. Afuera del edificio no hay vigilancia que garantice protección a los habitantes.
Despojo de inmuebles se extiende en la Ciudad de México
El caso de la Torre Zacatecas forma parte de un modus operandi identificado por las autoridades de la Ciudad de México, a través del cual grupos delictivos invaden y despojan a habitantes de sus viviendas. La manera de accionar de los delincuentes es presentarse en un inmueble y, bajo la excusa de haber comprado la vivienda y autoidentificarse como los dueños, despojan a los inquilinos de su propiedad.
Desde 2019, la Fiscalía capitalina alertó sobre la extensión de este fenómeno en distintas alcaldías.
La entonces titular, Ernestina Godoy, refirió que el delito del despojo se trataba de una situación más grave de lo que autoridades imaginaron. La mayoría de casos detectados, según notificó la Fiscalía, se presentaron en la Cuauhtémoc, donde autoridades detectaron la participación de integrantes de la Unión Tepito. También se detectaron focos rojos en Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Benito Juárez.
Durante la administración de Ernestina Godoy, se registraron, en promedio, 11 despojos diarios. De 2020 a 2024 se registraron en total 20 mil 23 denuncias por despojo.
De acuerdo con la dependencia, en 2019 hubo 3,994 denuncias por dicho delito; en 2020 se contabilizaron 3,945 y en 2021 la cifra ascendió a 4,437 casos. En 2022 la cifra se incrementó a 4,043, mientras que, de enero a noviembre de 2023, se reportaron 3,604.