Los grupos de vendedores ambulantes que ocupaban un extremo de la Alameda se fragmentaron y el resultado es la invasión no sólo de esa plaza sino de la explanada del Palacio de Bellas Artes, en especial los fines de semana.
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Comerciantes mazahuas dijeron a La Silla Rota que no están dispuestos a ser reubicados por nuevas organizaciones y por grupos de feministas que también ocupan espacios en ese lugar.
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"Nuestros abuelos vendían esquites y refrescos. Después de que remodelaron la Alameda se fragmentaron los cinco grupos de comerciantes que existían. Ahora hay cerca de 16 líderes, que todos los días agregan vendedores a sus gremios", explicó una comerciante de la zona.
De acuerdo con una vendedora del grupo mazahua, las autoridades las están haciendo a un lado por grupos de comerciantes afines.
"Para disminuir la presencia de comerciantes en la Alameda, la pasada administración dijo que nos iba a ofrecer los locales de una plaza que esta sobre la calle Doctor Mora, pero los puestos fueron para otro grupo de comerciantes", indicó la vendedora.
De acuerdo con un agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el pasado sábado contabilizó 150 vendedores en carrito y 120 tendidos.
Sin embargo, comerciantes de la Plaza de la Solidaridad, el área en las que hasta haca unos meses estaban confinados los vendedores, indicaron que los fines de semana debe haber al menos 500 vendedores sólo entre la avenida Juárez y Eje Central. Además, explicaron que los pasillos de las fuentes también están repletos.
Colectivas se hacen su espacio
Una vendedora que fue desplazada de la zona conocida como Angela Peralta, que se encuentra entre el Palacio de Bellas Artes y la Alameda, indicó que ese sitio lo disputan varios grupos de comerciantes.
Según su testimonio, en ese espacio han ocurrido actos de violencia. También expresó que muchos vendedoras se hacen pasar como colectivas feministas para ocupar los espacios que antes les pertenecían.
"Si caminas por la Alameda, del lado de la avenida Juárez, vas a ver pancartas de personas que se hacen pasar como activistas, pero las verdaderas feministas se encuentran afuera de Sears", explicó un comerciante.
Para vendedores de la Plaza de la Solidaridad no existe una planeación de las autoridades que permita controlar el comercio.
Además, expresó que tampoco están abiertos a un diálogo porque, para evitar la presencia de tantos comerciantes, podían tornarse el espacio por días.
"Entiendo que los nuevos comerciantes digan que tienen necesidades, pero también deben entender que nosotros tenemos gastos y podríamos turnarnos los espacios tres días a la semana y así evitar que esto parezca un tianguis", expresó un vendedor.Hacemos intercambios de recursos porque no somos comerciantes
Sobre la zona de Angela Peralta, antes de llegar a la avenida Juarez, está el puesto de una colectiva feminista que de acuerdo con una de sus integrantes ofrecen monederos, collares y artículos de temporada para apoyar a familias de víctimas de feminicidios o de desaparecidas.
Según su testimonio, la colectiva lleva cuatro años haciendo intercambios para obtener recursos económicos que les permita pagar asesoría legal porque existen víctimas de delitos que no cuentan con el dinero para pagar un abogado.
"Nosotras no somos comerciantes, tampoco vendemos. Hacemos es un intercambio para obtener recursos para las víctimas de feminicidios. Cada semana, con el dinero que obtenemos, cambiamos las mantas de las fichas de desaparecidas. Nuestra labor es visibilizar la inseguridad que padecemos", manifestó una feminista.
Antes de que terminara la administración de Martí Batres se llevó a cabo una remodelación en la Alameda. Además, las autoridades informaron que ya no iban a permitir la presencia del comercio en la zona.
Desde septiembre, cuando terminaron las obras de remodelación, comenzó a ser notoria la presencia de comerciantes. De acuerdo con vendedores de la zona, cada día llegan entre dos y tres carritos nuevos.
"La vendimia ya no es la misma, porque ahora venden ropa o artículos de temporada. Llevo 14 años vendiendo comida, aquí trabajo mi mamá y mi hermana, pero la zona se la están apropiando grupos ajenos a la Alameda", explicó una comerciante.
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