En 1994, cuando México enfrentaba una profunda crisis financiera y política, Ángel Martínez Martínez, quien era subdirector del grupo Cóndor en el entonces Distrito Federal (D.F.), y tres agentes judiciales fueron detenidos y llevados al Reclusorio Oriente, acusados de ser responsables del robo calificado a una sucursal de Banca Serfin, ocurrida el 2 de diciembre de ese año.
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De acuerdo con un artículo de La Jornada publicado en 1995, los hechos se desencadenaron después de que un asaltante cometiera un robo en la sucursal Nápoles de Banca Serfin, una institución bancaria muy popular en el siglo pasado y con una sólida presencia en varias ciudades del país. El botín obtenido superó el millón de nuevos pesos.
Al recibir el reporte del robo, la Policía Judicial capitalina se dirigió al lugar para frustrar el asalto; sin embargo, el asaltante, quien actuaba en solitario en la sucursal ubicada en Insurgentes Sur 762, esquina Concepción Béistegui, decidió quitarse la vida para evitar su captura por parte de las autoridades.
No obstante, la historia dio otro giro inesperado cuando, en una conferencia de prensa, el entonces director de la Policía Judicial del Distrito Federal (PJDF), Luis Roberto Gutiérrez Torres, reveló que, durante la confusión generada tras el suicidio del asaltante para evitar su captura, varios agentes judiciales aprovecharon la oportunidad para apoderarse de la bolsa que el delincuente intentaba llevarse, la cual contenía un millón 190 mil 450 nuevos pesos.
Sin embargo, ante el Ministerio Público, el subdirector del grupo Cóndor afirmó que la bolsa solo tenía una cuarta parte de esa cantidad, es decir, faltaban 920 mil nuevos pesos, dejando en su interior solo 100 mil 450 nuevos pesos.
De acuerdo con las imágenes de las cámaras de seguridad del banco, los agentes Jesús Gutiérrez González, Martín Rodríguez Reyes y Carlos Aparicio Cruz Ramírez, quienes habían acudido al llamado para frustrar el asalto, por lo que fueron consignados al Reclusorio Oriente bajo acusaciones de robo calificado.
¿Qué pasó con Banca Serfin?
Banca Serfín fue una de las instituciones bancarias más populares de México durante el siglo XX, con una notable presencia en varias ciudades del país. Aunque sus orígenes se remontan a instituciones mucho más antiguas, la marca tal como se conoció surgió en 1977.
La reforma financiera de principios de los años 90, impulsada por la privatización bancaria, trajo consigo una serie de modificaciones en las normas de operación crediticia. Estos cambios fueron determinantes en el declive de Banca Serfin, que en 1992 ya había entrado en quiebra. Sin embargo, no fue hasta 1995 cuando quedó claro que la entidad no tenía viabilidad en el mercado.
A pesar de los esfuerzos por parte de la gerencia y las autoridades financieras para rescatarla, la intervención llegó demasiado tarde, aproximadamente hasta 1999, cuando los costos de su recuperación ya eran insostenibles. Fue entonces cuando otro banco asumió el rescate, y en el año 2000, Banca Serfin fue adquirida por el Grupo Santander, marcando el inicio de una nueva etapa en su historia.
Tras la adquisición de Banca Serfin, Santander optó por mantener el nombre de la antigua filial mexicana y creó la institución financiera Santander-Serfín, bajo la cual el grupo español operó en México durante más de seis años. Sin embargo, como parte de su estrategia global para consolidar su marca, finalmente decidió eliminar el nombre mexicano.
En 2006, el nombre Santander-Serfín dejó de utilizarse, lo que marcó el comienzo del olvido de la histórica banca mexicana. Desde entonces, la entidad operó bajo el nombre de su comprador, Santander, el cual sigue vigente hasta la actualidad.