Naucalpan, Estado de México.- El agua de la Presa Madín, que a través de una potabilizadora, se abastece a 32 comunidades de los municipios de Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza y Naucalpan, podría ser no apta para el consumo humano, ya que registra niveles de concentración de metales de hasta 300% más de lo normal, derivado de los escurrimientos de lixiviados, sobre todo provenientes del vertedero colapsado de Puente de Piedra.
TAMBIÉN LEE: Ex tiraderos de basura de Atizapán con riesgos latentes para la población
De acuerdo con la subgerente de efluentes y calidad del agua del organismo de agua OAPAS Erika Peimbert de Gyves, al realizar un análisis químico del acuífero de la Presa Madín, los resultados iniciales de los estudios indicaron que, “aunque en el caudal del Río San Juan se diluyen los lixiviados y sólidos tóxicos, agua almacenada en la presa, registra una concentración de hierro y manganeso de entre 200% y 300%, respectivamente.
Te podría interesar
Destaca que la concentración de metales es superior a los límites tolerables estipulados, “por eso es importante mantener un monitoreo y buscar disminuir las concentraciones de los contaminantes provenientes de los escurrimientos y de ríos que abastece a la presa, para poder mantenerlos por debajo de los límites establecidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-001-SEMARNAT-2021, para que pueda sostenerse la vida acuática, flora y fauna, y conservar las características fisicoquímicas adecuadas para la potabilización del agua”, dijo la especialista.
TAMBIÉN LEE: Extiraderos al aire libre sin mantenimiento en Edomex; contaminan agua y aire
Te podría interesar
Los escurrimientos de lixiviados (jugos que se generan por la descomposición de la basura), se incrementaron al rio San Juan, tras las dos explosiones de gas registradas en el vertedero de basura de Puente de Piedra en el poblado de Arenillas en Santiago Tepatlaxco en julio y agosto anterior.
De acuerdo con funcionarios del organismo descentralizado de agua potable ya sostuvieron una reunión de trabajo con la procuradora federal de Medio Ambiente, Blanca Alicia Mendoza a fin de darle seguimiento al daño que se generó al ambiente tras las explosiones del relleno sanitario Puente de Piedra de Santiago Tepatlaxco, con la intención de proteger así la salud de quienes reciben agua de la presa.
Trascendió que la PROFEPA se comprometió a proporcionar información de la calidad del agua de la presa Madín para poder evaluar si el Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México determina limitar el consumo humano del recurso hídrico.
Desde febrero de 2014, se difundieron estudios toxicológicos hechos en el embalse de la presa Madín, que desde entonces ya revelaban alta concentraciones de metales pesados y donde encontraron en sedimentos de la zona lacustre sustancias tóxicas como metales pesados, solventes, ácidos, grasas, aceites, entre otros, según explicó en esa fecha Eduardo Espinosa Medel, gerente operativo de la Cuenca Presa Madín.
Además, se tienen concentraciones fuera de lo normal que ya registran cambios genéticos en los peces, principalmente en pulmones y cerebro, pese a ello estos son utilizados como alimento por los pobladores de las comunidades del Viejo Madín y Nuevo Madín, destacando además que resulta necesario revisar los procesos de potabilización, pues hay otros metales en el embalse como son nitratos, nitritos y nitrógenos amoniacales.
En el 2017 la titular del Laboratorio de Toxicología Acuática de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, Marcela Galar Martínez, informó que el cuerpo de agua, que también es atractivo turístico, tiene altas concentraciones de aluminio, fierro y mercurio que dañan la fauna de la presa, entre ellos la carpa común.
En el 2019 comenzó a operar el vertedero de desechos sólidos de Puente de Piedra en Tepatlaxco, y en para el mes de agosto del 2021, miles de peces de la presa Madín murieron a causa de los contaminantes y desde luego por los lixiviados que llegan a ese cuerpo de agua a través del río San Juan.
Los activistas ambientales de Nacel Arcoiris adjudicaron la muerte masiva de peces a las concentraciones de contaminantes que llegan al cuerpo de agua por 14 sistemas de desagüe de fraccionamientos y comunidades de Naucalpan y Atizapán, y por la contaminación del río San Juan.
Una opción para detener la contaminación sería con las limitantes que se impondrían si se declarara la Presa Madín como Santuario del Agua y Reserva Natural Protegida, declaratoria que debe hacer el Gobierno de México, con base en un exhorto ya enviado por la LXI Legislatura del Estado de México al Ejecutivo Federal, lo que permanece pendiente hasta ahora.
VGB