Una manera de estafar a los clientes por parte de repartidores de comida por aplicación ha sido detectada por usuarios en redes sociales. Trabajadores de cadenas como DiDi y Rappi aceptan llevar un pedido, pero nunca lo entregan: lo cancelan y ofertan los alimentos en redes sociales a precios atractivos.
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Una denuncia ciudadana realizada al equipo de La Silla Rota exhibe cómo operan los repartidores en grupos de Facebook y Whatsapp. Para enganchar al cliente, los repartidores colocan un post con la foto del pedido y del ticket, que muestra el costo original y, bajo la excusa de que les cancelaron el pedido, ofrecen el producto a mitad de precio o, incluso, a un monto mucho menor.
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Con el fin de ganarse la empatía de la gente, los repartidores se colocan como víctimas a quienes les han hecho perder tiempo y dinero en recoger un pedido que el cliente ha cancelado.
“Pedido de Rappi cancelado, 200 pesos para entregar ahorita hasta la puerta de su casa”. Con este tipo de publicaciones, los repartidores hacen negocio robándose la comida y revéndiendola.
Un ciudadano detectó que, incluso, para asegurar la ganancia, antes de que el repartidor cancele el pedido, lo comienza a ofertar en distintos grupos de Facebook. Mientras el cliente espera su comida, el repartidor ya está negociando revenderla a un precio más bajo.
Las excusas de los repartidores para no entregar los pedidos van desde ponchaduras de llantas, inconvenientes en el camino, demoras del cliente en salir del domicilio, fallas en la app y direcciones incorrectas.
A pesar de que las aplicaciones cuentan con políticas de cancelación para proteger al cliente, usuarios denuncian que las compañías terminan por deslindarse del problema y que terminan pagando el total o una parte del pedido que les fue cancelado.
“Hice un pedido por Rappi y este jamás llegó. El repartidor me dijo que le habían dado una dirección incorrecta. Me dijo que ya no llegaba a mi casa por la hora y que él había cancelado, que Rappi se lo iba a cobrar. No sé si me estafó o si ese es el procedimiento, pero Rappi me ha cobrado todo el pedido y me ha dicho que no me van a reembolsar ni un centavo. El repartidor dice que a él también se lo van a descontar íntegro porque canceló la entrega. Me quedé sin cena, sin mi dinero y en el peor de los casos Rappi cobrará dos veces por mi pedido sin haberlo entregado”.
Otro usuario señala que el repartidor de comida le quiso cobrar por un pedido cancelado.
“Aparece el repartidor con el pedido y me plantea que por haber sido cancelado le debo de abonar a él y en efectivo el valor del pedido ya pagado. Preciso lo siguiente: yo no cancelé el pedido. El repartidor solo lo entrega si vuelvo a pagar y en efectivo. ¿A qué juega Rappi? ¿Cuáles son sus controles de calidad y atención al cliente?”.
Los clientes de este tipo de aplicaciones terminan pagando por un servicio incompleto, mientras la compañía no ofrece ninguna solución.
“Hice un pedido por Rappi. Pasó una hora cuando el pedido debía llegar en 30 min. La aplicación me indicaba únicamente que el repartidor ya había llegado al restaurante. Le escribí y le pregunté qué pasaba, me dijo que había chocado y que tardaría en entregarme el pedido. Las personas que atienden el lugar donde hice el pedido me dijeron que ya tenía 15 minutos de haberse ido con mi comida. Quise hacer el reporte por la app pero no existe ningún apartado para reportar robos o incidencias en la entrega, únicamente para reportar cargos extras”.
VGB