Desde el patio de la primaria José María Morelos, en la comunidad de Texcapilla, perteneciente a Texcaltitlán, Estado de México, aún se ven los rastros del fuego y las balas que marcaron a los pobladores cuando enfrentaron a La Familia Michoacana. Este lunes se decidió reabrir las escuelas de la región, entre el miedo y el duelo.
Este lunes, exactamente a un mes del enfrentamiento, los gritos volvieron a escucharse en la cancha de fútbol en la que fue abatido Rigoberto N., sólo que esta vez no eran los de los campesinos luchando por sus vidas, sino los de los niños y niñas que llenaron los recintos escolares.
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Ese viernes del encontronazo entre el hartazgo y el terror, no había clases por los juegos magisteriales, así que muchos pequeños no tienen noción de que en la cancha que está a un costado, y que se ve desde el patio central de su escuela, 14 hombres murieron.
“Son sus hijos, su carne y su sangre, en la pena, sufridos y estoicos; en la guerra, patriotas y heroicos…”, entonaron al rendir honores a la Bandera.
Ya querían regresar a clases
“Víctor”, estudiante de primaria, estaba contento de volver. Su familia no salió de Texcapilla tras la ofensiva contra el crimen organizado, pero tampoco salía mucho de casa, así que volver a clases para él, levantarse temprano y ponerse el uniforme, no fue un deber.
“Siento mucha alegría, pero no vinieron todos con los que me gusta jugar más, de mi salón solo vinimos seis y somos 18, me faltaron amigos”.
Con algunas arrugas en el uniforme, Víctor (a quien se le cambió el nombre por seguridad), se reconoció fan de las matemáticas, no así de la lectura, por lo que regresar a clases para él es la oportunidad de seguir aprendiendo.
Docentes con miedo
Pero los maestros tienen miedo, muchos deben trasladarse desde otras comunidades de Texcaltitlán, incluso de municipios aledaños, por lo que temen que haya agresiones en su contra en los trayectos.
“La verdad es que tenemos miedo, alegría, son sentimientos encontrados. Estamos contentos por ver a los niños por ver a los niños, por estar reunidos otra vez aquí, por reiniciar otra vez las clases, ya que lo decidimos por el rezago que tenemos desde la pandemia”, comentó una de las profesoras.
Sin embargo, reconoció que dos de sus alumnos se dieron de baja y que siete más no regresaron a clases aún, por lo que continuará mandándoles trabajos y las clases serán a distancia, no hay de otra.
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Piden seguridad en trayectos
“Carlos” lleva siendo maestro del Colegio de Bachilleres de Texcaltitlán varios años y, como nunca, ha sentido miedo de llegar a las aulas. Es vecino de Sultepec y hace unos días lo retuvieron integrantes de La Familia Michoacana.
“Venía para acá, para ver lo del regreso a clases, me retuvieron en la carretera y me interrogaron durante tres horas. No me amedrenté, no tengo nada que puedan quitarme ni nada que esconder, pero no podemos vivir así, ya no más, ellos sabían que venía a Texcaltitlán”.
Clases normales en 15 días
Miguel Ángel Hernández Espejel, Secretario de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Edomex, consideró que será dentro de dos semanas que se logre alcanzar la normalidad en las escuelas de Texcaltitlán y Coatepec Harinas, localidades que suspendieron clases el 8 de diciembre tras el enfrentamiento.
Asimismo, destacó que estarán dando apoyo psicológico a los estudiantes, al personal docente y a los padres de familia a través del programa Convive.
“Ya vine con el equipo de psicólogos para acordar las acciones que se van a hacer en cada una de las escuelas y sí es necesario, es necesario por la cuestión emocional”.
Cuestionado sobre las familias que decidieron abandonar Texcapilla, dio a conocer que se les dará de alta en la escuela de su elección de manera inmediata para que no pierdan tiempo en trámites y no se les pongan trabas.
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Texcapilla, con la herida abierta
En el campo de fútbol de Texcapilla, los vestigios del día en que los campesinos tomaron una decisión entre libertad o muerte, continúan. Casquillos percutidos, restos de autos calcinados, algunas de las prendas de los muertos.
Los negocios han ido reabriendo, pero dentro de ellos sólo hay trabajadores que están atentos al cualquier movimiento extraño. El miedo se respira, ese 8 de diciembre les dijeron que sí no pagan el derecho de piso a La Familia Michoacana les prenderían las casas y matarían a niños; ahora, tras haberse levantado contra el crimen organizado, temen que la represalia sea peor una vez que el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal del Edomex bajen su presencia en la zona, “cuando haya otro incendio que apagar”.