El día 28 de cada mes cientos de personas se congregan en la iglesia de San Hipólito, en el centro de la Ciudad de México. Pero el 28 de octubre centenas de peregrinaciones y miles de fieles se arremolinan en el templo para venerar a San Judas Tadeo, el llamado santo de las causas difíciles.
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Según el sacerdote Jesús García, quien este año participará en las misas y celebraciones, la Iglesia de San Hipólito espera a unas 500 mil personas dentro y fuera del templo este lunes.
Suena paradójico que este santo, cuyos fieles llenan vagones del Metro con imágenes de metro y medio, algunos vestidos con un sayo blanco y un manto verde sobrepuesto como los de la figura religiosa, y muestran sus pulseras y escapularios, no tenga un templo consagrado a su nombre y sea venerado en otro.
El semanario “Desde la fe”, de la Arquidiócesis de México, explica que la imagen del santo, precisamente de metro y medio de altura, llegó al país en 1933 y se colocó en el templo de Jesús María, también en la zona centro.
Un año más tarde la iglesia fue cerrada por orden del gobierno y se trasladó la imagen a otra en la colonia Del Valle.
En 1960, los monjes claretianos, que se encargaron de traer la imagen desde España, la trasladaron a San Hipólito y la colocaron en un nicho a la izquierda del templo.
El fervor que despertó hizo que en 1980 la movieran a la capilla de los santos mexicanos y luego al altar principal porque cientos de fieles llegaban a solicitarle favores.
¿Quiénes son los fieles de San Judas Tadeo?
Investigaciones de la iglesia indican que un sacerdote catalán llamado James Tort conoció el fervor al santo que profesaban los fieles chilenos, en especial, los pobres y los grupos marginados.
Tort se convirtió en el apóstol de San Judas y promovió su culto en un pequeño recinto de Chicago, en el que los numerosos migrantes mexicanos lo adoptaron. Su popularidad se explica porque los mexicanos que volvieron al país trajeron la fe en él.
La devoción al santo ha derivado en prejuicios, como el que lo asocia como el patrón de delincuentes.
“Vienen algunos ladrones, claro que sí, pero no solamente. Viene mucha gente muy buena, la mayoría yo diría. Una que otra rata sí viene, pero no todas”, aseguró el padre Jesús García en entrevista con La Silla Rota.
El párroco dijo que esta es una percepción equivocada y que lo mejor es “sacarse de la cabeza esa idea”. Sostuvo que desde niños hasta viejos rinden culto a San Juditas y eso no los hace peligrosos o malhechores.
¿Cómo muestra la gente su devoción a este santo?
Desde los 80 cuando el culto a San Judas Tadeo creció los creyentes mezclaron la fe al santo con las actividades del día a día, lo que derivó en tradiciones y maneras de venerar únicas que ningún otro de los 12 apóstoles tiene en México.
Una de estas y de las más notorias son las estampas en los taxis, camiones o combis de la ciudad que llevan frases como “si San Judas quien contra mí”o “San Juditas cuida mi camino”.
Hay gente que lleva a San Judas Tadeo en la ropa, ya sea con playeras serigrafiadas e incluso con vestidos de quinceañera relativos al santo patrono de las causas difíciles. (Con información de Fernanda Rangel)