Las aguas negras del bordo de San Jerónimo, mejor conocido como la Laguna de Palmillas, la muerte de distintos de sus habitantes y el mal olor, no fueron limitante para el espectáculo de la llegada de los pelícanos americanos en Toluca.
Con el invierno, desde hace tres años llegan estas aves a refugiarse del frío, descansar y prepararse de nuevo para la migración, su regreso a Estados Unidos.
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Las parvadas llegan y descansan, pero por desgracia, lo hacen en medio de un escenario de putrefacción y basura. Si bien, hace tres años se llevaron a cabo jornadas de limpieza en la zona, este invierno no sucedió, por el contrario, se denunció la muerte por envenenamiento de otras aves migratorias que llegan a este cuerpo de agua, ubicado a un costado de la carretera Toluca-Palmillas, a pocos metros del tianguis.
Vecinos reclaman desinterés de autoridades
El Ojo de Agua, famoso porque en los últimos años alberga durante el invierno a pelícanos americanos y otras aves migrantes, recibe también descargas de aguas negras, además de que en la zona se deposita basura como PET, botellas de vidrio y hasta llantas.
Los patos quedan atorados en el agua empantanada y mueren a las orillas del bordo, mismo que diversas asociaciones civiles en los últimos años han intentado rescatar, pero sin éxito.
“Da hasta asco acercarse, la gente viene los fines de semana, pero dejan el lugar peor, huele a podrido, pobres aves, se van a morir envenenadas como los patos hace una semanas”, declaró don Remigio, vecino de la zona.
Habitantes de la zona de Palmillas reclaman el olvido por parte de las autoridades municipales y estatales para impulsar proyectos que rescaten los cuerpos de agua, en especial en medio de la crisis hídrica que atraviesa el Estado de México.
Hace unas semanas, más de una decena de patos murieron por las altas concentraciones de contaminantes en la zona; sin embargo, los vecinos lamentaron que hacer estudios de la calidad del agua “sale muy caro”, así que sólo les queda esperar que sus pozos no estén en las mismas condiciones.
No sólo llegan pelícanos americanos en Toluca
Los pelícanos son aves que se distinguen por su pico, viajan en parvadas y duermen pegados unos a otros, flotando en una orilla.
Tan pronto como comienza a calentar el ambiente, expanden sus alas que alcanzan hasta los 2.5 metros de largo abiertas y revolotean por la zona.
En el Valle de Toluca se han dado avistamientos en los cuerpos de agua del Parque Sierra Morelos y en la Laguna de Palmillas.
Además de pelícanos americanos, en Toluca se ha detectado la presencia de patos peregrinos y azules, así como el granero que es nativo de México.
También se divisan garzas y gallinitas de agua, así como especies a las que no han identificado por la temporada invernal; sin embargo, para activistas y vecinos de la zona, todos están en riesgo por la descarga de aguas negras y basura que afectan no sólo al bordo de San Jerónimo sino a todos los cuerpos de agua de la región.