El agua contaminada por desechos industriales que se desbordó del río Lerma por las lluvias llegó hasta la laguna de Tlachaloya, al norte de Toluca, y ahuyentó a los peces y aves migratorias que se encontraban en ese lugar.
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En un recorrido por el lugar, La Silla Rota constató el olor a químicos que desprende la laguna, provocado por el agua que las industrias lanzan al río Lerma, mientras que, sobre la orilla de lo que fue un generoso cuerpo de agua, sólo se ven algunas borregas pastando.
Esparcidos por doquier se encuentran todo tipo de desperdicios provenientes del río Lerma, a lo que se suma la presencia de abundante lirio acuático que no deja “respirar” a la laguna que. En la pasada temporada "de secas" el agua alcanzó sus niveles mínimos, al grado que se podía pasar de la primera a la segunda sección de Tlachaloya caminando o en carro, recuerdan comuneros que ahora se dedican a pasar gente en lanchas cobrando 10 pesos por persona, en un trayecto que dura de cinco a siete minutos.
Lancha, su medio de transporte entre comunidades
Sobre su lancha, el adolescente Cecilio Archundia, indica que, al ya no haber pesca, su familia decidió “echar” viajes a la gente en sus lanchas a las que se suben motocicletas y bicicletas, por ejemplo, así como el mandado de la semana de las comuneras de Tlachaloya.
“Empezó a subir (el agua) y fueron a ver a mi papá, que fuera a pasar gente por los campos y ya bajamos las lanchas y estamos pasando”.
¿Cuántas lanchas tienen?, “cinco, y cuando la laguna está baja hay un camino por el que se puede pasar caminando y en carro, en el carro creo cobran 20 pesos y así se ahorran el tiempo”, sostuvo el muchacho.
Agregó que, de no haber lanchas o carros que cruzan a las personas de lado a lado, los comuneros se tardarían hasta hora y media en hacer su trayecto diario. “¿Y qué dice la gente?, pues que está caro y no se quiere subir y pues ya les decimos, pues es lo que cobramos, pero yo me siento feliz, pues ahora sí que me distraigo y no estoy encerrado en mi casa”.
Lanchas indispensables en la zona de la laguna
En el camino La Silla Rota encontró a doña Celeste, quien abundó que al llenarse de agua la laguna de Tlachaloya sólo en lancha se puede uno trasladar al centro de dicha comunidad toluqueña.
“¿Cuánto les están cobrando?, 10 pesos, ¿y allá al otro lado que va a hacer de sus actividades?, pues ahorita voy por una despensa, por eso tengo que pasar de allá pa acá, la lancha es de ida y vuelta, ¿y la lancha es cómoda?, si, si está bien la lancha, jajaja”, expresa la ama de casa.
Por su parte, el comunero Isaías Hernández Gil, sostuvo que sin el apoyo de las lanchas no podrían ir al centro de Tlachaloya para recoger su despensa.
Culpó a las autoridades municipales, que en este caso es el alcalde priista, Juan Maccise Naime, de que ya termina su gestión y no les puso un puente para comunicar a las secciones uno y dos de Tlachaloya.
“Puras promesas los partidos (políticos), los presidentes que han estado aquí, aquí en nuestra comunidad, que prometen mucho y nada hacen, decían que iban a hacer el puente de aquí para allá, tiene años, ¿desde hace cuántos años se los prometieron?, ¡uy! esto ha de tener aproximadamente 30 años, que iban a hacer un puente desde aquí para comunicarse de Tlachaloya y la segunda sección”, expresó.
Tampoco se soporta el olor del cable quemado.
Para el poblador toluqueño el agua de lluvia o la del río Lerma no es el problema, sino los malos olores que salen de la laguna, a lo que se suma la quema de cable, trabajo ilegal que hacen algunos de sus vecinos para obtener cobre y venderlo.
Esta actividad genera en Tlachaloya nubes de humo negro que les afecta su salud, “hay momentos que tenemos aquí unos humaderones como si tuviéramos fábricas, aparte del agua, se imagina, entonces ¿dónde está nuestra autoridad?, queman el cobre y hasta las llantas de carro para sacarles el poquito de alambre que traen para sustento y eso perjudica la salud, pero eso no lo vemos, hay gente que sí está delicada y con estos malos olores y esas quemazones que hacen pues nos acaban de amolar”, añadió el afectado.
Hernández Gil reiteró que los olores de las aguas del río Lerma y la quema de alambre de cobre son penetrantes, a lo que las autoridades se mantienen omisas, “entonas como decimos, hay autoridades muy incompetentes que habían de ver por nuestra salud, por los pueblos, pero nomas nos piden el voto y al último, o en este caso nos están dando una despensita, está bien, pero en otras ocasiones ¿qué nos dan?, como decía nuestro presidente (Andrés Manuel López Obrador), puro frijol con gorgojo”.
Es una travesía para poder trabajar
Por su parte, Ricardo Gil Flores, quien a diario reparte al menos 120 kilos de tortillas de la primera a la segunda sección de Tlachaloya, tiene que ser apoyado por los lancheros del lugar para subir las cajas de este alimento, mientras que, su motocicleta se queda a la orilla de la laguna.
“Es una travesía tener que bajar las hieleras, subirlas a la lancha y llevarles las tortillas a las amas de casa, allá tenemos otra moto para repartir, ¿es complicado para ustedes como repartidores de tortillas?, mucho, mucho y yo creo que se requiere un paso bien para ambos pueblos, no nada más para este, están dos o tres pueblitos que sí se necesita el servicio para poder llevar el sustento”, externo el poblador poco antes de subir a la lancha sus pedidos de tortillas.
Laguna contaminada y las autoridades no hacen nada
Este comunero de Tlachaloya coincidió con su paisano Isaías, de que se necesita un puente que cruce la laguna y dejen de pagar pasaje, ya sea en carro o en lancha para cruzar entre sus comunidades, sin embargo, los gobiernos no le han querido invertir, acusó.
“El río Lerma que son desechos de las fábricas que todo desemboca aquí y además está creciendo la ciudad y todo llega aquí a esta zona, ¿usted considera que el Río Lerma se ha metido a la laguna?, el río Lerma es este, el río Lerma pasa, pero la laguna ya está contaminada, hace años esta presa era limpia, se producía un gusanito que también se vendía que es alimento de las aves, antes todas estas lanchas que andan dando el servicio, se dedicaban a la pesca del chipirin”, recordó.